Sin dudas esta es una de las preguntas que más se ha hecho la humanidad a lo largo de la historia. Hoy la responderemos tanto de forma general para todo ser humano, como para el cristiano en específico, cuál es su propósito.
Partamos de la base de la creación. Si usted no cree que haya un Creador, es imposible que le encuentre un sentido o propósito a la vida, ya que todo es porque simplemente sucedió así. Fueron una serie de casualidades o eventos que terminaron formando todo, y de esa misma forma es que no hay razón de ser. Sin embargo, si hay un Creador, ese ser nos hizo con una razón, un propósito. Dios, el cual es la perfecta definición del Creador de todo, no nos creó simplemente porque estaba aburrido, Él es completo en sí mismo. Por lo que entonces tuvo una razón para crearnos, y esa razón es el propósito de nuestra vida.
Hay un versículo muy famoso que resume el para qué de todo, este es Romanos 11:36 "Porque de Él, y por Él, y para Él, son todas las cosas. A Él sea la gloria por los siglos. Amén." Fíjense que todas las cosas, no sólo las creadas sino también, por ejemplo, las circunstancias, primero provienen de Él. Esto significa que Dios decretó absolutamente todo. Y si, Él decretó también el pecado sin ser el autor del mismo. Hay dos ejemplos bien claros de esto que son la caída de Adán y Eva y la traición de Judas, eso fue decretado, no había un plan B por si no caían, iba a pasar. Dios decretó toda la historia, y esos dos eventos como parte de la misma, sin ser el autor del mal, no sabemos cómo funciona esto exactamente pero sabemos que es así.
Lo segundo que dice el versículo es que es "por Él". Esto claramente nos habla de que Dios es la razón de que todo exista, sin Él no habría nada porque es el Creador. Sin embargo, no sólo nos habla de la razón sino de sustentabilidad. Él es el que sostiene todo. Y si, de vuelta, esto también aplica a las circunstancias. Por lo cual vemos que si vos estás vivo no sólo es porque Él te creó, sino porque también Él te sustenta. Nuestro origen y continuidad están en Dios, y estas cosas son fundamentales para ver entonces, ahora sí, nuestro propósito.
El tercer punto es "para Él". Acá está nuestro propósito, el cual es Dios mismo ¿Cómo es esto? Bueno, la última oración antes del Amén nos lo explica. Todo, absolutamente todo, fue creado para darle gloria a Dios. Él nos creó para darle gloria a sí mismo. Desde el punto de vista humano puede hasta parecer egocéntrico esto. Pero no es así bajo ningún término. Primero porque Él es el Creador, por lo cual está en todo Su derecho. Y segundo porque este plan de glorificarse le costó demasiado a Dios, más de lo que vos y yo podemos llegar a perder en nuestras vidas.
Quizás estás diciendo "Yo no creo en esto que vos decís, mi propósito no es glorificar a Dios". Dejame decirte que no es algo que elijas. Ya sea con tu vida o con tu muerte, Dios se terminará glorificando ¿Suena fuerte? Si, pero ¿a qué me refiero con esto? Bueno, por nuestro pecado nos vemos imposibilitados de cumplir este propósito con nuestra vida, ya que el mismo nos aleja totalmente de Él. Por lo tanto, nuestro pecado no nos deja cumplir con nuestro propósito principal. Sin embargo, eso no significa que fuiste creado y no vas a cumplir con tu propósito. La Biblia nos habla que la paga por nuestro pecado es la muerte espiritual por toda la eternidad (Romanos 6:23). En el día del juicio Él mostrará Su justicia en el lago de fuego contra todos aquellos que estén muertos espiritualmente. Ese día Dios se glorificará en vos contra tu voluntad por medio de Su justicia. Pero tranquilo, hay esperanza.
Recuerda que dije que a Dios le costó mucho este plan de glorificarse por medio de Su creación. Y es que para que le podamos glorificar por medio de nuestra vida, Él tenía que romper esa barrera que creaba el pecado, ya que nosotros no podíamos al estar muertos espiritualmente. Por lo que Dios mismo se hizo humano, vivió una vida perfecta y pagó nuestra deuda en la cruz, muriendo en nuestro lugar pero también resucitando. Esto lo hizo, no porque lo merezcamos, sino porque Él así lo quiso y que así podamos cumplir nuestro propósito. Al creer en esa obra que hizo, la barrera del pecado desaparece, y esa vida perfecta que Cristo vivió se nos es puesta en nuestra cuenta, por lo que ahora le podemos glorificar por medio de la misma y por medio de Su gracia. Jamás podrás cumplir tu propósito en esta vida si no crees en que Cristo te reconcilió con tu Creador. No tienes razón de ser sin Él.
Ahora, estando en Cristo, el propósito ¿cambia? No, sigue siendo el mismo. En este momento es cuando nos ponemos a hablar sobre el propósito del cristiano. Hace poco leí una frase que decía que Dios no quiere tu felicidad, sino tu santificación. Pero esto está errado, porque Él quiere las dos cosas para nosotros, quiere que nosotros seamos felices mientras nos hace crecer en santidad. Dios tiene un plan en el que se glorifica. Vimos cómo el plan incluye la creación y la justificación del hombre. Pero Él se glorifica en absolutamente todo el plan de salvación, desde la predestinación hasta la glorificación. Es por eso también que sabemos que nuestra santificación está segura, no por nosotros, sino porque la misma tiene el propósito de glorificar a Dios, como absolutamente todo.
En el Antiguo Testamento podemos observar cómo Dios siempre hacía todo con un fin, ¿cuál era? En repetidas ocasiones a lo largo de estos 39 libros lo dice: "y sabrán que Yo soy Jehová". Cada juicio, cada cosa que Él hacía, el objetivo principal no eran las personas, sino que es Él. Todo es para glorificarse a Él mismo, aún nuestra salvación (incluyendo santificación claramente). Tu santificación, tu vida cristiana, tiene el objetivo de que veas a Dios actuando en eso. Vos no sos el centro, ni de tu vida, ni de tu crecimiento. Si no lo ves a Él obrando en vos y crees que tu crecimiento es por tu disciplina, que tu vida está mejor porque estás leyendo la Biblia todos los días, entonces te estarás perdiendo también de cumplir este propósito hermoso que tenemos. Si leemos más, si crecemos, aún si somos disciplinados, todo es porque Dios obra en nosotros, mientras más tengamos presente esto, más podremos ver cómo Él se lleva la gloria en absolutamente todo. No somos el fin de la creación, sino que somos el medio por el cual Dios se glorifica aún más, y esto por medio de nuestra salvación. No me mal entienda, no es que Dios nos necesita, sino que Él nos usa. Y gracias a Dios por eso porque sino no sólo no tendríamos propósito, sino que también ni siquiera existiríamos.
Aún en las circunstancias ¿por qué podemos estar gozosos? Solemos decir que porque todo ayuda a bien, y sí, la Biblia lo dice. Pero ¿dónde encontramos el verdadero gozo? Si bien está la promesa, no lo encontramos en nosotros, no lo encontramos en que saldremos siendo beneficiarios de alguna u otra forma, sino en Dios mismo. Podemos estar gozosos en el medio de todo porque sabemos que cada circunstancia hace que eventualmente Dios cumpla su propósito general. La felicidad, el sentido, jamás los encontraremos si vivimos viéndonos a nosotros. Si tenemos en cuenta el propósito por el cual Dios hizo todo, y nos gozamos en el mismo, veremos la vida a través de ojos totalmente distintos. Nada es principalmente para nosotros, todo el principalmente para Él, y nosotros somos beneficiarios de que Él esté cumpliendo Su propósito por medio nuestro. No hay gozo más grande que este, no hay gozo más grande que saber que cada cosa que vivamos, altos y bajos, Dios los está utilizando para glorificarse. Si Él realmente es nuestro centro, viviremos agradecidos por ser medios para Su glorioso plan, siendo Él digno de absolutamente toda la gloria, no te olvides de eso. Este es nuestro sentido, Él es nuestro propósito.
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