Estamos en fechas de Pascuas donde recordamos lo que fue el sacrificio y resurrección de Cristo. Hoy reflexionaremos un poco más en aquel día hace un poco menos de 2000 años donde Cristo fue crucificado.
Siempre en estas fechas hay una película que pasan por todos lados: La pasión de Cristo. Aunque tiene sus cosas, hay algo que rescato, y es que nos muestran lo crudo y doloroso que fue ese día para Jesús. Si han visto la película saben de lo que hablo, toda la parte de la tortura más la parte en la que lo clavan en la cruz es simplemente tremenda. En la antigüedad en realidad o se lo torturaba o se lo crucificaba, no se hacían las dos cosas, ya que esa tortura directamente te dejaba al borde de la muerte. Pero a Jesús le hicieron las dos cosas, los dos ladrones que fueron crucificados junto a Él no pasaron por todo lo que Cristo pasó.
Si bien todo el dolor reflejado en esa película y que fue realmente así es impresionante, y creo que ninguno de nosotros lo podría soportar, eso no fue lo peor para Jesús ese día. Si, hubo algo aún más doloroso para Él. 2° Corintios 5:21 dice que Cristo se hizo pecado ¿Qué significa esto? Que por primera y única vez en toda la eternidad, Cristo no estuvo en comunión con el Padre. Jesús estaba cargando con todo el peso de los pecados de todos los que Dios predestinó para salvación. En ese momento la tierra se puso en oscuridad, Dios mismo estaba siendo separado de Él mismo, el Padre había desamparado al Hijo (Mateo 27:46). Toda la tortura, la crucifixión, y ni un relato tenemos de que Cristo se haya quejado, pero cuando estuvo separado del Padre por primera y única vez, Jesús clamó al cielo. Me gustaría poner un ejemplo o una ilustración de lo que fue ese momento, pero no hay nada que pudiese expresar lo que Cristo sintió. El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo son uno mismo, desde la eternidad que conviven en una unidad más allá de nuestra razón dentro de lo que es la Trinidad. Pero ahora, el Hijo se había hecho maldición, una parte de sí había muerto. Ese dolor que tuvo Cristo al hacerse pecado en la cruz, que fue mayor aún que toda la tortura y la crucifixión, fue para salvarnos de nuestros pecados. Volviendo a 2° Corintios 5:21, allí dice que Él se hizo pecado "para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él".
En la cruz, Dios se reveló a los hombres como nunca lo hizo. Si han leído la serie que tenemos sobre los atributos de Dios, habrán visto que es por medio de la salvación del hombre que Dios más muestra y revela sus atributos. Considerando eso, más lo que hablamos antes del terrible dolor que sufrió Cristo en aquella cruz, podemos ver lo importante y hasta qué punto Dios quiso llegar, ya desde antes de la fundación del mundo, para darse a conocer. Y ahora pensemos un poco en nosotros. Somos beneficiarios de la forma en que Dios se quiso revelar. Él no tenía por qué haber muerto por nosotros, no tenía por qué prometer un Salvador, ni siquiera tenía por qué crearnos, es todo porque simplemente Él quiso y porque quiso revelarse. Pero ahora, gracias a eso, no solo fuimos creados, sino que también podemos tener una comunión hermosa con Él. Hemos sido beneficiarios del plan de Dios para revelarse, el cual era por medio de la redención nuestra.
Como empecé diciendo, en estas fechas están pasando la película de la pasión de Cristo todo el tiempo. Y en las iglesias también se le da un mayor énfasis y se organizan reuniones especiales recordando la muerte y resurrección de Cristo. Pero esto no debería ser solo en Pascuas. Dios hizo absolutamente todo para revelarse en ese momento, Cristo sufrió más que cualquiera a lo largo de la historia para salvarnos y darse a conocer a los hombres. Si el Señor hizo todo eso, ¿no les parece poco solamente en estas fechas acordarnos tanto del sacrificio de nuestro Creador? Dios nos creó ya pensando en nuestra redención (no por nada nos predestinó antes de la fundación del mundo). Es impresionante el plan de redención para darse a conocer, y si bien en Pascuas lo recordamos más, este merece ser recordado y vivido cada día de nuestras vidas. Si bien no lo hacemos de forma perfecta, y nos olvidamos muchas veces, el Evangelio es el tesoro más valioso que tenemos, sino Dios no hubiese hecho tantas cosas por causa del mismo. Que nuestra vida sea recordar constantemente ese sacrificio. Que todas nuestras reuniones de la iglesia sean para tener presente el Evangelio. La crucifixión fue el punto cúlmine de un plan para Dios revelarse que se lleva a cabo desde antes de la fundación del mundo. Es por esto que no solo merece un feriado y unas reuniones donde la recordemos. Sino que la cruz debe ser aquello de lo cual vivamos pensando, recordando, y agradeciendo a nuestro Señor. Si bien en estas fechas es Pascuas, la realidad es que Pascuas debería ser todos los días del año.
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