La Biblia está llena de imperativos, verbos que expresan una orden o mandato, pero para ellos hay que tener una correcta interpretación. Por eso es que hoy analizaremos el uso de los imperativos en la Palabra de Dios.
La Biblia es la revelación que Dios nos dejó sobre su persona. Todo lo que quiere que sepamos de Él está allí. El centro de esta revelación es Él, el objetivo principal de la Biblia es mostrarnos a Dios. Pero luego vemos que la misma está llena de mandatos hacia nosotros. Entonces ¿qué pasa aquí?¿Acaso el objetivo cambió y ahora se centra más en nosotros? No, el objetivo sigue siendo el mismo. Por medio de los imperativos Dios nos revela Su carácter y Su voluntad sobre cómo quiere que vivan Sus hijos acorde a ese carácter revelado. El centro sigue siendo Él, no nosotros. Es por medio de estos mandatos que podemos conocer más de Su voluntad para con nosotros.
Una vez visto el propósito principal de los imperativos es que podemos sumergirnos un poco más en los mismos. Como dijimos, estos muestran cómo Dios quiere que nosotros vivamos, pero eso no lo hace según nuestro estándar, sino el Suyo. En los primeros capítulos de la carta hacia los romanos, o también en Gálatas 3, podemos ver que la Ley del Antiguo Testamento era algo imposible de cumplir, fue algo que sólo Cristo pudo cumplir porque estaba hecho a Su estándar, a Su medida. Vemos que la Ley tenía un objetivo: llevarnos a Cristo, o en el caso del Antiguo Testamento llevarlos a la esperanza del Salvador que vendría. Al ver nuestra incapacidad de poder cumplir la Ley y librarnos de nuestro pecado, eso nos lleva a confiar en la obra de Cristo para poder cumplir con lo que nosotros no pudimos. Sin embargo, vemos que la Ley, al ser imperativos, también tenía la intención de revelar cómo Dios quiere que vivamos, son órdenes al fin y al cabo. El problema es el que dijimos antes, está todo hecho en base al único estándar: Cristo, y para nosotros es imposible vivir a esa altura.
¿Para qué entonces Dios le ordenaba a Israel vivir de una forma en la que Él sabía que era imposible para el ser humano? Para que busquen satisfacer a Dios, pero al fallar y ver la incapacidad de vivir acorde a Su voluntad, vivan en dependencia del Salvador que habría de venir. Eso es lo que habla Gálatas 3 acerca del ayo que es la Ley y lo que mencionamos antes. Hay una aclaración muy importante que hay que hacer con respecto a esto: el hecho de que sea imposible de cumplir no significa que no lo debían intentar y buscar obedecer. Israel debía hacer sus sacrificios y todo, pero al ver la insuficiencia de estos para quitar el pecado y la incapacidad de poder cumplir con todo, eso los llevaría a Cristo. Es por medio de esa búsqueda de intentar cumplirla que más incapaces se verían y más podrían maravillarse y vivir en dependencia a Él.
Ahora, todo esto era en la antigüedad, pero ¿qué pasa hoy en día? Exactamente lo mismo. Veamos algunos ejemplos de imperativos en el Nuevo Testamento. Efesios 5:25 dice "Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella." ¿Cuál es el imperativo aquí? "amen", pero veamos el estándar: "así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella". Y con esto les hago una pregunta ¿Quién puede cumplir con ese imperativo según ese estándar? Nadie, y el que dice que puede está mintiendo ya que el amor de Cristo por la iglesia es totalmente perfecto, sin pecado, infinito como sus atributos, algo que jamás podremos expresar. No podemos obedecer a este imperativo, y ante esto algunos dicen "Bueno pero podemos obedecer a nuestra medida". Volvamos a Israel, imagínese si ellos hubiesen dicho lo mismo sobre la Ley. Si de cierta forma hubiesen podido obedecer entonces la cruz no hubiese sido necesaria. Pero no, el estándar es Cristo, no obedecer a esa altura es no obedecer en absoluto, es por eso justamente que la cruz es tan necesaria. Sin embargo no nos debemos quedar con eso, al igual que Israel debemos usar eso para ver nuestra incapacidad e ir en dependencia a Cristo. Los que dicen que de cierta forma podemos obedecer con los imperativos se quedan sólo con la primera parte, por lo que no ven su incapacidad y no viven dependiendo de Cristo, sino que dependen de su burda obediencia que ni eso llega a ser.
Veamos más ejemplos del Nuevo Testamento. 1° Pedro 1:15-16 dice "sino, como Aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque Yo soy Santo." ¿Cuál es el imperativo aquí? "Sed santos" ¿Y cuál es el estándar? La Santidad de Dios. Entonces ¿Podés vos cumplir con este imperativo?¿Podés ser santo como el ser más Santo del universo? Claramente no, pero de vuelta, mira tu incapacidad y viví dependiendo de Cristo, de que Él ya hizo la obra. Otro ejemplo: En Juan 8:1-11 vemos la historia de la mujer adúltera, a quien Jesús la libró de ser apedreada por su pecado. Al final de la historia vemos unos imperativos por parte del Señor cuando le dice: "Ni yo te condeno; vete, y no peques más." ¿Acaso pudo la mujer no pecar más?¿Acaso vivió toda su vida sin pecar? ¡NO!¡Imposible! Pero al pecar, al fallar con ese imperativo, la mujer se acordaría de las palabras del Señor, se arrepentiría, y seguiría intentando vivir con ese estándar y volviendo a recordar a Cristo en cada momento debido a que no sería capaz.
De vuelta, nuestra incapacidad no hace que no busquemos obedecer. Como vimos al principio, los imperativos nos revelan la Voluntad de Dios, cómo Dios quiere que vivamos en este mundo. Y como hijos de Dios, como personas que han sido salvadas por Él, como personas a quienes se les ha mostrado gracia y tan grande amor, vamos a querer vivir como Él quiere que lo hagamos. En Su amor mostrado en la cruz tenemos el motor para buscar querer cumplir con esa Voluntad revelada a nosotros sobre cómo quiere que vivamos. Entre más busquemos vivir de esa forma, más vamos a ver nuestro pecado, más vamos a ver nuestra incapacidad, y más vamos a poder admirar la gracia, más vamos a ir corriendo día tras día a la cruz. La Ley eran imperativos, y los imperativos en el Nuevo Testamento no son distintos, ambos tienen un estándar enorme que es Cristo y que nos lleva a ver nuestra incapacidad para poder admirar más a nuestro Salvador y vivir en dependencia de Él.
En conclusión, ¿para qué están los imperativos en la Biblia? Están hechos para mostrarnos como Dios quiere que vivamos, nos revelan Su voluntad, y nosotros queremos cumplirlos, buscar hacerlos, pero al fallar si o si por no llegar al estándar ir a Cristo y tener una vida de arrepentimiento y dependencia en nuestro Señor. Esta es la forma en la que Dios nos va a ir haciendo crecer, dependiendo de Él, no intentando obedecer de una forma imperfecta la cual no es obediencia en absoluto. Entre más Él nos haga crecer, más nos enamoraremos, más vamos a querer agradarle, vivir como Él quiere que vivamos y, de vuelta el ciclo, más terminaremos dependiendo de Su Persona. Nuestra reacción a la obra de Cristo es amarle tanto que intentamos guardar sus mandamientos, pero estos no son gravosos (1° Juan 5:3) porque ¿cómo va a ser gravoso algo que nos lleva a ver más a Cristo?
Si fuésemos capaces de cumplir los mandamientos a la perfección, si nuestra vida estuviese centrada en los mandamientos, en la obediencia, y no a lo que ellos nos llevan, entonces ahí sí serían gravosos, y sería imposible. Porque ¿qué más gravoso que intentar cumplir algo que no podés y quedarte sólo con eso, no ir corriendo a Cristo en dependencia, sino creer que vos sí podés obedecer a esa medida? Eso es gravoso, eso es un peso. Si te centras sólo en la obediencia sin ver tu incapacidad, y crees que puedes lograrla, ahí sí serán gravosos. Pero si te centras en Cristo, en querer obedecerle por amor a Él y aún así ves tu incapacidad, fallas, y vas corriendo a tu Salvador, eso será lo más hermoso que te puede pasar en tu vida, porque no hay nada más glorioso en esta vida que poder depender de nuestro Señor, aunque nuestro orgullo odie totalmente eso. El centro de los mandamientos, de los imperativos, no sos vos, no es tu forma de vivir, sino que es Cristo, la revelación de Su voluntad y la dependencia en Él al ver nuestra incapacidad y Su poder.
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