El 2022 está llegando a su fin, y con el nuevo año siempre vienen un montón de promesas o de planes. Pero hoy hablaremos de aquello que es constante cada año, nuestra necesidad más grande.
Estamos terminando el año y estas fechas suelen ser un momento muy reflexivo. Nos arrepentimos de todo lo que no hicimos este año, decimos que las vamos a hacer el que viene, y planeamos cosas para lo que será este nuevo año. A veces, muchas cosas suelen variar entre año y año, pero una siempre será constante. Decimos de hacer un montón de cosas distintas, pero hay una que la necesitamos hacer todos los años, día tras día, y esto es recordar el Evangelio. Tanto un inconverso como un cristiano de hace 50 años necesita del Evangelio día tras día ¿y por qué es esto? Hoy hablaremos un poco de por qué el Evangelio es tan central.
Primero que nada, vemos en Romanos 1:16 que el Evangelio es poder de Dios para salvación. Pero el Evangelio no solo nos sirve para salvarnos de la ira de Dios, sino que va más allá. En Él no solo vemos quién es Dios, sino quienes somos nosotros. Muchas veces hemos hablado de que hay que recordarnos día tras día el Evangelio, que hay que vivir el Evangelio, que no solo es el abc de nuestra vida, y un montón de cosas parecidas, pero ¿qué significa todo esto? Veamos punto por punto.
El Evangelio nos muestra quién es Dios. Si han leído o escuchado nuestra serie sobre los atributos de Dios, allí vimos que en la cruz Dios manifestó todos sus atributos, es la revelación más grande que tenemos de nuestro Señor. Allí podemos ver la Santidad, Misericordia, Amor, Omnipotencia, Soberanía, Inmutabilidad, Omnisciencia, y así con cada uno. Mientras más profundizamos en la obra del Evangelio, mientras más meditamos en ella, más veremos cada uno de estos aspectos de Dios, más le conoceremos. Recordemos también que la vida eterna es conocerle a Él (Juan 17:3). De esta forma, al conocerle más, más nos enamoraremos de Él al ser cautivados por semejante obra que hizo por nosotros. Y este amor es el que luego da como resultado la obediencia. Por lo que reflexionar en el Evangelio, conocer más a Dios, resulta central para el crecimiento que Dios produce. El Evangelio nos cautiva porque nos muestra a Dios y es en realidad Su carácter el que nos conmueve.
Ahora, el Evangelio no solo nos muestra a Dios y hace que nos enamoremos más de Él, sino que también nos muestra quiénes somos nosotros. Al ver al Santo Dios vemos lo pecadores que somos. Al ver lo pecadores que somos vemos nuestra incapacidad, y al ver esa incapacidad vemos la obra y lo grande de nuestro Señor. Ahora, el ver nuestra incapacidad en el Evangelio no solo nos sirve para depender de Dios para nuestra salvación, sino que nos sirve para el día a día. El poder de Dios se ve manifestado en nosotros cuando reconocemos nuestra incapacidad, nuestra debilidad (2° Corintios 12:9). Al ver lo débiles que somos, que no podemos vivir de acuerdo a ningún estándar excepto el de pecadores, allí es cuando empezamos a vivir realmente en dependencia de Dios. El Evangelio nos humilla a tal punto que vemos que con nuestros esfuerzos no podemos y lo necesitamos a Cristo para absolutamente todo. Eso es lo que nos llevará a orar, leer la Palabra, etc. Ya que es por medio de eso que nos rendimos en dependencia a Él. Los medios de gracia están justamente para esto. Si una persona cree que puede por sus fuerzas, entonces no se está recordando el Evangelio día tras día. Y si podemos acudir a estos medios de gracia es justamente también por la gracia de Dios.
Este blog está hecho para recordarnos lo importante de tener siempre presente el Evangelio en nuestras vidas. Año tras año van a haber un montón de cosas que cambien. Nuestro trabajo, las amistades, el hogar, hasta la familia, todo puede cambiar. Pero algo que no va a cambiar para nosotros, pase lo que pase, es nuestra necesidad de recordarnos el Evangelio día tras día. Sin él jamás podremos conocer más profundamente a nuestro Señor, y jamás viviremos en dependencia a Él, intentaremos todo en nuestras fuerzas, cuando en realidad Dios nos pide mostrarnos vulnerables delante de Él (de nuevo, 2° Corintios 12). Que este 2023 pueda ser un año centrado en el Evangelio para todos nosotros. No importa en qué año estés leyendo esto, siempre necesitarás del Evangelio.
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