Continuamos con nuestro estudio sobre la primer epístola del apóstol Juan. Comenzando con el capítulo 2, el autor animará al cristiano que cayó en pecado y lo incentivará a seguir a Cristo.
"1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. 3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. 4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; 5 pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. 6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo." 1° Juan 2:1-6
En el capítulo 2 es donde ya comienzan los retos de interpretación, porque Juan parece contradecirse. Pero lo que el autor hace no es contradecirse, sino que habla de los extremos e intenta hacer que sus hijitos espirituales caminen en el equilibrio que es la gracia. El versículo 1, muchos dicen, que es para contrarrestar los últimos versículos del capítulo 1, ya que piensan que esos versículos se pueden interpretar de una forma liberal. Pero si vemos la interpretación correcta, viendo el griego original en el que escribió Juan a sus destinatarios, no hay forma de que se pueda tomar por el lado liberal, ya que, como vimos en el blog anterior, el pasaje habla de que si bien un cristiano puede pecar, este debe ver al pecado de la misma forma horrible en la que la ve Dios. De hecho, todo ese pasaje es una refutación a los gnósticos que vivían en pecado (de forma liberal). Así que no, Juan no está atacando la forma liberal en estos versículos, sino que lo que hace es justamente lo que viene haciendo hasta ahora: animar a los hermanos. Todo lo anterior lo escribió para abrirles los ojos a los cristianos que estaban siendo engañados por los gnósticos, entonces lo escribe para que dejen de vivir esa vida de pecado. Pero si alguno estaba en esa vida y empezaba a ver justamente lo horrible de la misma, es entonces que Juan lo calmará contándole de cómo Cristo es nuestro abogado defensor ante el Padre como Juez.
Analicemos un poco más la escena en la que nos pone el final del versículo 1 y el principio del versículo 2. Lo tenemos al Padre como Juez, si bien el pasaje no dice esto pero por Apocalipsis 12:10 sabemos que el diablo es el fiscal (el abogado que nos acusa), nosotros claramente somos los acusados, y Cristo es nuestro Abogado, pero nótese que le agrega algo más el pasaje, dice que es Justo. Un abogado que es justo y no es corrupto no va a defender a alguien que es culpable, ya que para hacerlo debería mentir y tratar de engañar al juez. Pero si nos conocemos un poco sabemos que efectivamente somos culpables. Entonces ¿cómo se concilia al Justo Abogado defendiendo al culpable? El versículo 2 es la respuesta a esto. Habla de que Cristo es la propiciación por nuestros pecados. Esto significa que Cristo es el Cordero que aplacó, calmó, la ira del Juez contra nosotros por nuestro pecado. Pero aquí no sólo vemos el cuadro de Jesús como el sacrificio, aquel Cordero, sino que también lo vemos como el Abogado. Esto habla de que no sólo Él es el sacrificio ofrecido a Dios por nuestros pecados, sino que Cristo mismo es el que realiza el sacrificio, el Sacerdote. Para ponerlo de vuelta en el contexto de un Juicio. Es como si el abogado justo supiese que nosotros somos culpables, no nos puede defender ante el Juez porque es Justo y entonces dice "Si, es culpable, pero yo me hago cargo de su condena, yo muero en su lugar". En el juicio contra nosotros Cristo no sólo es nuestro abogado, sino que también es el que recibe la condena siendo Él inocente.
El final del versículo 2 lo utilizan mucho los arminianos para decir que Cristo murió por absolutamente todas las personas que existieron y existirán. Pero Juan no habla de una expiación universal, sino que la palabra que se traduce como "mundo" es "kosmos", la cual no sólo puede hablar de todas las personas, sino también de todo lo creado. Si interpretamos sólo este versículo a la luz de su original, sin ver otros versículos en la Palabra, podríamos decir que Cristo murió por los animales también, pero sabemos que no es así. Pensemos en Romanos 8, cuando dice que toda la tierra gime esperando su liberación. El sacrificio de Cristo hizo que eventualmente el pecado sea erradicado de toda la creación, pero no porque todos se vayan a salvar, sino porque en un momento, según Apocalipsis, Dios enviará a los que no se han arrepentido de sus pecados a la condenación eterna. Por eso dice que murió no sólo por nuestros pecados (comprendiendo esto a los cristianos), sino también por los del mundo entero, ya que la creación gime y en un momento tendrá su liberación. Podríamos estar mucho tiempo hablando de esto, pero si realmente les interesa estudiarlo en profundidad aquí les dejo el blog sobre la expiación limitada.
Ahora es cuando viene una de las primeras aparentes grandes contradicciones del apóstol. En los versículos anteriores viene diciendo que el cristiano también peca pero tiene a Cristo para defenderlo, sin embargo ahora, de los versículos 3 al 6 parece como si el cristiano en realidad fuese una persona que cumple la Ley. Si bien al decirlo así puede parecer una contradicción, la realidad es que no lo es en absoluto. Estos versículos no hablan de que el cristiano no peque, sino que hablan de cómo el verdadero cristiano busca agradar a Dios ¿Por qué sabemos que no habla de cumplir la Ley? Primero porque la Escritura se interpreta a sí misma. Pablo en los primeros capítulos de Romanos se dedica exclusivamente a mostrar cómo nadie puede ser capaz de cumplir la Ley, por lo que nunca podríamos guardar los mandamientos al 100%. Segundo porque, como un paralelismo al final del pasaje en el versículo 6 habla de que justamente guardar los mandamientos es andar como Jesús anduvo. Ahora, Cristo sí cumplió toda la Ley, fue el único que pudo. Nosotros no podemos andar como Él anduvo en ese sentido. Si pudiésemos vivir de esa forma, si pudiésemos caminar tal cual como Él anduvo, entonces no le necesitaríamos para salvarnos. Cristo pasaría a ser simplemente un ejemplo a imitar y los versículos 1 y 2 que vimos no servirían para nada. Entonces ¿a qué se refiere el apóstol con todo esto? Creo que la clave está en el versículo 5. El cristiano se va a distinguir porque busca agradar a Dios, busca vivir la vida de la que hablamos antes aunque no pueda vivirla, justamente por eso es que sigue necesitando a Cristo. El versículo 5 nos habla de que esa distinción en la vida del creyente viene a causa de que el amor se está perfeccionando en Él ¿Qué quiere decir esto? Que si nosotros obedecemos a Dios lo hacemos porque Él nos está dando más amor hacia Él mismo. La verdadera obediencia, la obediencia que es marca de un cristiano, es fruto de amar a Dios. Una personas no creyente puede aparentar guardar los mandamientos, lo vemos muchas veces en personas que aseguramos que son cristianas pero luego se apostatan de su fe y nunca regresan. Por eso es que la distinción es la motivación al obedecer a Dios.
Este pasaje de 1° de Juan se utiliza mucho para marcar a personas que están en pecado como si no fuesen creyentes, pero eso no es lo que dice el pasaje ya que todos los versículos anteriores hablan de que el cristiano también peca. Juan no habla de perfección, sino que habla de una búsqueda por ella aunque sea imposible. El verdadero cristiano, si bien puede caer, buscará agradar a Dios porque sabe y entendió el sacrificio que Cristo hizo por él, la propiciación por nuestros pecados. Pensemos un poco en el contexto de la carta. Los gnósticos decían ser cristianos pero pecaban sin problema porque decían que eso no importaba. Allí es donde está la diferencia, un cristiano nunca pecaría sin problema de forma indefinida como hacían estos falsos maestros. Un cristiano, si bien no puede hacerlo, buscará agradar a Dios, esto es andar como Él anduvo, ya que Cristo quería agradar al Padre. Y esta búsqueda ni siquiera viene de nosotros, sino que viene de cómo Dios nos da de Su amor para amarle aún más. No hay cristiano perfecto, por ello es que Juan aquí no está dudando de la salvación de las personas, sino que está advirtiendo a los verdaderos creyentes de los gnósticos para que no los sigan ya que la verdad no está en ellos. Los gnósticos tenían una forma de vivir totalmente escandalosa y en pecado, totalmente evidente de que ni siquiera buscaban agradar a Dios con sus actos, eran falsos maestros. De estos es que Juan habla de que no están en la verdad, no de cristianos que caían en pecado. Hay dos cosas que quiero dejar bien en claro con esto. Primero que Juan bajo ningún aspecto da pase libre para dudar de la salvación de las personas, sino que él se enfoca en los falsos maestros y de resguardar a sus hijitos espirituales de ellos, algo que en realidad deberíamos hacer con más fervor hoy en día con aquellas personas que no están en la sana doctrina. Y lo segundo es que un cristiano no puede vivir una vida perfecta de obediencia, seguirá pecando hasta que el Señor lo glorifique, pero tampoco puede vivir como el mundo, ya que si entendió el Evangelio, este hará que ame al Señor y quiera agradarle tratando de seguir los pasos de Su Hijo (aunque falle en hacerlo), y ese Hijo (Cristo) es quien nos defiende cuando fallamos en vivir esa vida y pecamos. Este es el equilibrio en el cual se trata de centrar Juan, por el que en ocasiones a veces parece que se contradice pero no, simplemente marca el punto medio entre el libertinaje de los gnósticos y el legalismo, el cual se llama gracia.
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