Continuamos con nuestro estudio sobre la carta hacia los Colosenses y hoy veremos cómo el Evangelio impactó tanto en la vida de los hermanos de Colosas como en el ministerio de Pablo.
"21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado 22 en Su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de Él; 23 si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro. 24 Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por Su cuerpo, que es la iglesia; 25 de la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, 26 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a Sus santos, 27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, 28 a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; 29 para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de Él, la cual actúa poderosamente en mí. 2:1 Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro; 2 para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, 3 en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento." Colosenses 1:21-2:3
El pasaje anterior terminó hablando sobre cómo Cristo reconcilió la creación (esto no habla de salvación universal bajo ningún aspecto) para presentársela a sí mismo. Ahora Pablo irá más a lo específico, y habla de las personas a las que Dios redimió, puntualmente haciendo énfasis en los colosenses. Los versículos 21 y 22 marcan un gran contraste, siendo estos polos opuestos. En el primero se nos habla de la vida pasada, siendo enemigos de Dios, pecando, viviendo una vida contraria al Señor tanto por nuestras obras como por nuestros pensamientos. Y al final del versículo 22 vemos que un día estaremos en frente de Él como "santos y sin mancha e irreprensibles" ¿Qué pasó en medio? El Evangelio. Este es el impacto que tuvo y tiene el Evangelio en la vida de los creyentes. Cristo nos limpió, nos transformó y será Él mismo quien nos presente delante del Padre, ya que no somos más enemigos. El mayor impacto del Evangelio es que nos hizo aptos para estar delante de Dios.
El impacto igualmente no será sólo en un futuro cuando nos presentemos delante del Padre, sino que es desde ahora, y eso lo vemos en el versículo 23. A simple vista, este versículo lo pueden interpretar como que habla de la pérdida de salvación, pero nada más lejos de eso. Si así fuese entraríamos en conflicto con versículos como Judas 1:24, Juan 10:29 o Romanos 8:38-39, por ejemplo. Este pasaje nos habla de la perseverancia de los santos (tema sobre el cual ya hablamos en todo un blog). En resumidas cuentas, no es que si no perseveramos perdemos la salvación, sino que si una persona realmente es salva perseverará hasta el fin (por el poder de Dios), aunque claramente puede tener momentos en los que flaquee, pero si realmente es salvo, volverá al Señor. Además Pablo aquí no está hablando en perseverar en las obras, en una manera de vivir, sino en el verdadero Evangelio, del cual los falsos maestros que estaban atacando la iglesia de Colosas se habían desviado, dando testimonio de lo que realmente eran. Si bien el Evangelio impacta en nuestras obras, lo central no son esas obras, sino la verdad de las Buenas Nuevas.
Luego de hablar del impacto del Evangelio en los creyentes, Pablo reflexionará sobre cómo el mismo impactaba en su ministerio. Recordemos el contexto, el apóstol estaba arrestado por Cristo. Muchos, desde afuera, creerían que esto es un impacto negativo del Evangelio, pero lejos de eso Pablo comienza su reflexión diciendo que se goza (versículo 24). El Evangelio impactó de tal forma en el apóstol que ahora sufría por él, pero esto lo hacía con gozo, sabiendo que era beneficioso para la iglesia. Una aclaración sobre cuando habla de "lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo" es que aquí no habla de que la obra de Cristo fuese incompleta, sino que su sufrimiento era útil para llevar el mensaje de la obra completa del Señor.
A continuación Pablo hablará de qué es lo que hace en ese ministerio que el Señor le dio (versículo 25) y por el cual sufre, esto es nada más y nada menos que anunciar a Cristo por medio de Su Palabra. En los versículos 26 y 27 habla un poco más en profundidad de esto diciendo de que compartía un misterio, algo que había sido oculto pero ahora ya estaba revelado. Esto es una referencia a que en el Antiguo Testamento el mensaje del Evangelio estaba por medio del profecías dadas solo a Israel (y aún muchos de ellos no las entendían), pero ahora, con Cristo, ya había sido revelado en su totalidad y para todos los que Dios había escogido, siendo estos no solo israelitas, sino también gentiles. El misterio en sí, el Evangelio de salvación, es revelado en su totalidad por Dios, por medio de sus siervos que usan la Palabra como Pablo, sólo a los escogidos de Dios (versículo 27). Sin embargo, el versículo 28 habla sobre que el apóstol lo anunciaba a todos los hombres. Primero es que un siervo no sabe a quien Dios ha elegido, por lo que debe anunciarlo a todo el mundo, a esto ha sido llamado. Segundo es que esto es una refutación para uno de los pensamientos que estaba circulando por Colosas muy parecido al gnosticismo, hablando de un conocimiento superior dado solo a algunos. Aquí Pablo lo que dice es "No, nosotros anunciamos el Evangelio a todos los hombres, y el Señor es quien se los revela en sus corazones a sus escogidos por gracia".
Siguiendo con este versículo 28, aquí hay algo que puede crear confusión y es donde dice "enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre". Pero pensemos en lo que habló en el versículo 22. Es Dios quien nos presenta delante de sí mismo sin mancha, santos. Pablo luchaba para ser un instrumento de Dios para llevar el Evangelio y que las personas puedan estar reconciliadas con el Señor por medio de Su salvación. El apóstol se preocupaba por llevar el mensaje, el cual Dios utiliza para presentar a los hombres perfectos delantes de sí. Y esta lucha, el anunciar, enseñar, y todo lo que estaba sufriendo, vemos que no era que lo hacía en sus fuerzas, sino que se fortalecía en Cristo para hacerlas. Pablo no se afanaba, sino que era diligente pero siempre confiando en la Soberanía y Poder de Dios. En Cristo, el apóstol, hallaba descanso a pesar de estar desgastándose y sufriendo por el Evangelio.
Igualmente, la lucha de Pablo, no era solo por el evangelismo, sino que también luchaba por los hermanos (versículos 1-3 del capítulo 2). Si bien el apóstol no los había conocido, él los quería ayudar ¿A qué? A ver más a Cristo, a profundizar en el Evangelio (versículos 2b y 3) ¿Y por qué hacía esto? Porque sabía que solamente a través del Evangelio iban a poder ser consolados y unidos. Y este es el impacto del Evangelio en el que ya es creyente. Como siempre digo, el Evangelio no es sólo para la salvación (como vemos en los versículos 21-23 del capítulo 1), sino que también es el que nos da fuerzas para el ministerio (24-29) y para nuestra vida cristiana y de iglesia (versículos 1-3 del capítulo 2).
¿Cual es entonces la conclusión a la que llegamos con este pasaje? Que el Evangelio es central, que es él mismo el que impacta en nuestras vidas, nos transformó en un primer momento y nos sigue transformando día tras día. Es por ello que debemos profundizar en el Evangelio, admirarnos de lo que Cristo hizo por nosotros siendo pecadores, enemigos suyos. Mientras más pecadores nos veamos, más maravillados estaremos de la obra de Cristo y de Su persona, y esto es lo que impactará de tal forma en nosotros que nos llevará a vivir en unidad, que nos llevará a ser consolados, y nos llevará también a no tener problema en sufrir por Él, lo cual, según Pablo, no era algo malo, sino que es una muestra más de Su gracia. Este es el impacto que tenía el mensaje del Evangelio en la vida de Pablo y que debería tener también en nosotros. Es por ello que lo debemos recordar día tras día, para que sean las buenas nuevas de salvación las que transformen nuestra vida.
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