Estamos en una época donde tenemos acceso a un montón de contenido cristiano. Libros, prédicas, contenido en redes sociales, un montón de cosas que nos son de bendición. Pero a veces nos concentramos en cosas que quizás no nos edifican tanto (por más de que sean cristianas y hasta reformadas), por eso hoy hablaremos un poco más sobre este tema. El siglo XXI ha traído consigo un montón de beneficios para el mundo cristiano. Podemos escuchar prédicas de pastores a lo largo de todo el mundo, leer libros de autores que originalmente están en otros idiomas, ver y leer un montón de contenido en internet y muchas cosas más. Pero a veces, al tener tanta variedad de cosas, nos descentramos de lo que realmente importa. No sólo porque no sepamos qué elegir para leer, ver o escuchar; sino porque muchas veces buscamos las cosas centrándonos en nosotros, en nuestros problemas y luchas. ¿A qué me refiero con esto? Pongamos unos ejemplos. Los jóvenes cristianos leyendo sobre la soltería, las madres le...
Porque lo más importante que podemos hacer es recordar el Evangelio y a Cristo todos los días. Colosenses 3:2