El movimiento carismático es uno de los que más se ha esparcido en el último tiempo. Pero que esté en todos lados no significa que sea bíblico. Hoy veremos cuál es el mayor problema con esta doctrina.
Primero hablemos de lo que es el movimiento carismático. El nombre viene de la palabra griega "charisma" la cual es la que se refiere a los dones del Espíritu Santo. Los carismáticos creen que todos los dones que vemos en el Nuevo Testamento siguen vigentes. Ahora, el movimiento carismático que conocemos hoy en día ya no habla sólo de los dones, sino que va más allá y se concentra mucho en todo lo sobrenatural. Hay reformados que no creen que los dones hayan cesado y está perfecto, es una postura y no es doctrina fundamental, pero como dijimos antes, los carismáticos de los que hablaremos hoy son los que están fascinados con lo sobrenatural, excediendo ya el tema de los dones. Igualmente hemos hablado en un blog sobre la vigencia de los dones, por lo que aquí no estaremos hablando sobre eso. En este blog nos concentraremos en el movimiento carismático actual y cómo se ha desviado de la doctrina bíblica teniendo un serio gran problema. Y si, al igual que los dos blog anteriores, la iglesia donde crecí creía en esto, por lo que hablo cosas que viví en primera persona.
El primer problema con el movimiento carismático es que al centrarse tanto en lo sobrenatural, la Palabra de Dios ha pasado a un segundo plano. Como parte de lo sobrenatural buscan nueva revelación, se concentran en los milagros y, en sus reuniones, todo esto toma aún más tiempo que la exposición de la Biblia. Piensan que la profecía es predecir el futuro, por lo que acuden a las personas que dicen tener ese don para saber cosas nuevas, cuando en realidad la profecía es hablar lo que Dios habló, y esta se necesitaba mucho cuando no estaba el canon bíblico. John Piper dijo "Si quieres escuchar la voz audible de Dios lee la Biblia en voz alta". Al no darle tanta importancia al estudio bíblico, y buscar revelación en los hombres en lugar de buscarla en la Palabra revelada, están aún más sometidos a los errores humanos, los cuales, en temas divinos, suelen ser enormes, ya que un hombre que no estudia la Palabra no conoce a Dios y ¿cómo querrá dar "nueva revelación" sin siquiera conocerle? El canon bíblico ya terminó, y toda la revelación que Dios nos quería dar sobre Él está allí en la Biblia, el ser humano está totalmente sujeto al error (por eso es que también interpretamos la Palabra de forma literal).
Pero poner la Biblia en segundo plano no es el único problema que tiene esta doctrina. La vida cristiana pasa a tener un sentido totalmente distinto también. El crecimiento en nuestra vida ya no se ve marcado por una vida de arrepentimiento y santidad, sino por cuántas experiencias sobrenaturales tenemos, cómo Dios "nos usa" para sanar enfermos, profetizar, etc. Esto tiene una seria repercusión, ya que, al crecimiento medirse de esta forma, la manera en la que se busca crecer en la vida espiritual es buscando cosas sobrenaturales. Ya no importa tanto conocer a Dios mediante su Palabra, sino "conectarse con Él" por medio de experiencias, teniendo también, al igual que en 1° de Corintios, a los dones sobrenaturales por encima del resto. Si en un culto, una persona no se lleva nada de la prédica, pero en el momento de alabanza u oración se cayó hacia atrás, ese culto ya fue de gran bendición sólo por eso. El Evangelio ya no es el que nos santifica, ni siquiera se habla de santificación, sino que el crecimiento se mide en poder.
En estas iglesias el tiempo de alabanza es crucial, pero no para adorar al Señor, sino para que pasen estas cosas "sobrenaturales", para que las personas "sientan la presencia del Espíritu". Y creo que esto último se relaciona con todo lo que venimos hablando, todo tiene algo en común. Mientras ellos dicen buscar más de Dios, la realidad es que han dejado de lado la revelación que Él nos ha dejado por querer buscarlo en otros lados, y al hacerlo han desplazado a Cristo del centro de todo, este es el mayor problema de los carismáticos. Pensemos en las cosas que mencionamos hasta ahora. La Biblia es el lugar donde Dios se nos revela, pero los carismáticos buscan nueva revelación por medio del ejercicio (errado) de los dones. Pero esta "nueva revelación" no es sobre Dios mismo tampoco, sino sobre cosas para sus vidas, para ser de bendición entre ellos. Entonces, no sólo desplazaron a la Palabra, sino que ya el objetivo de "la revelación" (y lo pongo entre comillas porque revelación es sólo la Biblia) ya no es mostrarnos a Dios, sino el hombre mismo. Cristo no es el centro de su nueva revelación, ellos mismos lo son. Ahí es donde podemos notar que en realidad Dios no les está revelando nada.
En la vida cristiana, también lo han desplazado a Cristo, porque el objetivo ya no es vivir una vida que lo glorifique, sino tener cada vez más poder, sentir más cosas para así sentirnos bien nosotros. Si uno no siente cosas en sus reuniones, es porque no está cerca de Dios, según ellos. Obvio que el Evangelio siempre nos conmueve, pero no hablo de ese tipo de sentimientos. Si uno va a estas iglesias, allí se afirma que están cada vez más cerca de Dios al sentir estas cosas. Pero luego de que salís de todo ese movimiento te das cuenta que lo que querías en realidad no era a Dios, sino esos sentimientos lindos, sentimientos de sentirse usado, de sentir poder. Una vez más el centro termina siendo el hombre, y no Cristo. Y esto se relaciona con lo que hablamos de la alabanza. En la adoración al Señor, Dios ha dejado de ser el centro, y ahora uno adora para que le vengan esas emociones y sentirse bien. Aunque claramente no dicen que esto sea así de forma explícita y algunos están cegados a sus verdaderas motivaciones. Recuerdo que el punto más alto de mi semana era alabar en la iglesia y llorar, pero no lloraba porque me conmoviese lo hermoso de mi Dios, sino que lo hacía para sentirme bien yo.
El movimiento carismático ha tomado los dones, y los han llevado a tal punto en el que toda la experiencia ha desplazado del centro a Cristo mismo. Han reemplazado la cruz en la vida del creyente por puros sentimientos. El mayor problema de los carismáticos es buscar la satisfacción en la vida cristiana en experiencias por encima de buscarla en Cristo, en conocerle más. ¿Cuál es el resultado de esto? Que Cristo, el conocerle, el enamorarse de Él, termina siendo insuficiente. Ya no es sólo Cristo, porque para crecer en mi vida necesito que cosas pasen a mi alrededor. Los carismáticos me hacen acordar mucho a Tomás, quien necesitó ver a Cristo resucitado en carne para creer. Pero Jesús le dijo "Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron." (Juan 20:29). Lo importante no es ver cosas, y sentir cosas "sobrenaturales" en nosotros, sino conocer a Cristo. Él es el único que nos satisface y nuestra única razón de vivir. Y así como los carismáticos, debemos tener cuidado de no tener en poco a Cristo y desplazarlo buscando el gozo en otro lado, aún cuando ese otro lado somos nosotros y nuestros sentimientos. El objetivo de la revelación, de la vida cristiana, y de toda nuestra adoración no es que nosotros estemos mejor, sino glorificar a Cristo. Y aquí es donde el movimiento carismático falla principalmente, en que todo lo hacen para ellos, y Cristo, Su sacrificio, ha quedado totalmente desplazado.
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