¿Qué es lo que Dios quiere que haga?¿Qué decisión debo tomar?¿Cuál es la voluntad de Dios para mi vida? Si usted es como yo, en algún momento de su vida estas preguntas fueron una gran carga sin respuesta. Hoy trataremos de que esa carga se aliviane.
Recuerdo estar en el instituto bíblico y que esa duda me acompañe a todos lados. Cualquier decisión que tenía que tomar en base a mi futuro era un peso enorme por el hecho de que no sabía qué era lo que Dios quería que hiciera. Al momento de seguir más tiempo en el instituto, al momento de decidir qué carrera seguir, al momento de cambiarme de iglesia y de tantas otras decisiones que tenía que tomar esa pregunta no paraba de resonar en mi cabeza. Yo quería claramente hacer algo, pero... ¿Sería esa la voluntad de Dios? Seguramente a usted le pasó o le está pasando algo parecido. Ya sea con las decisiones de cambiar de trabajo, elegir una carrera, o hasta con saber si la persona con la que está es la "indicada", esta duda siempre resuena allí. Ahora ¿no le parece raro que nos afanemos tanto en buscar la voluntad de Dios cuando vemos en la Biblia que Dios quiere que por nada estemos afanosos (Filipenses 4:6)? Creo que el problema principal aquí es que tenemos un concepto muy errado de lo que es la voluntad de Dios.
Vayamos de a poco ¿Por qué nos preocupamos tanto al momento de tomar decisiones? Creo que la mayoría ante esto respondería que se preocupa porque quiere realmente hacer lo que Dios quiere. Y aquí hay un problema, no por su actitud, su actitud es la correcta, debemos buscar siempre hacer lo que Dios quiere. Pero al momento de tomar decisiones en nuestras vidas, si decimos que la voluntad de Dios es sólo una respuesta de las opciones que tenemos entonces esto significa que si tomamos cualquier otra decisión no estaríamos en la voluntad del Señor. Y si tomamos ese camino entonces no estaríamos en la voluntad de Dios para nuestras vidas, con lo cual ya el resto de nuestras vidas sería distintas al plan que Dios tenía para nosotros. Imagínese, todo un plan hermoso diseñado por Dios para con nosotros, arruinado por una mala decisión. Si esto fuese así tendríamos un problema, porque el plan de Dios podría ser tranquilamente arruinado, con lo cual no importaría. Nuestras decisiones son las que marcarían el curso de la historia, no Dios. Ante esto muchos pueden decir que Dios igualmente ya sabía qué decisión tomaríamos, con lo cual, si bien no era Su voluntad, Él ya lo tenía previsto. El problema con esto es que Dios seguiría estando condicionado por nuestras decisiones, Dios ya no podría hacer lo que Él quiere porque si nosotros tomamos una decisión diferente eso se arruinaría.
Pero la Biblia nos habla justamente de que Dios hace todo lo que Él quiere (Salmos 135:6, Salmos 115:3, Isaías 46:10) ¿Entonces cómo es la cosa? Bueno, el pensamiento anterior de que sólo una decisión es la voluntad de Dios y debemos buscar tomar esa decisión para estar en Su voluntad surge de la falsa doctrina del libre albedrío (la cual ya la refutamos en el blog sobre el libre albedrío). Lo que hace esta falsa doctrina es disminuir la Soberanía de Dios y darnos un poco de control a nosotros. Y justamente, como no fuimos diseñados para tener ese tipo de control, es que al creer tenerlo nos afanamos tanto. Si creemos en la total Soberanía de Dios (lo cual vimos que es así en el blog sobre la Soberanía de Dios) entonces debemos creer que cualquier decisión que tomemos es la voluntad de Dios, ya que absolutamente nada escapa de Su plan. Hay un único y perfecto plan que Dios determinó antes de la fundación del mundo sobre cómo pasaría absolutamente TODO, y si, eso incluye nuestras vidas. Absolutamente todo lo que pasa, todo lo que decidimos hacer es la voluntad de Dios, si esto no fuese así entonces algo se le estaría escapando de las manos al Señor, con lo cual no sería del todo Soberano, algo que, cómo vimos en la serie sobre los atributos de Dios, va totalmente en contra de lo que es un atributo, ya que cada uno de ellos están en su máxima expresión en Dios.
Entonces, al momento de tomar decisiones, sea cual sea la decisión que tomes esa va a ser la voluntad de Dios. Dios ya determinó que tomes esa decisión. Pero ¿eso significa entonces que nunca nos vamos a equivocar? Absolutamente no. Muchas veces tomaremos decisiones de las cuales nos arrepintamos, sin embargo, la voluntad de Dios era tanto que tomemos esa decisión como que nos arrepintamos después. Y es que justamente, todas las cosas ayudan a bien para los hijos de Dios (Romanos 8:28). Dios determina que nos equivoquemos en nuestras decisiones con un propósito mayor que resultará en algo bueno.
Todo es parte del plan de Dios, aún nuestros errores, pero ¿esto significa que si una persona decide pecar también fue la voluntad de Dios? Bueno si y no. De Dios no procede ningún mal, si pecamos es absolutamente nuestra culpa. Nunca es la voluntad de Dios que pequemos, pero aún así todas las cosas Dios las utiliza para nuestro bien. Creo que el más claro ejemplo de esto es Judas Iscariote. En Zacarías 11:12-13 vemos que alguien entregaría a Cristo por 30 monedas de plata. En Salmos 41:9 también vemos que era con quien Cristo mojaba el pan que lo traicionaría. En Juan 17:12 vemos, dicho por Cristo mismo, que estaba determinado que uno de los doce lo entregase ya que estaba escrito en el Antiguo Testamento. Dios ya había determinado que esto pasaría, y era la voluntad de Dios que esto pasase para que Cristo sea entregado y más tarde crucificado por nuestros pecados. Era la voluntad de Dios que esta traición pasase, pero esto no hace que fuese la voluntad de Dios que Judas haya pecado de esa forma. Parece una contradicción, lo sé, pero debemos distinguir entre dos cosas: La voluntad de Dios general y la voluntad de Dios específica. La voluntad general tiene que ver con lo que es el plan de Dios, y la voluntad específica es cómo Dios quiere que nos movamos (que no pequemos y cada principio de la Palabra). Por ejemplo, era la voluntad general de Dios que Adán y Eva cayesen ya que desde antes de la fundación del mundo ya había determinado el plan de salvación del hombre. Pero no era la voluntad específica de Dios que comieran del fruto, y esto se los dijo bien claro. John Piper lo pone de la siguiente manera: "Dios no aprueba todo lo que Él mismo ordenó que ocurriera. Es decir, Él censura algunos sucesos que Él mismo origina Y ordena ciertos eventos que no aprueba. O para expresarlo de un modo más paradójico: En cierto sentido, Dios aprueba algunos eventos que, en otro sentido, no aprueba."
Entonces al momento de tomar una decisión, no te afanes por saber cuál es la voluntad de Dios, porque sea la decisión que tomes, esa va a ser la voluntad de Dios, esa decisión, por más de que pueda ser una equivocación y luego te arrepientas, es parte del plan soberano del Señor. Ahora, igualmente en la Palabra tenemos principios que nos ayudan, los cuales son la voluntad específica de Dios, y esta es la que sí debemos buscar. Por ejemplo debemos buscar una vida de santidad (más allá de que Él produzca nuestro crecimiento), debemos buscar vivir una vida piadosa, etc. Siendo más específicos, supongamos que estas entre elegir dos carreras: Psicología o Medicina (por poner un ejemplo). En Psicología verás todas cosas en contra de Dios, con lo cual no sería prudente. Si bien si sigues psicología eso es parte del plan de Dios, cuando llegue el momento de estudiar todas cosas que nieguen a Dios te arrepentirás de haber seguido esa carrera. Si bien ese error fue la voluntad de Dios que pasase, podemos aplicar los principios bíblicos para evitar esas situaciones. Si quieres comenzar una relación con una persona, busca en la Palabra si tanto la otra persona como vos se ajustan a los principios que hay en la misma. En mi caso, yo quise dejar el instituto bíblico un montón de veces, y oraba y me afligía mucho tratando de buscar la voluntad de Dios, no sabiendo si Él quería que yo esté allí. Al final me quedé porque tenía que terminar lo que había empezado y además estaba en un lugar contenido por la Palabra (estos son principios que pude encontrar en la Biblia). Pero luego también entendí que no tenía sentido pensar y afanarme por saber si era la voluntad de Dios que yo esté allí, porque si estaba pasando era porque efectivamente esa era Su voluntad, nada escapa de Su plan. No te afanes por saber cuál es la voluntad de Dios porque Él no bajará con un ángel para decirte qué decisión debes tomar. Antes, estudia la Palabra para llenarte de principios bíblicos y poder tomar mejores decisiones. Y si te equivocaste y te arrepientes de una decisión tranquilo, fue la voluntad de Dios que así pase para enseñarte algo, o ponerte en algún lugar, algo que puedes confiar que te ayudará a bien (Romanos 8:28). El mejor principio sobre la voluntad de Dios es confiar en que Dios es Soberano por sobre todo, aún sobre nuestra decisiones.
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