El Antiguo Testamento está lleno de mandamientos hacia el pueblo de Israel. Los rabinos de la época de Jesús decían que había en el Pentateuco 613 mandamientos. Pero luego Cristo habló de que todo se resume en sólo dos mandamientos ¿Cómo es esto posible?
"Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas." Mateo 22:36-40
Creo que la pregunta de "¿Por qué Jesús resumió toda la ley con esos dos mandamientos?" ha sido contestada varias veces, pero no creo que se le de la importancia que se merece. Siempre se dice cómo en estos dos mandamientos se resume la ley ya que si amamos a Dios por sobre todo no pecaremos contra él y lo mismo hacia nuestro prójimo. Y es que, como hablamos en distintos blogs (como el de hace dos semanas de "la ley del cristiano") si nosotros amamos a Dios por sobre todo, entonces no nos tendremos que obligar a vivir una vida piadosa, sino que justamente saldrá naturalmente de ese amor (obviamente no de forma constante porque sino no pecaríamos, en nosotros sí hay variación a diferencia de Dios). Por todo esto hoy veremos más a fondo estos dos mandamientos.
Primero ampliemos un poco más el concepto de que nuestra vida piadosa será el resultado de amar a Dios por sobre todo. Creo que un pasaje que nos puede dar luz al respecto es 1° Tesalonicenses 4:1-8: "Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más. Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo." Aquí Pablo está exhortando a los tesalonicenses a vivir una vida en santidad ¿Cómo lo relacionamos con los dos mandamientos? Bueno, leamos el versículo 9 "Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros;" Aquí vemos una relación con el segundo mandamiento, pero la forma de expresarlo da a entender que anteriormente estaba hablando de otro amor que no era el fraternal, y los versículos anteriores hablan de agradar a Dios. Y es que justamente, toda la exhortación de Pablo es posible si amamos a Dios más que a nada (el primer mandamiento). El apóstol aquí habla de estos dos mandamientos. En el segundo mandamiento al parecer estaban bastante bien los tesalonicenses, pero en el primero hacían falta estas palabras. Igualmente, lo importante es lo que dijimos antes, toda nuestra vida cristiana, todo el proceso de santificación sólo puede surgir si amamos a Dios por sobre todo. Pongamos este ejemplo: Una madre le manda a su hijo a que haga ciertas cosas, y el hijo, aunque no le gusta hacerlas, las hace. Este niño sería como aquella persona que se fuerza en vivir una vida piadosa porque Dios se lo pide, pero en el fondo no quiere hacerlo, sólo lo hace por deber. Ahora veamos el otro caso: Un niño que ama profundamente a su madre y que entonces tiene sus juguetes ordenados, se comporta de una forma correcta y lo hace feliz porque sabe que es lo que la madre quiere para él, y él quiere agradar a la madre porque la ama. Eso es a lo que exhorta Pablo aquí, eso es cumplir con el primer mandamiento. Nuestra forma de conducirnos viene por querer agradar a Dios, no porque nos vaya a dar algo a cambio, sino porque simplemente le amamos. Si nos forzamos a vivir de esta forma no le estamos amando, simplemente lo hacemos por un deber, pero en nuestro corazón vamos a seguir protestando
Creo que habiendo visto esto, es entendible cómo Cristo pudo resumir toda la voluntad de Dios para nosotros en estos dos mandamientos, porque es a partir de ellos que surgirá nuestra forma de vivir según Él quiere. Hay algo muy interesante sobre estos dos mandamientos que me parece que vale la pena mencionar ¿Sabía que son los únicos dos mandamientos como tales en todo el Nuevo Testamento? Es una búsqueda que hoy en día se puede realizar con cualquier aplicación de la Biblia en el celular, no hace falta tener una concordancia. El resto de situaciones donde está la palabra "mandamiento" en el Nuevo Testamento, la mayoría se refiere a cosas de la Ley (del Antiguo Testamento), o a mandamientos que no eran de Dios sino, por ejemplo, de Pablo hacia Timoteo. Ahora ¿cómo puede ser esto?¿Acaso no hay más mandamientos para el cristiano? Ciertamente la Biblia nos habla de cómo se conduce un cristiano, pero estos no son mandamientos ¿Por qué? Porque, como dijimos antes, todo eso surgirá de amar a Dios por sobre todo. Al ser estos los únicos dos mandamientos, y el principal amar a Dios, Él nos está diciendo "Concéntrate en conocerme y amarme más, que a partir de allí es que tu vida será conducida de la manera que Yo lo determiné". Piénselo de esta forma: si nos concentramos en vivir una vida piadosa, entonces no nos estamos concentrando en Dios, sino que desviamos nuestra mirada hacia las obras, cuando la Biblia nos llama a fijar nuestra mirada en Él. De distintas formas la Biblia nos llama a concentrarnos en Él, y es que sólo así le amaremos más y en consecuencia nuestra vida será transformada.
Ahora, si quiero crecer en santidad, debo crecer en el amor hacia Dios, ¿y cómo hago eso?¿Cómo puedo cumplir con estos dos mandamientos que nos dejó el Señor? Bueno, si crees que puedes estás equivocado. Aquí voy a citar a un pastor que conocí que dijo unas palabras sencillas pero que no entendemos muchas veces, parafraseando un poco él dijo: Tú no puedes obligarte a amar algo o a alguien. Recuerdo que ponía el ejemplo de uno de sus hijos que tenía que comer una comida que no le gustaba, y por más de que lo fuerce a comerla, él no podía hacer que la ame. Podemos intentar un montón de cosas, pero eso es un problema que yace en el corazón, y para transformar corazones, el único que puede hacerlo es Dios. Y mientras algunos le tienen miedo a esta doctrina porque piensan que con esto estamos diciendo que nos sentemos a esperar y vivamos como queramos, en realidad no estamos diciendo nada de eso, sólo que el cambio en nosotros para cumplir con esos mandamientos lo hace Dios. Si leemos unos versículos antes al pasaje de Tesalonicenses que leímos, en el capítulo 3 versículo 12 dice "Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros..." ¿Quién es el que hace crecer el amor en nosotros? ¡DIOS! 1° Juan 4:19 también lo deja bien claro, de hecho, en el original dice: "Nosotros amamos, porque Él nos amó primero". Fíjese que no dice sólo "le amamos" como traduce la Reina Valera, sino que dice "amamos" en general. No podríamos amar absolutamente nada si no fuese por Dios. Ahora, si bien Dios es el que nos hace crecer en amor para con Él, fíjese que Pablo pide justamente que Dios los haga crecer en ese amor a los tesalonicenses, y es que justamente esta es la actitud que debemos tener. Si nos quedamos sentados, viviendo nuestra vida sin importar nada, entonces no le estaremos conociendo, y cómo le amaremos más sin conocerle. Dios utiliza nuestras oraciones para hacernos crecer más en amor. Dios utiliza Su Palabra para que le conozcamos más y nos enamoremos más de Él. Dios es el que nos hace crecer en amor (en parte también porque Él es el amor, es uno de Sus atributos) y eso lo hace a Su tiempo, pero eso no quita que no debamos pedir para que lo haga, o que no le busquemos más ya que esas son las cosas que Él utiliza, no las necesita, pero igualmente decide que ese sea el medio. Dios nos mandó a amarle más, ESE es el mandamiento, todo el resto surgirá de cumplirlo. Y si bien no lo podemos hacer por nuestra cuenta, debemos rogar a Él por eso, sólo así podremos tener una vida que agrade a Dios de forma genuina, por amor y no por deber. Si quieres obedecer realmente a Dios, empieza por estos mandamientos de Mateo 22. Todo el resto de los mandamientos y ordenanzas de la Biblia se pueden resumir en estos, porque de estos se desprenderá absolutamente toda la vida piadosa que realmente anhelamos para nuestro Dios.
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