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La cena del Señor

La cena del Señor, o santa cena, es una de las ordenanzas que nos dejó Cristo para su iglesia. Por eso hoy veremos un poco más lo que dice la Biblia al respecto.

Blog 181: La cena del Señor

Si hablamos de la cena del Señor hay 4 capítulos de la Biblia a los que nos podemos referir: Mateo 26, Marcos 14, Lucas 22, y 1° Corintios 11. En los tres primeros vemos la institución por parte de Jesús mismo en el aposento alto. Desde un primer momento podemos observar el simbolismo, que muchos ya sabemos, de la cena: el pan que representa el cuerpo (y con esto Su encarnación) quebrantado del Señor en nuestro lugar, y el vino que representa la sangre derramada que nos limpió de nuestros pecados. El gran mensaje de la cena del Señor es el Evangelio, y para eso está, para recordarnos del mismo. No por nada Jesús dijo el tan famoso "Haced esto en memoria de Mí". Y si bien en el Evangelio según Mateo, Marcos, y Lucas vemos el momento exacto de la institución, creo que en 1° Corintios 11 Pablo nos da un poco más de luz sobre algunos temas.

Empecemos por el propósito de la cena. 1° Corintios 11:26 dice que cada vez que la tomamos "la muerte del Señor anunciáis hasta que Él venga". Aquí vemos que la cena del Señor está hecha para anunciar el sacrificio de Cristo ¿Pero no era para recordar, hacerlo en memoria de Cristo? Bueno, ¿quién dice que el anunciar siempre es para el inconverso? Cuando tomamos de la cena, también nos anunciamos el Evangelio a nosotros mismos, eso es recordarlo. Obviamente que si hay no creyentes cuando la tomamos, también es un anuncio para ellos del Evangelio. Pero el punto es el mismo.

Ahora, este versículo está dentro de un paréntesis que hace Pablo en ese capítulo donde, al igual que en los evangelios, nos cuenta cómo Cristo instituyó la cena del Señor. Pero tanto antes como después vemos los malos usos que le estaban dando en la iglesia de Corinto a la cena. Y este pasaje se ha utilizado para decir un montón de cosas en la cena que en realidad no son así. Para interpretar correctamente todo lo que Pablo dice aquí debemos tener una comprensión de lo que estaba pasando en la iglesia. En los versículos 20 al 22 vemos que los corintios estaban teniendo una actitud totalmente egoísta en el momento de la cena del Señor. Atacaban rápidamente la comida y el vino haciendo que muchas personas no lleguen a participar. Y no solo eso, sino que llegaban al punto de emborracharse. Por lo que no solo tenían esa actitud egoísta, sino que se estaban excediendo. Los que tenían mucho llevaban mucho pero no lo compartían, sino que lo comían ellos rápidamente y los necesitados pasaban hambre. Al hacer estas cosas, claramente no se estaban acordando del Evangelio al tomar la cena, sino que estaban pecando con los símbolos mismos. Es por eso que Pablo les dice en el versículo 20 que eso "no es comer la cena del Señor". Sin el Evangelio no hay cena del Señor.

Luego de estos versículos viene el paréntesis del que hablamos antes sobre la institución de la cena, y después viene el pasaje donde quizás más se tergiversan las palabras de Pablo con respecto a este tema. El versículo 27 comienza hablando de tomar la cena indignamente. Ante esto muchos han llegado a tomarlo como si fuese tomarla mientras uno está en pecado, pero no hay nada en el contexto que diga eso. Sino que en el contexto, tomar la cena indignamente es hacer lo que vimos en los versículos 20 al 22, lo que hacían los corintios, despreciando totalmente el sacrificio de Cristo, pecando con los mismos símbolos de Su muerte. Esto también lo vemos que es lo mismo que dice Pablo en el versículo 29, ampliando sobre lo que es tomar indignamente. Acerca del versículo 28 ya hablamos en todo un blog acerca de examinarnos a nosotros mismos (que les recomiendo que lean) donde vimos, con palabras de Calvino, que no habla bajo ningún aspecto de cuestionar nuestra fe, sino de reflexionar en el Evangelio, meditar en ese momento de la cena. Si uno recuerda el Evangelio, entonces no será juzgado (versículo 31). 

Este juicio que se menciona más en realidad en el versículo 30 también ha sido muy mal interpretado. He escuchado muchas veces decir que si uno no está firme en el Señor, si está pecando, si en la semana no hizo su devocional, entonces es mejor que se abstengan de tomar la cena porque iban a tomar juicio para sí. Pero esto no es bajo ningún aspecto lo que está diciendo Pablo aquí. La cena es justamente para ese tipo de personas, para que en ese momento recuerden el Evangelio y se arrepientan. No hay que ser un santo para tomar la cena, sino nadie podría. Justamente vamos a la cena como pecadores, arrepintiéndonos, recordando el Evangelio. Entonces ¿a qué se refiere cuando habla de que "juicio come y bebe para sí"? Bueno dijimos que el centro de la cena del Señor es el Evangelio, y si pensamos un poco, el Evangelio para el cristiano es para salvación, pero para la persona que no se arrepiente es juicio, porque le está diciendo que todo el peso de la ira de Dios estará sobre Él por la eternidad. El Evangelio sólo es juicio para el inconverso. Para el cristiano que no está en un buen momento, que no está en una buena relación con el Señor, no es juicio, es esperanza, porque cuando lo recuerda ve la obra que Dios hizo por él, se acuerda de la gracia a pesar de todo su pecado. Esa es la diferencia entre el inconverso y el creyente por más de que esté pasando un mal momento. Y recordemos que la perseverancia de los santos afirma que podemos tener esos momentos, esos tiempos en los que no estamos bien, pero efectivamente Dios nos traerá de vuelta ¿Y cómo lo hará? Por medio del Evangelio ¿Y quién dice que el Evangelio en la cena del Señor no puede hacer eso? Pero volviendo al tema, cuando hay una persona que dice ser salva pero no lo es, y toma la cena, entonces los símbolos que representan la obra de Cristo son un recordatorio para él del juicio de Dios sobre su vida.

De hecho, en el Evangelio según Lucas, el cual los eruditos afirman que es el más cronológico por la investigación del doctor Lucas, se nos da a entender que Judas Iscariote estaba presente en el momento de la institución ya que Jesús, después de tomarla, habla del que lo iba a traicionar. Mateo y Marcos no hablan al respecto, pero según la evidencia que hay en Lucas, Judas estaba allí todavía (aunque igualmente no hay pruebas suficientes para afirmar ninguna de las dos cosas). Supongamos que estaba y que tomó de la cena para seguir aparentando (por eso los otros discípulos no pudieron identificar quién iba a negar a Jesús, porque Judas aparentaba muy bien). Bueno, si Judas estaba allí, entonces él tomó juicio para si, ya que el Evangelio fue eso para él. Ahora, no hay nada místico en este juicio, es el mismo juicio del que habla toda la Biblia, no es un juicio aparte, tampoco es un pecado, simplemente que el Evangelio al inconverso es para juicio, y al tomar y beber los símbolos que representan el Evangelio, entonces sí toma y bebe juicio. Y de esto último también quiero hablar. Hay muchas personas que cuando hablan de la cena del Señor parece como si fuese algo sobrenatural, místico, pero nada que ver. Son símbolos que representan dos aspectos claves del Evangelio (el cuerpo y la sangre de Cristo), y con esto no le quito valor en absoluto, no hay nada más importante que recordarnos el Evangelio todo el tiempo. No es que en la cena tenemos un perdón mayor de nuestros pecados. Nuestros pecados ya fueron perdonados en la cruz, y día tras día nos tenemos que seguir arrepintiendo de ellos (1° Juan 1:9), siendo la cena entonces un recordatorio de esto.

Por último quiero que hablemos algo de lo que no habla la Biblia, y son las formas de cada iglesia. Hay congregaciones que las toman todos los domingos en la reunión, otras que la toman todos los domingos en una reunión anterior de la general, otras que la toman el primer domingo de cada mes, etc. La realidad es que en la Biblia no hay nada escrito. Quizás, algo que no comparto es que en el momento de la cena estén sólo los miembros de la iglesia. Ya que la cena puede ser de testimonio del Evangelio para el inconverso, como dijo Pablo en 1° Corintios 11 que vimos antes. Y continuando con este capítulo, en 1° Corintios 11:25 habla de que recordemos el Evangelio cada vez que la tomemos, pero no dice cuándo lo debemos hacer. Con esto digo lo siguiente, no importa qué costumbre tiene tu congregación, lo importante es que ese momento se centre en glorificar a Cristo, en recordar el Evangelio. Y no, no es un momento donde todos se ponen tristes a recordar su pecado, porque sí, muchas veces parece eso, parece un cementerio cuando estamos tomando la cena. Pero la primera cena del Señor allí en el aposento alto, fue en medio de una CELEBRACIÓN judía. Si bien los corintios pervirtieron esto de que sea una fiesta, al momento de tomar la cena hoy en día debemos estar gozosos del Evangelio y anunciar eso, transmitir la alegría que Dios nos da en la salvación.

La cena del Señor últimamente se ha centrado mucho en el hombre, haciendo que sea un momento de autoexamen, de ver nuestros pecados, etc. Pero el centro siempre es y ha sido Cristo, es a Él a quien recordamos. La cena no es poderosa en sí, es poderosa porque nos apunta a la cruz, a volver a poner nuestros ojos en Cristo. Y esto es algo que debemos hacer todos los días, pero gracias a Dios que nos dejó estos símbolos para que cuando nos cuesta hacerlo, como comunidad, como cuerpo, nos podamos ayudar unos a otros a ver a Cristo. Ahí es cuando vemos que aún la cena del Señor es una muestra de Su gracia.

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