Continuamos con nuestro estudio sobre la primer epístola del apóstol Juan. En el pasaje del día de hoy veremos cómo el amor fraternal es una marca del cristiano así como el "no amor" al mundo.
"7 Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio. 8 Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra. 9 El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. 10 El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. 11 Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos. 12 Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. 13 Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre. 14 Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno. 15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre." 1° Juan 2:7-17
El pasaje que tomamos hoy es bastante largo, y si bien varios comentaristas y hasta los títulos de la Biblia lo dividen en 2 o 3 partes, creo que se puede entender muchísimo mejor si lo estudiamos en conjunto. Si bien por temas de tiempos no vamos a ir palabra por palabra como lo solemos hacer, creo que al entender las ideas de cada versículo se puede explicar muy bien la intención del autor. En el versículo 7 vemos que Juan habla de que no les está escribiendo nada nuevo, sino que lo antiguo Cristo lo "renovó" por así decirlo. Pero el versículo 8 comienza diciendo que sí les va a dar un nuevo mandamiento ¿A qué se refiere todo esto? Muchos hablan de que esto nuevo que les está escribiendo es lo que va a decir de los versículos 8 al 11 ¿Qué es lo que habla en estos versículos? Habla sobre como un cristiano verdadero no puede vivir odiando, aborreciendo, a sus hermanos, sino que la obra de Cristo se ve reflejada en que les amamos. Ya vamos a analizar esto un poco más, pero lo que quiero decir acá es lo siguiente: Esto no es nada nuevo, Cristo ya había dicho estas palabras en Juan 13. Si bien muchos hablan de cómo Juan puede estar reforzando eso que Jesús dijo, creo que el nuevo mandamiento no está en estos versículos, ya que principalmente no vemos ningún verbo en indicativo, lo cual justamente es un mandamiento. Juan aquí sigue advirtiendo contra los gnósticos como lo hizo en el pasaje del blog anterior, ya que al ellos vivir el estilo de vida que tenían no amaban a sus hermanos, no sólo porque eran de tropiezo, sino porque los menospreciaban por "no tener el conocimiento superior" que ellos decían tener. Ante esto es que el apóstol les mostrará que no conocen a Dios, que no andan en luz (haciendo referencia al capítulo 1) porque justamente su vida anda en total oscuridad. Repito lo que dije en el anterior blog, Juan no está dando una clase sobre seguridad de salvación aquí, sino que está advirtiendo de falsos maestros, así que tengamos cuidado en aplicar esto a la seguridad de salvación, recordemos que no hay cristiano perfecto. Si bien pueden haber luchas y desacuerdos dentro de la iglesia, o mismo personas que se lleven mejor que otras por afinidad, un cristiano verdadero se va a preocupar por sus hermanos y su bien en todo sentido. Algo que los falsos maestros, y en este caso los gnósticos, no hacen.
Bueno pero entonces, ¿cuál es el nuevo mandamiento del que habla Juan? Creo que todo esto fue una introducción para los versículos siguientes al 11, donde en el versículo 15 vemos el único indicativo del pasaje. Pero antes de adentrarnos en eso, veamos los versículos 12 al 14. Aquí vemos 3 etapas de la vida como si fuesen 3 destinatarios. Pero la mayoría de los comentaristas están de acuerdo en que no hablan de etapas de la vida humana (la edad), sino de la vida espiritual, ya que un anciano que recién se convierte es un niño espiritual. Si bien Juan hace énfasis en distintas cosas según el estado de madurez espiritual, todos los cristianos deberíamos tener estas cosas. A los hijitos (los más nuevos en la fe), Juan les habla de la salvación, mostrándoles cómo recientemente fueron reconciliados con el Padre por medio del perdón de pecados. A los jóvenes espiritualmente, los muestra como los que están luchando, es por esto que les afirma diciéndoles que ya vencieron. El joven espiritual es aquel que está en la lucha por crecer, pero también reúne las cualidades de la salvación que tienen los hijitos. Y finalmente los padres, haciendo referencia a las personas más maduras espiritualmente. Haber pasado ya por la juventud cristiana no significa que no siga luchando y que no necesite del Evangelio. No, el padre espiritual reúne todas las cualidades de los anteriores pero tiene una ventaja, conoce más a Dios porque evidentemente ha pasado más tiempo en Su Palabra conociéndole. Y lo muestra como padre porque justamente el padre espiritual tendrá hijitos (discípulos) a quienes les intentará mostrar al Dios que él conoce de esa forma cada vez más profunda. Y ojo, la madurez espiritual no viene por un mayor conocimiento teológico, sino por un mayor conocimiento de Dios. Y si, hay una diferencia, en uno es simplemente un conocimiento intelectual (teológico), y en el otro es conocimiento relacional, significa que lo conoce por haberse relacionado mucho tiempo con él. Uno puede estudiar muchísimo de la vida de una persona histórica, pero jamás le conocerá de la misma forma que le podría haber conocido siendo su amigo, una persona que se relacionaba con él.
Ahora sí entonces veamos el indicativo del pasaje. El mandamiento podríamos decir que es "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo". Si bien la palabra para "mundo" es kosmos, la cual se suele utilizar para todo lo creado, Juan no está hablando de esto. Aquí el autor lo utiliza aludiendo al sistema del mundo, a todo el pecado que hay en él y cómo se mueve. Bajo ningún aspecto habla de no amar a las personas, no, debemos amarlas y tenerles compasión por no tener el Evangelio (lo que nos debe motivar a compartírselos). Si Juan estuviese hablando de las personas, entonces estaría de acuerdo con los gnósticos que no demostraban amor para con nadie como vimos anteriormente. Ahora ¿por qué Juan da este mandamiento? Ciertamente este mandato es la cara opuesta del mandamiento principal (amar a Dios por sobre todo). Esto lo deja en claro al final del versículo 15. Uno o ama a Dios y no ama al mundo, o no ama a Dios y ama al mundo ¿Pero por qué Juan hace este énfasis en no amar al mundo? Porque los gnósticos decían amar a Dios, decían guardar el principal mandamiento, decían tener una relación superior con Él, pero también, en su vida de pecado amaban al mundo (esto lo vimos también en el blog anterior). El versículo 16 entonces marcará como todo aquello que amaban los gnósticos, los deseos malos del corazón, las cosas atractivas a la vista (pero pecaminosas) y el siempre buscar gloriarse uno mismo, todo esto son cosas que no vienen de Dios, son tinieblas, pecado, y eso viene del mundo. Esto no habla de que no hayan cosas que no nos puedan gustar al verlas, por ejemplo una película. Si nos gusta una película secular no significa que estamos amando más al mundo, que estamos cediendo a los deseos de los ojos. Pero si esa película nos hace pecar, entonces estamos amando más la película que a Dios, porque al pecar estamos yendo en contra de Él. El tema pasa principalmente por aquello que amamos. Los dos mandamientos principales están basados en el amor, porque es a raíz de ese amor que nos moveremos de forma que agrade a Dios. Aquí, en lugar de prohibir las cosas directamente, Juan habla de que no las amemos, porque de vuelta, nuestro comportamiento estará determinado por las cosas que amemos. Si bien es un mandamiento nuevo por el hecho de que no aparece antes puesto de esta forma, decir que no amemos al mundo es lo mismo que decir que amemos a Dios por sobre todo. Es o una cosa o la otra.
Vemos en este pasaje entonces la centralidad del amor, no lo central del amor en Dios como hace la iglesia moderna hoy en día. Porque como vimos en los atributos de Dios no hay atributo mayor a otro, sino que esta centralidad la vemos en nosotros. El amor hacia los hermanos, y el amor hacia Dios son las verdaderas características del creyente, amor el cual produce el Señor como veremos más adelante en la serie. La forma de comportarse surgirá de aquello a lo que amemos, y los gnósticos amaban al mundo, de esta forma es que Juan les sigue advirtiendo sobre estos falsos maestros.
Para cerrar, me gustaría terminar hablando del versículo 17. En este versículo Juan nos dirá que ni siquiera tiene sentido amar al mundo, porque todo esto llegará a un fin. En contraste, el cristiano permanecerá para siempre. Y no, este versículo no habla de que si obedecemos a Dios entonces Él nos hará perseverar. La perseverancia es por gracia, no por méritos (esto lo pueden ver en el estudio sobre la perseverancia de los santos que hicimos hace un tiempo). Juan viene hablando de cómo los gnósticos no hacen lo que le agrada a Dios y los expone como que no son del Señor. Ahora una persona que sí está en Cristo, reflejará eso, se verá la voluntad de Dios en él pero esto no es la razón de la que persevere, sino que la muestra de que Dios lo hará perseverar para siempre es que hace la voluntad de Dios. El Señor es que nos hace perseverar, no nosotros, pero una marca de que Él está haciendo la obra es que, a diferencia de los gnósticos, hacemos lo que Él quiere. Y no ignoremos tampoco todo lo que venimos hablando, todo esto, nuestra forma de andar, viene de amarle más a Él, es por eso que los padres de los versículos 12 al 14 son maduros espiritualmente, porque le conocen, tienen una verdadera relación con Dios. Y si tenemos una verdadera relación con el Señor ¿Cómo no amarle cada vez más? Y si le amamos cada vez más ¿Cómo no vamos a querer hacer Su voluntad y agradarle? No amemos al mundo, sino que amemos a Dios conociéndole cada vez un poco más en una relación, sólo así nuestra vida será un reflejo de Cristo.
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