Continuamos con el estudio de la carta hacia los Filipenses. Hoy veremos en los versículos 3 al 11 del capítulo 1 como Pablo encontraba gozo en ver firmes a sus hermanos de Filipos.
"3 Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, 4 siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros, 5 por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; 6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; 7 como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia. 8 Porque Dios me es testigo de cómo os amo a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo. 9 Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, 10 para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, 11 llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios." Filipenses 1:3-11
Luego de la introducción y la salutación que vimos la semana pasada, comenzaremos a ver el resto de la carta por algo que Pablo hacía mucho en sus epístolas: dar gracias por los hermanos. Esto lo vemos ya desde el versículo 3, donde Pablo nos muestra su corazón para con los hermanos. Podemos ver aquí, no sólo el corazón de un hermano, sino también el corazón de una padre espiritual como se suele decir. Si bien Pablo no les habla con la ternura con la que le habla Juan a sus discípulos llamándolos "hijitos", podemos ver este mismo corazón en esta carta. Pablo los había guiado a Cristo, había sido el instrumento que Dios utilizó para fundar la iglesia y ahora estaba viendo como la iglesia se estaba fortaleciendo, es como la felicidad que tiene un padre al ver que su hijo se va transformando en un hombre ¿Cómo es que se demuestra este amor que tenía para con los filipenses? En la oración. Hay una frase muy popular que dice que si le quieres demostrar amor a una persona, entonces comienza orando por ella. No dudo que quien haya dicho esa frase por primera vez haya leído estos versículos de Pablo ¿Y por qué oraba Pablo? Esto lo veremos en los versículos 5 y 6. El versículo 5 comienza diciendo que oraba "por vuestra comunión en el evangelio". En el original, la palabra que se usa para "comunión" denota formar parte de algo, participar. Muchos ante esto afirman de que Pablo estaba aquí diciendo que oraba por la forma de participar que tenían lo filipenses con sus ofrendas en la propagación del evangelio. Sin embargo, esto sería sacarlo del contexto en el que está, donde veremos que el versículo 6 es un refuerzo de lo que dice este versículo 5. Pablo estaba orando por firmeza para los hermanos en Filipos, para que su participación, para que esa relación que tenían con el evangelio perdure así como desde el primer día cuando él les había predicado. Ante esto, es que viene el tan famoso versículo de Filipenses 1:6. Pablo oraba por firmeza por parte de los filipenses (lo cual es lo mejor que le podemos pedir a Dios al orar por un hermano) con confianza, ya que esa firmeza no depende de las personas, sino que depende de Cristo mismo, Él es el que nos mantiene, el que continúa la obra en nosotros. Y esta obra que hace Cristo en nosotros, nos asegura el apóstol, tiene un fin. De hecho, la palabra en el original que se usa para perfeccionar habla de concluir algo, y como vemos en el versículo eso será en el día de Cristo (Cuando Cristo venga por su iglesia). ¿Qué es lo que terminará ese día? Nuestro proceso de santificación, allí seremos glorificados.
En los versículos 7 y 8 Pablo justificará ese sentimiento que tiene hacia los filipenses. El apóstol aquí dice que los tenía en su corazón. Mientras hoy el corazón es símbolo de las emociones, en ese tiempo era muchísimo más. Para los griegos (y en consecuencia los romanos ya que la cultura continuó) las emociones estaban relacionadas más bien con el vientre. El corazón era símbolo del alma, haciendo referencia a la personalidad de la persona y también el símbolo de los pensamientos. Pablo no sólo sentía emociones por sus hijitos, no sólo los recordaba, sino que ellos eran una parte de él, ese es el amor tan grande que les tenía. Es por esto también que al formar parte en sus prisiones, recibiendo ofrendas y apoyo por parte de ellos en medio de la situación que estaba, los llenaba de gozo sus hermanos. Por todo esto es que los filipenses eran participantes de la gracia del ministerio que tenía Pablo, no sólo por las ofrendas, sino por el gozo que le daban. Y en el versículo 8 vemos de donde sacaba Pablo el ejemplo de este amor tan grande que tenía para con sus hermanos: de Cristo mismo. Como dijimos en la introducción de la serie, muchos al hablar de Cristo en la epístola de Filipenses se concentran en el capítulo 2, pero Cristo está en cada parte. La Biblia es la revelación de Dios que tenemos en nuestras manos ahora que no lo tenemos a Cristo en carne con nosotros. Y no sólo lo vemos revelado en las partes más "teológicas" de la Palabra, sino también mediante el ejemplo de hombres que mostraron a Cristo con su vida, y eso es lo que vemos en Pablo aquí, como mostró el amor de Cristo con los filipenses a tal punto de que a pesar de estar en prisión, no sabiendo su destino final, él estaba gozoso por amor a sus hermanos (algo que continuará desarrollando en la carta).
Por último, en los versículos 9 al 11 podremos ver un poco más específicamente el pedido que hacía Pablo en oración por los filipenses. El versículo 9 nos habla de que pedía para que el amor que tenían los filipenses crezca en ciencia y conocimiento. Esto es debido que mientras más conocemos algo, más lo podemos amar, y con esto Pablo se refiere justamente a conocer a Cristo. Si bien las palabras ciencias y conocimientos podemos pensar que hacen referencia a lo mismo, en su original no es así. Ciencia nos habla de un conocimiento intelectual avanzado, lo que se podría decir hoy en el contexto bíblico como teología. Sin embargo el conocimiento en el original habla de discernimiento, saber qué cosas son genuinas y correctas. El amor verdadero no está cimentado en emociones, sino en el saber. Mientras más conocemos a Dios, más le podemos amar. Es en consecuencia del conocer que surgen las emociones, no viceversa. Entonces Pablo oraba para que los filipenses puedan conocer más a Cristo y en consecuencia le amarían más, porque ¿cómo no enamorarse cada vez más de Dios? Los versículos 10 y 11 nos mostrarán cómo es que repercute ese amor fundamentado en el conocer en la vida de un cristiano. Nos dice que de esta forma podemos ser sinceros e irreprensibles. Sinceros viene de las palabras sine cera (sin cera) ya que en la antigüedad se les ponía cera a las vasijas para cubrir las grietas que estas podían tener. Al momento de comprarlas se las ponía a contraluz del sol ya que así se podía ver si tenía cera, si se veía cera significaba estaban tratando de engañarte, sin embargo si era una vasija sin cera, te estaban vendiendo un producto correcto, algo genuino, que era lo que se mostraba. Cuando nos presentemos delante de Cristo, allí todo será descubierto, no habrá grieta que no se vea, pero entre más amamos a Cristo y vivimos de acuerdo a eso, más completos y con menos grietas estaremos, seremos genuinos delante de Él. Luego habla de irreprensibles, lo cual habla de algo que es libre de culpa, que tiene sus deudas saldadas. El versículo 11 nos pone otra forma en la que nos afecta este amor al presentarnos delante de Cristo, y es que gracias a este amor el fruto de justicia de Dios se ve en nosotros. La traducción Reina Valera lo pone en plural, sin embargo en el original es un sólo fruto, esto como referencia a la salvación. Entre más amamos a Cristo, más podremos mostrar esa salvación, ese fruto que tenemos.
A continuación es cuando se relaciona el versículo 11 con el 6 y todo el pasaje. Pablo habla de que este fruto de justicia, esta salvación, es por medio de Cristo, o sea que es de Él. Esto, unido a lo que viene hablando del versículo anterior nos muestra todo lo que Cristo hace en nosotros. No sólo nos salva, sino que continúa trabajando en ese fruto, en esa obra, hasta que en Su día nos venga a buscar y nos glorifique. Si los filipenses y nosotros podemos crecer en este amor, podemos mostrarnos sinceros e irreprensibles, si podemos mostrar el amor de Cristo, es todo porque Él sigue trabajando en nosotros, ya que todo es "por medio de Jesucristo". Y no sólo es POR medio de Jesucristo, sino que también es PARA Jesucristo. Como vemos al final del pasaje, todo esto es "para gloria y alabanza de Dios". Cristo es el centro de todo. Pablo oraba confiando justamente en las promesas de Dios, y esto le era motivo de gozo aún en medio de la prueba que estaba atravesando. Esta confianza en Dios la usó, no sólo para animar a los filipenses, sino para estar gozoso en medio de las tribulaciones. Y podemos ver que a pesar de todo lo que estaba pasando, el apóstol no pensaba en sí mismo, sino que tomaba fuerzas de sus hermanos, pensaba en ellos. El amor de Cristo en Pablo por los filipenses, y la confianza que él tenía de que nuestro Dios continuaría su obra allá era motivo de estar feliz para Pablo. Creo que es de gran exhortación para nosotros esto, cuando muchas veces nos concentramos en nosotros, pero vemos que Pablo se concentraba en el amor por los hermanos y esto le traía el gozo, este es el amor de Cristo reflejado, no centrado en uno mismo, sino en los demás, y sobre todo, en Cristo mismo.
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