La vida cristiana es difícil, no es todo color de rosas como muchos hoy en día afirman predicando una vida de prosperidad económica. Cristo mismo nos aseguró que sufriríamos, pero ¿cuál debería ser la actitud del cristiano frente a la vida?
Isaías 53 es una profecía mesiánica a la que comúnmente se le da el nombre de "El Siervo sufriente". Allí muestra en gran medida lo que sufriría Cristo 700 años después en lugar nuestro, por nuestros pecados (Isaías 53:5-6). Pero a pesar de todo lo que sufrió Jesús por nosotros, muchos cristianos viven como si ellos fuesen los que estuviesen en ese lugar, como si tuviesen el peso del mundo en sus hombros.
Antes de meternos en el tema creo que es importante diferenciar dos cosas: el sufrimiento y nuestra actitud. Estamos en un mundo donde ya en muchas iglesias se habla del sufrimiento como algo malo. Sin embargo, la Biblia nos asegura que el cristiano va a sufrir (Juan 16:33). Si queremos vivir como Dios quiere que lo hagamos, entonces vamos a sufrir en este mundo porque el mismo intentará que vivamos de la manera contraria. Somos peregrinos y extranjeros que sólo estaremos felices en nuestro hogar, en nuestra patria celestial. Lo que muchas "iglesias" predican sobre cómo ser el mejor tú en esta tierra, sobre cómo tener éxito, es contrario a lo que nos habla la Biblia, porque esa no es la meta para el cristiano. Si, quizás Dios en su soberanía le permite a hijos suyos que les vaya bien en los negocios, pero eso bajo ningún punto de vista es el éxito. El hecho de que estamos siendo exitosos en nuestra vida cristiana se mostrará en que cada vez sufriremos más en este mundo, queriendo irnos a habitar en la presencia de Dios, simplemente porque este no es nuestro lugar. A esto se refería Pablo en Filipenses 1:21 ("Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia."). Si nuestro vivir es Cristo, entonces vamos a querer partir para nuestra patria celestial dejando atrás este mundo de pecado, y es por eso sufrimos. Por esto también es que el versículo que mencionamos antes de Juan 16:33 nos habla de confiar en Aquel que venció al mundo, porque Él prometió que un día nos llevaría con Él.
Entonces, vemos que el sufrimiento es algo seguro en la vida cristiana, pero que tampoco es algo malo, sino que nos hace anhelar más a Cristo. Ahora sí veamos cómo debe ser nuestra actitud en nuestra vida cristiana. Primero que nada, según Gálatas 5:22, uno de los frutos del Espíritu es el gozo. Romanos 5:3 nos habla de estar gozosos con el sufrimiento y las tribulaciones porque de ellas saldrá esperanza (en Cristo). Pero un pasaje que me gustó mucho para hablar del tema es Isaías 61:10 que dice: "En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas." Comenzamos el blog hablando de Isaías 53, cómo Cristo sufrió por nosotros, y es justamente esa gracia que nos mostró la que nos debe hacer vivir felices, porque ya no tenemos que cargar con nuestro pecado, sino que Él nos dio Su salvación.
Con este tema hay un equilibrio que se ha perdido. Por un lado tenemos a los que mencionamos antes que niegan el sufrimiento en la vida del cristiano, que todo es prosperidad. Pero por contraposición a esto tenemos a las personas en las que está inspirado el título de este blog: Los cristianos sufrientes. Estas personas se centran tanto en el sufrimiento, en lo difícil que puede ser la vida del cristiano en este mundo que se olvidan de que Cristo ya venció por nosotros. Es algo que se hace muy notorio cuando oran. Uno los ve y oran como si estuviesen todos contristados, como si lo que habla Isaías 53 fuese sobre ellos, como si hoy en día ellos estuviesen cargando con sus rebeliones ¡No, Cristo ya pagó por nuestros pecados, no tenemos más carga! Es por eso que dice que vengan a Él los cansados, porque en Él hayamos descanso. El sacrificio de Cristo no nos debe hacer sentir culpables o responsables, sino agradecidos y cautivados por tal amor. Es lo que vemos en Isaías 61:10.
Si, como cristianos vamos a sufrir en este mundo, nos va a costar, pero lo que siempre demostraremos no es ese sufrimiento, sino el agradecimiento hacia nuestro Señor. Uno de los nombres de Dios en el Antiguo Testamento es Jehová-Shalom, que muchas veces se lo traduce como Dios es paz, pero es más que eso. Si vamos al contexto de Jueces 6, este nombre nos habla de paz en el medio de la batalla, de la tribulación. Y esa es justamente la forma en la que debe vivir el cristiano. En el momento que pasamos a ser estos cristianos sufrientes, entonces nos estamos olvidando del Evangelio, de lo que Cristo hizo por nosotros, de aquel Siervo sufriente quien murió en nuestro lugar. Si el sacrificio del Hijo de Dios no trae gran gozo a tu vida, entonces no te estás centrando en Él. Aún Pablo en Filipenses 1 cuando habla de que prefería partir con el Señor tenía gozo, no por nada a Filipenses se la conoce como la carta del gozo.
Es algo muy común hoy en día entre los reformados que nos veamos como unos pobrecitos y vivir con la cabeza baja demostrando lo que nos cuesta luchar con nuestro pecado. Pero a esas personas Cristo les dice "...confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33). Si Cristo ya se llevó todas nuestras cargas entonces apropiémonos de esa vida que Él nos dio. Recuerda que los mandamientos de Dios no son gravosos (1° Juan 5:3), entonces ¿Por qué vivimos como si lo fuesen? Porque no estamos confiando en Él, sino en nosotros para hacerlos. Y claro que al hacer esto nos veremos como cristianos sufrientes porque el que debía cumplir la Ley era el Siervo sufriente, no nosotros. Descansemos en Él, descansemos en Su perdón, y es así como podremos disfrutar de la salvación que Él nos da con gozo. Podremos sufrir, nos va a costar ser hijos de Dios en este mundo caído porque lo que nosotros queremos es agradar a Dios a pesar de que este mundo nos intente poner palos en la rueda. Pero nuestra actitud siempre será de gozo porque descansamos en Aquel que "herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados" (Isaías 53:5). Cristo fue el Siervo sufriente para que ahora nosotros seamos cristianos gozosos. Demostremos la alegría que es tener la salvación de Dios, dejemos de mostrarnos como unos pobrecitos. Si, hay sufrimiento, pero por sobre todo Dios nos dará de Su gozo.
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