Hoy comenzamos una serie que nos llevará varios blogs, pero que hace tiempo quería hacer. Durante los siguientes blogs estaremos estudiando mi libro favorito de la Biblia: La carta hacia los Filipenses.
"Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo." Filipenses 1:1-2
Comencemos hablando un poco de Filipos (la ciudad de los Filipenses). Esta ciudad había sido fundada por Felipe II (el padre de Alejandro Magno) en el siglo IV A.C. atraído por las minas de oro que había allí cerca. Años más tarde formaría parte del Imperio Romano siendo una colonia del mismo, lo cual le daba muchísimos beneficios a la misma como por ejemplo tener un gobierno provincial, los mismos derechos que un romanos y hasta ser considerados ciudadanos de Roma, algo de lo cual los filipenses estaban orgullosos. Pero si bien la ciudad tenía muchísimos beneficios, la iglesia allí sufría mucho ¿Por qué? Bueno, desde su fundación podemos ver problemas. Hechos 16 nos muestra cómo se fundó esta iglesia. Mientras muchas iglesias que fundó Pablo eran antes sinagogas judías, en Filipos no habían sinagogas ya que habían pocos judíos y para que haya una sinagoga, debían haber 10 hombres judíos que fuesen cabeza de hogar, número al cual no llegaban. Ante esto, las mujeres que habían en la ciudad se reunían a las afueras a orar. En el segundo viaje misionero de Pablo, cuando pasa por la ciudad, fue con las mujeres a predicar y mientras lo hacía, Lidia, una vendedora que adoraba igualmente al Dios de los judíos sin serlo, se puso a escuchar y se convirtió. Luego insistió que Pablo y sus discípulos que lo acompañaban (Timoteo, Silas y Lucas) vayan a su casa. Lidia vendía púrpura, una tintura muy rara y entonces cara (esto lo podemos ver por ejemplo ya que en la Biblia era el color que distinguía a los reyes, no por nada la capa que le pusieron a Cristo era púrpura), al ella tener plata, es probable que tuviese una casa grande, ideal para que allí se reúna la iglesia. Y ya desde ese momento empezaron los problemas. Una chica endemoniada se puso a dar testimonio que lo que hablaba Pablo venía de Dios, pero Pablo claramente no quería ser avalado por un demonio y, teniendo misericordia de la chica, le sacó el demonio, lo cual molestó mucho a personas que la usaban para ganar dinero. En resumidas cuentas, a Pablo y Silas los metieron en la cárcel, hubo un terremoto en el que pudieron escapar, no lo hicieron y por eso el carcelero junto con su familia se convirtió (Todo esto lo pueden leer en Hechos 16). Si bien luego de todo esto los liberaron y les pidieron que se vayan de la ciudad, podemos ver que antes de irse pasaron por la casa de Lidia donde estaba ella y un grupo de hermanos (la iglesia, probablemente integrada ahora también no sólo por Lidia sino por el carcelero, su familia, y hasta quizás la chica que estuvo endemoniada). Pero mientras Pablo y sus discípulos se fueron, los hermanos se quedaron allí, en un ambiente donde por lo que hizo Pablo no querían mucho a los cristianos, y Roma también se estaba mostrando bastante hostil hacia los seguidores de Jesús ¿Cómo sabemos esto? En 2° Corintios 8 podemos ver que menciona las iglesias en Macedonia (provincia donde se ubicaba Filipos) que estaban bajo gran tribulación pero que igualmente le ofrendaban a Pablo. Comparándolo con el capítulo 4 de Filipenses podemos estar seguros que se estaba dirigiendo dentro de ese grupo de iglesias a los hermanos en Filipos.
Ahora hablemos del autor. El versículo 1 nos habla de que son Pablo y Timoteo los que saludan a la iglesia en Filipos, sin embargo el autor es únicamente Pablo por lo que leemos en el resto de la carta, Timoteo lo estaba acompañando y hay comentaristas que dicen que Pablo le dictaba a Timoteo la carta. Por lo que leemos en la carta, Pablo fue arrestado por compartir el Evangelio. Hay muchas posturas de dónde estaba arrestado, pero vamos a saltarnos el debate histórico y vamos a adoptar la postura más común que es que Pablo estaba con prisión domiciliaria en Roma como lo vemos en Hechos 28:30-31. Es por esto que Timoteo podía estar con él y también Epafrodito quien venía de Filipos probablemente trayendo una ofrenda para Pablo y quien sería el encargado de llevar la carta a los filipenses (Filipenses 2:25). Sin embargo, esta no fue la prisión en Roma donde moriría según la historia. La tradición nos dice que fue liberado pero unos años más tarde volvería a ser aprisionado y ahora sí asesinado (esto claramente según la historia, no es inspirado ya que la Biblia no nos dice nada). La carta hacia los filipenses junto con Efesios, Colosenses y Filemón son consideradas como las epístolas de la prisión, las cuales escribió desde esta prisión domiciliaria en Roma entre los años 60 y 62 d.C.
La carta hacia los Filipenses es una carta bastante práctica, sin quizás mucho contenido teológico a excepción del capítulo 2 donde describe la humillación de Cristo. Teniendo en mente que la Biblia es la revelación que tenemos de Dios, es difícil a veces ver a Cristo en cartas como estas. Sin embargo, en las palabras de ánimo para la iglesia en Filipos por parte de Pablo, podemos ver que él los está animando a vivir justamente cómo y para Cristo, y es allí donde lo podemos ver a nuestro Señor, a través del ejemplo de estos hermanos nuestros. El tema de la carta, la mayoría de los teólogos coinciden en que es el gozo. Pero no creo que sea sólo el gozo. Como vimos antes, la iglesia en Filipos estaba sufriendo persecución, según 2° Corintios 8 eran pobres además de estar bajo la prueba. Por otra parte, Pablo tampoco estaba mejor, estaba en prisión, no sabiendo cuál sería el final. Es con estos dos contextos que se habla de gozo. El tema no es solo el gozo, sino que es el gozo a pesar de las circunstancias, y ¿por qué tenemos gozo a pesar de las circunstancias? ¡Porque lo tenemos a Cristo! Es esto lo que Pablo remarcará una y otra vez a lo largo de la epístola y lo que veremos a lo largo de esta serie.
Comencemos viendo la salutación inicial de los versículos 1 y 2 del capítulo 1 y en el siguiente blog comenzaremos con el resto de la epístola. Pablo dirige esta carta a todos los santos (los creyentes) en Filipos, incluyendo también a los obispos (pastores) y diáconos de la iglesia. Matthew Henry habla en su comentario como menciona primero a la iglesia y luego a sus líderes como una muestra de que ellos están para servir al resto de la iglesia (no es parte de la interpretación creo yo pero me parecía una buena aplicación para mencionar). En el versículo 2 vemos el típico saludo de Pablo que podemos ver en todas sus cartas. Lo interesante en esta salutación es la presentación de Pablo y Timoteo. Mientras en la mayoría de sus cartas (sin contar Romanos, Tito y Filemón) Pablo se presenta como apóstol, Pablo aquí se presenta como siervo de Jesucristo. Primero la razón es que Pablo no necesitaba una defensa de su apostolado con los filipenses como quizás lo necesitaba con los corintios o los gálatas. No, ellos conocían bien a Pablo, no por nada le enviaban ofrendas. Luego, si vemos el significado de la palabra siervo en el original ("doulos") esta no sólo era un siervo, sino que era un esclavo que habiendo cumplido su tiempo sirviendo a su amo, se había quedado como esclavo voluntariamente por amor a su amo. Con lo cual, la traducción correcta sería "Pablo y Timoteo, esclavos de Jesucristo". Teniendo en cuenta esto, más el tema de la carta (el gozo a pesar de las circunstancias) podemos ver como Pablo remarca su compromiso para con Cristo, el cual trasciende las circunstancias, y a su vez lo muestra a Cristo como el amo, siendo Él el amo de todo, marcando con esto la Soberanía de Dios aún sobre las circunstancias. Cuando estamos en el medio de la prueba no nos debemos preocupar, porque estamos bajo el cuidado del Dios que controla todo. A lo largo de esta epístola podremos ver como nada escapa a nuestro Dios, y como gracias a Él podemos estar gozosos en medio de cualquier cosa que nos esté pasando. Espero que puedan acompañarme a través de este viaje que será el estudio de la epístola de Pablo hacia los filipenses.
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