Hoy, 31 de Octubre del 2023, se celebran los 506 años del comienzo de la reforma protestante. Sin embargo, pasado tanto tiempo, hay muchos que se denominan como reformados que tristemente tienen un pensamiento muy parecido al que se tenía antes de la reforma. Hablemos un poco más de esto.
A lo largo de estos más de 4 años que lleva este blog ya hemos hablado en distintas ocasiones del día de la reforma, sobre las 5 solas, la historia de la reforma protestante, o también cómo hoy en día se ha olvidado mucho la Sola Scriptura, dependiendo de lo que dicen videos de pastores en YouTube en lugar de la Palabra para formar convicciones. Pero hoy veremos otro aspecto en el cual se ha vuelto a un pensamiento bastante católico y que ignora las tres solas del medio (Sola Fide, Sola Gratia, y Solus Christus). Para ver esto debemos analizar primero qué es lo que creía/cree Roma sobre esto.
El catolicismo cree que Cristo murió por los pecados, pero no se queda sólo con eso. Ellos hablan sobre cómo Dios hizo su parte allí, pero vos ahora tenés que cumplir con todos los sacramentos que impone la iglesia, e igualmente vas a tener que pasar algo de tiempo en el purgatorio expiando algunos pecados. En el tiempo de la reforma, este tiempo en el purgatorio se podía acortar por medio de la venta de indulgencias. De esta forma podías comprar el perdón por tus pecados. Si bien este fue un gran detonante que impulsó la reforma, la realidad es que los sacramentos y el purgatorio también son enseñanzas que las 5 solas que se instauraron refutan.
El problema principal es que no ven la obra de Cristo como suficiente, es por eso que hay que agregarle todo lo que el catolicismo le agrega, básicamente obras. Sola Fide y Sola Gratia nos hablan de que la salvación es únicamente por gracia por medio de la fe, no se necesitan obras. Pero a su vez todo esto es contrario a Solus Christus ¿Por qué? Porque el único mediador deja de ser Cristo, y no hablo de María y los santos, sino que hablo de nosotros mismos. Las obras que les suman nos ponen en posición de estar intercediendo por nosotros mismos, lo cual desplaza a Cristo del medio.
La pregunta que surge entonces es ¿A qué de todo esto han vuelto muchos "reformados"?¿Acaso se volvió a creer en el purgatorio? Bueno no, no tanto, pero ¿recuerdan lo que dijimos antes sobre cómo el catolicismo cree que Cristo hizo la primera parte pero ahora te toca a vos?¿No les suena familiar eso? Esto es lo que tristemente cree el pietismo/sinergismo. Obviamente no van a afirmar que creen algo como Roma, van a levantar la bandera de las 5 solas, por eso se dicen "reformados" (y si, claramente va entre comillas porque no son reformados realmente). El problema no está en lo que afirman con sus bocas, o ni siquiera lo que dicen en algunas de sus prédicas (algunas). El problema está en la vida cristiana, en la práctica, en la vida de iglesia que tienen.
Estas personas afirman que en la regeneración y justificación la obra de Cristo es suficiente, Él lo hizo. Pero luego, en la vida cristiana, allí ya es tu parte. Dios ya te salvó, te regeneró, ahora te toca a vos. El hecho de que tu santificación dependa de tu desempeño, de tus obras al fin y al cabo, es negar que la obra ya fue completa en Cristo. Obviamente que se va revelando en nosotros, va impactando en nuestras vidas, se va perfeccionando de forma progresiva (Filipenses 1:6), pero es algo que ya obtuvo, la obra ha sido consumada (Juan 19:30). El hecho de decir que ahora nos toca a nosotros, que tenemos que colaborar con Dios en nuestra santificación también va en contra de Sola Fide y Sola Gratia, ya que nuestra santificación (la cual es parte del plan de salvación) ya no es sólo por gracia por medio de la fe tampoco, sino que le sumamos nuestras obras (Como siempre decimos en este blog, ponen a las obras como la causa de nuestra santificación en lugar de la consecuencia).
Pero además de esto, también va en contra de Solus Christus, ya que ahora, por medio de nuestras obras, de nuestra obediencia, estaríamos intercediendo por nosotros mismos para santificarnos. Y no, esto no es así, ya que es Cristo el que continúa intercediendo por nosotros. Ni siquiera podemos orar de una forma correcta sin que el Espíritu de Cristo obre e interceda por nosotros (Romanos 8:26-27) ¿Cómo entonces nuestras obras podrían hacernos crecer en santidad? ¡Es al revés! Crecemos en santidad (por pura gracia de Dios que nos la da sin merecerla) y eso se ve reflejado en nuestras obras. No somos intercesores, Cristo lo es, no es nuestra parte, es Cristo perfeccionando, revelando Su obra en nosotros. Somos simples receptores de gracia la cual se ve reflejada en nuestras vidas por medio de las obras.
En gran parte, todo este pensamiento que se tiene muy parecido a lo que cree el catolicismo, a mi parecer es por un temor que hay de que si decimos que la obra ya ha sido consumada, entonces la gente va a pensar que puede vivir como el mundo sin problema y va a haber un liberalismo cada vez más marcado en las iglesias. Si bien ya hemos hablado de esto en el blog que se llama "¿Exalto demasiado la gracia?" que recomiendo que lean, me parece importante marcar algo. Al tener este miedo no se está confiando en la soberanía de Dios, ni en su gracia irresistible, ni en su obra consumada ¿Por qué? Porque, como dijimos antes, y como afirma Su Palabra, es Él quien va perfeccionando su obra. Si usted ha sido salvo, no es que ahora tiene que hacer su parte haciéndose crecer (porque ¿quién puede hacerlo?), pero tampoco es que puede vivir como el mundo. Y es justamente eso se le va a hacer imposible, no va a poder vivir como el mundo, porque Dios lo va a ir haciendo crecer, poniendo convicción de pecado (haciendo que se sienta totalmente incómodo en el mundo). Por más de que por momentos Dios en Su Soberanía permita que caigamos (a veces por un tiempo como a David o Pedro), eso siempre será con el objetivo de hacernos crecer y que nos enamoremos más de Él.
Si confiamos en el obrar de Dios, en que es por gracia por medio de la fe, y en que nuestras obras no alcanzan para aportar absolutamente nada, sino que lo necesitamos a Cristo como mediador todo el tiempo, entonces jamás tendremos ese miedo, porque nuestro crecimiento no estará determinado por nosotros, sino por Él, quien es Fiel a Su promesa. Todo miedo se disipa cuando confiamos en Cristo para todo, lo cual se ha perdido, ya que hemos empezado a poner nuestra confianza para la santificación en nuestras propias obras. Al igual que en la reforma debemos volver a Solo Cristo, debemos volver a lo que nos enseñan las Escrituras. Debemos dejar de ver la obra de Cristo como insuficiente, como que fue el primer paso y ahora nos toca a nosotros, tal como lo hacía y hace el catolicismo, y comenzar a verla como una obra totalmente consumada, confiando en que es Dios quien la va haciendo visible en nosotros. Volvamos a creer que es todo sólo por gracia, solamente por medio de la fe en la sola obra de Cristo de acuerdo solamente a las Escrituras y todo esto sólo para la gloria de Dios. En ningún lado entramos nosotros a actuar sino simplemente a ser receptores de esa gracia que impacta y transforma nuestras vidas.
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