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Estudiemos la salvación: Glorificación

Llegamos al final de nuestro estudio sobre la salvación, este hermoso plan que Dios ideó para salvar al hombre y así revelarse para manifestar Su gloria. Hoy veremos cómo y cuándo este plan concluye por medio de la glorificación.

Blog 222: Estudiemos la salvación: Glorificación

"El cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria Suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas." Filipenses 3:21

"Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es." 1° Juan 3:2

"Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con Él en gloria." Colosenses 3:4

Hoy vamos a ver el último paso de Dios en este maravilloso plan. La semana pasada hablamos de la santificación y vimos dos conceptos entre otros: La santificación posicional y la santificación progresiva, siendo esta última nuestro estado actual. La glorificación es la culminación de ese proceso de santificación, cuando tanto nuestro estado como nuestra posición son lo mismo ¿Cómo sabemos que esto es así? Bueno, en los versículos que leímos antes podemos ver esa transformación final. Seremos semejantes a Cristo en su cuerpo glorificado, pero más allá de eso me gusta lo que agrega el versículo de 1° Juan 3:2 al final "porque le veremos tal como Él es". Esto significa que le veremos cara a cara, lo cual implica ciertas cosas.

En Isaías 6 vemos cómo el profeta se encuentra delante de Dios y su primera expresión es "¡Ay de mí! que soy muerto". Esto nos demuestra la Santidad de Dios pero a la vez la corrupción del mundo y nuestra. Somos pecadores y no nos podemos presentar delante de Dios por Su santidad y justicia. Somos como el agua y el aceite, no nos podemos mezclar. Justamente para eso es que es todo este plan, y en la culminación del mismo vemos que no hay problema de presentarnos cara a cara con Él. Y ¿cuándo ocurrirá esto? Bueno, los mismos versículos que vimos antes nos lo dicen: cuando Cristo vuelva. Mientras estamos en el proceso de santificación pero cuando Él vuelva ese proceso terminará, y seremos glorificados. Todo esto significa que al fin estaremos sin pecado, al fin la lucha contra la carne habrá cesado, sólo quedará la nueva criatura de la regeneración. Que le podamos ver cara a cara significa la finalización de este plan aplicado a nosotros.

Esto implica otra cosa. Romanos 13:11 dice que "ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos" ¿Cómo es eso?¿No fuimos salvos cuando creímos? Bueno, si y no. Recordemos el pasaje que vimos al principio de esta serie. Romanos 8:29-30 "Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de Su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó." Este pasaje nos muestra bien en claro el plan de salvación. El mismo va desde antes de la fundación del mundo con la predestinación hasta el regreso del Señor con la glorificación. Vemos a su vez que si estamos en el primer paso, o sea si nos predestinó, todo el resto del proceso está garantizado para nosotros, por eso Efesios 1:13-14 dice que el Espíritu es las arras, la garantía, de nuestra salvación.

La salvación en nosotros no ha terminado, por eso seguimos pecando. Aunque obviamente que Cristo sí concluyó su obra y ganó todo lo ganado en la cruz, pero a nosotros todavía no se nos aplicó todo eso. La salvación no es la salvación del infierno, eso sí ya está, sino que es salvarnos de la presencia del pecado en nosotros contra la cual está airado Dios (por eso es que los pecadores que no tienen a Cristo van al infierno, por Su ira sobre el pecado). Y esa presencia, la podemos ver en nuestra vida claramente, todavía no desapareció el pecado. 1° Corintios 15:55 es quizás uno de los versículos más famosos que dice: "¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?". Y mientras lo solemos tomar para la resurrección de Cristo, esto no es así. Si no me cree leamos el versículo anterior: "Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria." La victoria final final será cuando este plan haya concluido, cuando Dios haya hecho cada cosa que vimos en Romanos 8, o sea cuando Él nos glorifique y la salvación sea completada.

Otro versículo con respecto a esto es 1° Pedro 1:5 "Que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero." Es interesante porque la primera reacción de las personas al decir que la salvación todavía no está terminada en nosotros es creer que entonces se puede perder. Pero no, Dios mismo nos guarda con Su poder dándonos la fe, la convicción de aquello que todavía no vemos, esa glorificación futura. No, no recibimos la salvación completa cuando creímos en la obra de Cristo, pero sí recibimos una salvación garantizada. Y es por fe que nos movemos y esperamos la culminación de esa salvación viendo a Dios cara a cara.

La esperanza de que en un futuro veremos a Dios cara a cara ya totalmente sin pecado en nosotros cuando Cristo vuelva (más allá de la posición escatológica porque todos esperamos esto) nos hace vivir por fe, anhelando ese momento. Pero a su vez nos hace ver nuestro estado actual, que no estamos completamente santificados, sino en ese proceso que hablamos la semana pasada. Todavía falta, no estamos 100% sin pecado, pero recordemos que la obra es 100% de Dios desde la predestinación hasta la glorificación, y esto significa que está 100% garantizada para nosotros. Si Él nos predestinó, nos llamó, nos justificó, podemos estar seguros que Él nos está santificando y que un día terminará de hacerlo glorificándonos. Esta es nuestra esperanza, esa es la convicción que tenemos de algo que no vemos, nuestra fe en que nuestro salvador hizo, hace y continuará haciendo porque Él es fiel a sí mismo.

Para concluir con esta serie me parecía importante destacar por qué decidí hacerla. La salvación la solemos tener como algo que ya está, Dios ya lo hizo y ahora viene algo más. Pero no, es algo que continúa en nuestras vidas y que culminará con nosotros viendo cara a cara, sin barrera del pecado, a nuestro Salvador. La salvación es una obra muchísimo más grande de lo que pensamos, que se originó antes de la fundación del mundo y concluirá cuando esto corruptible se vista de incorruptible, cuando el Señor regrese ¿Por qué es importante esto? Porque hemos perdido el maravillarnos por semejante obra. Entre más veamos cuán tremendo es todo este plan de salvación, más podremos estar agradecidos con Dios por lo mismo y vivir por la fe de la esperanza futura.

Esta es una obra que debemos estar constantemente recordando en su totalidad, no simplemente la regeneración y justificación, sino absolutamente todo el proceso. Y no, no solamente por nosotros, por nuestro pecado, sino porque este es el plan que Dios ideó para revelarse, este es el plan que narra la Biblia de Génesis hasta Apocalipsis con el fin de mostrar a Dios mismo. Por lo que entre más profundicemos, mientras más nos admiramos de esta salvación tan perfecta, de este Evangelio, más conoceremos a Aquel que nos predestinó para ser glorificados y verle tal como Él es, lo cual es el fin de semejante obra. Y al final le veremos cara a cara, no sólo le conoceremos recordando Su Evangelio, sino que lo tendremos en frente, sin barrera. Recuerda que el propósito principal no somos nosotros, es Dios mismo revelándose, el objetivo principal es verle a Él, no simplemente librarnos del infierno, ser piadosos e ir al cielo. Dios es el verdadero objetivo de la salvación, todo es para revelarse y darse toda la gloria que Él merece. Somos privilegiados de ser beneficiarios de la obra que Dios usó para así revelarse, nunca nos olvidemos de eso.


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