Empezamos con una nueva serie de una epístola corta pero muy profunda: Gálatas. A lo largo de esta serie veremos la importancia de la gracia y cómo tendemos a desviar nuestra mirada de la misma.
"Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos), y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo." Gálatas 1:1-3
Antes de adentrarnos en la carta vamos a hablar en el blog de hoy un poco acerca del contexto de la misma. No hay duda con quién es el autor de la misma ya que su nombre es literalmente la primera palabra que leemos. De lo que sí hay dudas es en cuanto a la fecha y en cuánto a los destinatarios. En cuánto a la fecha, la principal duda viene por lo descrito en el capítulo 2 sobre las visitas de Pablo a Jerusalén. El problema aquí es más que nada que muchos consideran esa segunda visita que menciona donde Pedro, Juan y Jacobo le dieron la mano, como su visita por el concilio de Jerusalén narrado en Hechos 15. Sin embargo, vemos que algunas cosas no concuerdan, como por ejemplo que en Gálatas dice que fue algo más en secreto mientras que el concilio para nada fue secreto. A su vez, al haberse tratado un tema tan relevante en el concilio y que serviría tanto para refutar a los falsos maestros que atacaban a los gálatas (ya hablaremos de eso) es raro que el apóstol no mencione la decisión que se tomó allí como una forma de respaldarse. Si Pablo hubiese nombrado al concilio, la carta tranquilamente podría ser más corta ya que tendría más fundamento con respecto de otros líderes. Como este no es el caso, se estima que la carta debió haber sido escrita antes de Hechos 15 y que las dos visitas son las de Hechos 9 y Hechos 11. Por lo que esta carta debería haber sido escrita cerca del año 48 o 49 d.C.
El otro problema son los destinatarios, ya que Galacia era una zona bastante grande de Asia menor (lo que hoy en día es Turquía). En el norte de la región teníamos a los Gálatas provenientes de regiones de Francia. Estos eran una civilización celta, y se decía que eran los gálatas étnicos. Sin embargo, no vemos registro de Pablo yendo a esas regiones hasta después del concilio, lo cual sería raro porque, por lo que se ve en la epístola, Pablo estuvo en la fundación de las iglesias destinatarias. Lo más probable es que se estuviese dirigiendo a los gálatas del sur compuestos por ciudades como Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra, y Derbe, todas ciudades donde Pablo comenzó obras en su primer viaje misionero, mucho antes del concilio.
En esta carta vemos un carácter de urgencia, ya que el autor no pierde el tiempo y va derecho al grano. De hecho es curioso que no tenga un agradecimiento o una oración como suelen tener el resto de epístolas paulinas ¿Por qué la urgencia? Porque así como se fue de las ciudades, empezaron a adentrarse personas en las iglesias que querían sumar la ley judía a la obra de Cristo, lo que comúnmente se conoce como judaizantes. Ellos querían que los gentiles que se convertían se circunciden, sino no eran salvos según estas personas. Pero ojo que los judaizantes no hablaban sólo de la circuncisión como muchas veces se predica. No, ese era el primer paso nomás. Estos falsos maestros querían que los gentiles cumplan con el resto de la Ley también. Ante todo esto, ante esta suma de obras al Evangelio, Pablo escribirá recordando principalmente la gracia y la justificación sólo por la fe, sin ninguna obra nuestra. De este tema también habla la epístola hacia los romanos, y por eso muchas veces se las estudia en conjunto. Tienen muchas similitudes en el medio aunque claramente romanos, al ser más extensa, desarrolla un poco más de temas.
Pero no contentos con esto, los judaizantes también atacarían a Pablo de forma personal, dudando de su apostolado, su doctrina, y diciendo todo tipo de mentiras. Ante esto, el autor se estará defendiendo a lo largo de la carta y ya en los primeros versículos que leímos antes lo podemos notar. La palabra "apóstol" en su original significa "enviado", por eso a Epafras y a Bernabé se los llama apóstoles en la Biblia también, porque eran enviados por las iglesias. Pero Pablo no fue enviado por hombres, sino que él era un apóstol enviado por Cristo mismo, por lo cual, su autoridad era igual a la de Pedro y Juan. Al decir que simplemente era un apóstol porque las iglesias lo habían enviado, estaban minimizando la autoridad de Pablo, cuando él fue enviado por Cristo mismo. Y con esto también, claramente, minimizaban su mensaje, dando así la oportunidad para oponerse al mismo.
A lo largo del capítulo 1 y 2 veremos a Pablo defendiendo su apostolado. Luego, en los capítulos 3 y 4 veremos a Pablo dando claridad sobre la Ley. Y por último, en los capítulos 5 y 6 veremos a Pablo mostrando las implicaciones en nuestras vidas de la gracia y la justificación sólo por la fe. Si bien la epístola tiene un contexto bastante marcado y particular, vamos a ver cómo hoy en día se siguen cometiendo muchos de los errores que cometían los gálatas, o más bien los judaizantes que estaban allí. Y es por eso que hay que volver al Evangelio puro. Si bien hoy en día hay todo un movimiento que está tratando de volver a la Ley, pero nosotros muchas veces también, no con la Ley exactamente, intentamos sumar obras a la gran obra de Cristo. Es por eso que Gálatas me parece un libro muy importante en la actualidad para que nos vuelva a mostrar el poder de la gracia, la verdadera utilidad de las obras y, por sobre todo, dejar de poner nuestros ojos en nosotros mismos y ponerlos en Cristo. Acompáñenme estos próximos 3 o 4 meses (más o menos eso tardaremos) viendo este hermoso libro y la centralidad de nuestro Salvador en Su plan de redención.
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