Estamos en una época en la que, desde los púlpitos, se escucha cualquier tipo de cosas. Y muchas veces a nosotros también nos cuesta encontrar lugares donde se predique la verdad. Por eso hoy veremos un poco sobre lo que realmente es, o debería ser, la predicación bíblica.
Primero que nada, este no es un blog solamente para pastores. Creo que es importante que todas las personas de una congregación sepan cómo es la predicación bíblica verdadera para poder discernir. El pastor no está exento de error, por eso debemos ser como los de Berea en Hechos 17:11 que examinaban si lo que Pablo y Silas decían iba acorde con la Palabra.
Recuerdo una película, que ya he mencionado en blogs anteriores, que se llama "El libro de Elí" (o el libro de los secretos en latinoamérica) que trataba sobre un mundo post-apocalíptico donde Eli busca proteger un libro con el cual una persona puede persuadir al resto de cualquier cosa que quiera. En este mundo los libros han sido quemados por la radiación solar y sólo quedan unos pocos. En el medio se encuentra con un hombre que busca ese libro para poder gobernar a todos y controlarlos. En resumidas cuentas, vemos al final que este libro era una Biblia. Si bien es una película secular, pensemos un poco en lo que dice y vamos a ver que tiene razón. A la Biblia, si se la interpreta de la forma en la que quiere, se la puede llegar a hacer decir cualquier tipo de cosas. Es por esto que es tan importante interpretarla de manera correcta.
Ante todo esto la pregunta que surge es: ¿Cuál es la forma correcta de interpretar la Biblia? Rápidamente vamos a ver 4 formas de interpretar. Primero tenemos el método racionalista que trata de interpretar todo con base en la ciencia. El problema es que Dios va más allá de la ciencia, y este método termina negando cosas esenciales como la muerte y resurrección de Cristo. En segundo lugar tenemos al método dogmático, el cual es el que utiliza la iglesia católica. La Biblia se ve limitada por lo que dice un concilio, la iglesia, o el papa, lo que hace que la Palabra de Dios quede en un segundo lugar por debajo de lo que dicen los hombres. El tercer método es el alegórico/místico que habla de que detrás de cada historia en realidad hay algo más detrás, y que mismo quizás las historias no son reales (sobre todo las del Antiguo Testamento) sino fábulas para enseñarnos algo. El problema con alegorizar la Biblia es que está totalmente sujeto a quien la interprete, por lo que el factor del error humano es enorme. Este método, por ejemplo, es el que usa la iglesia de la prosperidad para decir cosas como que así como Israel prosperó, nosotros ahora vamos a prosperar, pero no es lo que el texto dice. Por último llegamos al método literal, el cual contempla el contexto histórico y gramatical, y trata de ver qué es lo que el autor quería reflejar con el texto, examinando tanto la lengua con la que fue escrita (la gramática) como también todo aquello que estaba pasando en ese entonces (la historia).
Creo que está bastante claro cuál es el método que se debe utilizar para interpretar la Biblia. El método literal es el que menos sujeto al error humano está y busca que sea la Palabra la que hable por sí sola, que no sea pura sabiduría humana. El pastor en la predicación no cumple la función de convencer, sino de aclarar el texto y hacer que las personas de la congregación puedan comprender lo que el autor (tanto humano como Divino) dice en los versículos. En el último tiempo se ha hablado mucho de la predicación expositiva, y es que justamente el método correcto de interpretación lo que busca hacer es exponer correctamente lo que la Palabra dice sin ningún agregado.
Ahora, todo esto es muy teórico, y quizás no tenemos el discernimiento ni el conocimiento como para poder distinguir si realmente se está interpretando de forma literal. Bueno, creo que hay algo fundamental para distinguir si una predicación efectivamente es bíblica o no y es que toda la Palabra apunta a Cristo ¿A qué me refiero con esto? A que el Evangelio tiene que estar presente en cada predicación. Y con esto no hablo de una invitación al final para los que están presentes y no tienen a Cristo, sino que hablo de que realmente debe estar presente. Por ejemplo, me cansé de escuchar predicaciones sobre los últimos capítulos de Colosenses y Efesios donde todo lo que se hace es decirle a las personas cómo deberían estar actuando. Pero recordemos que los capítulos y versículos (los números) no son inspirados, por lo que estas cartas eran un solo mensaje completo ¿Qué quiere decir esto? Que esos últimos capítulos prácticos son la conclusión, a lo que llevan, los primeros capítulos. Y si vemos esos primeros capítulos, ¿de qué nos hablan? ¡De Cristo, del Evangelio! Siempre la parte práctica es una respuesta a ver a Cristo, de ver Su sacrificio por nosotros. Por lo que aún las predicaciones que son más "prácticas" deben estar colmadas del Evangelio, sino no tenemos el motor para hacer que esas obras surjan de nosotros pecadores. Claramente no podemos predicar toda la carta, pero si vamos a agarrar un pasaje de los finales, de la parte práctica, tenemos que poner en contexto. Justamente usar el método de interpretación literal y ver todo el contexto, el cual contempla los primeros versículos de la carta.
Tenemos que tener bien en claro que el Evangelio no es sólo para los inconversos, sino que es todo lo que necesita un hijo de Dios en su día a día. Por eso, si queremos identificar si una predicación realmente está captando la esencia de la Biblia, debemos ver si nos está mostrando a Cristo, porque aún en las partes prácticas, donde pensamos que es sólo para nosotros, Jesús está allí moviéndonos a hacerlo como una respuesta a Su obra. La predicación bíblica tiene el mismo objetivo que tiene la Palabra de Dios y el Evangelio mismo: mostrarnos a Dios. Las historias del Antiguo Testamento, las partes prácticas, los lugares donde más nos cuesta verlo igualmente nos deben guiar a Cristo. Aún la genealogía en la Biblia tiene como objetivo mostrar el linaje escogido por Dios para que de él nazca Cristo. Todo apunta a Él, y en todo está Él presente. Nosotros no somos el centro de la predicación, Cristo lo es. Debemos buscar, tanto predicadores como oyentes, una predicación que exponga la Palabra de tal forma que veamos a Cristo por medio del Evangelio. Esa es la predicación bíblica, una predicación que nos conduce a Él por medio de la exposición de Su Palabra.
Muy edificante este artículo.
ResponderBorrarLo vengo escuchando por Spotify, muchas bendiciones.
Saludos desde Lima - Perú