Continuamos con el estudio de la carta hacia los Filipenses. Hoy veremos en los versículos 15 del capítulo 3 al versículo 1 del capítulo 4 cómo Pablo anima a los filipenses a vivir con la esperanza y el deseo de parecerse a Cristo, tal como él lo hacía.
"15 Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. 16 Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa. 17 Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. 18 Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; 19 el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. 20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; 21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas. 1 Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados." Filipenses 3:15-4:1
El pasaje de hoy no lo podemos desligar de lo que hablamos en el blog anterior, ya que el autor sigue en el mismo hilo. Pero mientras el pasaje anterior era Pablo hablando de su vida, ahora, tomando eso de referencia, es que va a animar a los filipenses a hacer lo mismo que él. El blog anterior terminó viendo como el apóstol deseaba llegar a la meta, a ser como Cristo. El versículo 15 entonces es el comienzo de las palabras de ánimo que les dará a los filipenses basándose en todo lo que dijo antes. En este versículo Pablo primero se dirige a los "perfectos". Cómo muchos ya deben haber escuchado, una mejor traducción del original para esa palabra es "maduros", y esto tiene sentido, ya que si vemos los versículos 12 y 13, Pablo mismo reconoce todavía no ser perfecto, ser como Cristo. Algunos comentaristas hablan que en realidad está bien traducido como "perfectos" (la palabra original puede ser las dos cosas según su contexto) ya que Pablo estaba hablando de forma irónica a esas personas que se creían perfectas. Pero esto no tiene mucho sentido. Primero por el contexto que vimos en los versículos 12 y 13. Y segundo porque Pablo se está incluyendo en ese grupo, si fuese de manera irónica no se incluiría. Continuando con el versículo vemos que dice "esto mismo sintamos" ¿A qué se refiere?¿Qué quiere Pablo que todos los maduros en la fe sientan? Bueno, no es la primera vez que se dice esto en la carta. Vemos en el versículo 2 del capítulo 2 que se exhorta a lo mismo. En ese versículo el contexto era el tener el amor fraternal pareciéndose a Cristo (2:5). Nuestro pasaje de hoy amplía aún más esa visión. Mientras en el capítulo 2 hablaba del amor fraternal, el contexto del versículo 15 habla de toda la vida, de parecerse a Cristo, de desear llegar a esa meta que es ser como Él. Pablo aquí está exhortando a que todos deseemos el ser como Cristo y vivir acorde a ello, tal como él lo hacía y vimos en el blog anterior. El versículo continúa diciendo que hay personas que quizás no tienen ese deseo, han desviado su mirada de la meta, pero que Dios igualmente se las mostraría. Y antes que lo piense, no, este no es un aval para el antinomianismo o ese tan famoso (y falso) cristiano carnal. No. Podemos pensar distintos casos en el que el deseo de un cristiano no es el de parecerse a Cristo. Por ejemplo cuando un cristiano recién se convierte y todavía no entiende muchas cosas salvo que Dios lo salvó por gracia. O cuántas veces nuestros objetivos en la vida se desvían de ser iguales a Cristo ¿Está esto bien? No, pero cuando pase, sabemos que Dios nos enamorará aún más para que sintamos esto. No por nada Pablo los estaba animando a esto. El versículo 16 es la exhortación de una forma más amplia justamente, hablando de seguir un mismo camino entre todos, camino el cual conduce a ser igual a Cristo.
Llegando al versículo 17, este puede sonar un poco arrogante, pero no, recordemos que Pablo sólo quería el bien de los hermanos en Filipos, por eso el capítulo 1, el versículo 4:1, y hasta la carta misma. Matthew Henry hace una observación de la palabra "imitadores" muy interesante. Él habla sobre cómo la palabra en su original tiene que ver con el teatro y es la palabra de la cual procede la palabra mímica. Matthew Henry nos habla sobre como no sólo es una imitación de las palabras, sino de la conducta misma, la forma de ser. Estas palabras no están dichas con un tono arrogante de "mírenme a mí porque yo soy un santo", no, están dichas con el fin de tener un referente de vida cristiana, ya que el apóstol tenía más experiencia. En nuestra vida cristiana debemos tener personas que actúen de referentes para nosotros, claramente no van a ser perfectos, pero igualmente los podemos usar de ejemplo, y no sólo a los apóstoles, sino a todos los que se conducen de una forma bíblica buscando ser como Cristo.
Los versículos 18 y 19 son otra advertencia por parte del apóstol. Mientras muchos hablan de como pueden ser libertinos de los que está hablando aquí Pablo, lo veo poco probable, ya que unos versículos antes estaba advirtiendo de los judaizantes, los cuales eran todo lo contrario. Si ya tenían problemas con los judaizantes, sería raro que tuviesen problemas también con los libertinos. Es muy raro estar peleando al mismo tiempo con el legalismo y el libertinaje. Además, según las cosas que dice en estos versículos, coincide mejor con los judaizantes, veamos. Primero dice que ya les dijo muchas veces sobre estas personas, algo que nos hace acordar al versículo 1 de este capítulo donde dice que no le es molesto el repetirles las cosas y pasa a advertirles de los judaizantes, vemos aquí otra repetición. Y esta repetición, vemos en el versículo 18, que Pablo la dice llorando. Pueden haber muchas razones para esto, de las cuales son todas especulaciones. Puede ser que sea por como estas personas pervierten el Evangelio, por misericordia por estas personas, o, por la que más me inclino, por una preocupación profunda por los filipenses, mostrando así el corazón de Pablo para con ellos. Cerrando el versículo dice que son "enemigos de la cruz". Y esta es una de las razones principales por las que me inclino por los judaizantes, ya que ellos, con su afán por imponer la ley judía, minimizaban la cruz al punto de no hacerla suficiente sin las obras de la ley. En el versículo 19 vemos cómo realmente eran estas personas. Eran personas centradas en sí mismas, que se jactaban de cumplir la ley y sólo pensaban en sus obras, lo cual haría que en un futuro se pierdan y terminen avergonzados porque lo que creían no era así.
Los versículos 20 y 21 parecen un poco despegados del resto del pasaje, pero todo lo contrario. Pablo habló durante todo el capítulo sobre como las obras de la carne no importan, sino que siempre debemos apuntar a ser como Cristo, a fijar nuestros ojos en la meta. Sin embargo, esa meta sólo la alcanzaremos cuando Cristo venga, ya que es Él quien nos glorificará. El apóstol comienza hablando de nuestra verdadera ciudadanía marcando así una diferencia con estos judaizantes. Además acordémonos de lo importante que era la ciudadanía para un filipense. Ellos tenían la ciudadanía romana en alta estima, pero la ciudadanía celestial es aún más alta. Mientras ellos se concentraban en las obras de la carne, en lo terrenal, nosotros debemos enfocarnos en el cielo, en casa, en como aquí somos extranjeros, y un extranjero ¿qué es lo que ansía? Ir a casa, pero esto sólo lo haremos cuando vuelva Cristo y nos glorifique. Nuestro deseo de parecernos más a Cristo nos debe llevar a esperar con más expectativa el regreso de nuestro Salvador, ya que será allí cuando Él nos transforme, nos glorifique, y seremos como Él.
Para terminar quiero señalar una cosa que me pareció muy interesante. Los judaizantes, si uno veía la forma de vivir que tenían, era una forma de vivir muy piadosa, se podría decir que eran muy obedientes a la Palabra de Dios. Sin embargo, aquí Pablo nos advierte de seguir su ejemplo, dice que son enemigos de la cruz, que sólo ven lo suyo. ¿Por qué es esto? Por el objetivo que tenían, y aquí hay una diferencia abismal entre los judaizantes, y personas como Pablo de las que sí debemos tomar ejemplo. Los judaizantes obedecían porque era "lo que tenían que hacer", pero Pablo no obedeció a Dios porque era lo que tenía que hacer, sino por estar enamorado de Cristo y desear ser como Él. Mientras lo de los judaizantes era puro moralismo, sin importar la cruz ni Cristo; lo que anima a hacer Pablo es una obediencia por amor a Cristo, por desear parecernos más a Él. Como hemos visto en varios blogs dentro de esta serie de Filipenses, nunca llegaremos a ser como Cristo hasta que Él nos haga de esa forma, y es Él también quien nos va santificando, nuestra obediencia también viene de Él, nosotros nos debemos centrar en conocerle más. Cuando lo deseamos a Él es que nuestra vida tendrá ese sentir del que habla Pablo. A esto mismo exhorta en que estén firmes en el versículo 1 del capítulo 4, a estar firmes, no en nuestras obras, no en nuestro caminar, sino en el Señor, ya que es Él quien nos hace avanzar, mientras nos aferremos a Él, podemos estar seguros que avanzaremos en nuestra vida cristiana. Recordemos que es Él quien produce en nosotros ese querer como el hacer por su buena voluntad, con lo cual nosotros nos debemos aferrar a Él. Lo que más importa en esta vida, lo que Pablo está reflejando en este capítulo 3 es que nada de las obras importa, todo eso es basura, sólo importa Cristo. Es en Él que somos santificados, no por nosotros mismos. No por nada el capítulo 3 cierra hablando del poder con el cual Dios nos transformará y sustenta todas las cosas, porque ahora mismo Él nos está sustentando. Si en algo se resume lo que debemos hacer en esta tierra, es en desear ser como Cristo, y de allí se derivará todo teniendo eso en mente. Nuestra mente se debe fijar en Cristo, nada más importa si no estamos enamorados de Él.
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