Parte de la gran comisión, el discipulado es algo que muchos ignoran y otros intentan hacerlo pero no saben bien ni siquiera lo que es. Hoy veremos qué es el discipulado y cómo aplicarlo.
"Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;" Mateo 28:19
Ciertamente la Biblia nos llama a hacer discípulos, y esto es algo que no se puede ni negar, ni evitar ¿Es este un llamado para todos los cristianos? Si, no podemos decir que no, sin embargo, todo debe ser a su tiempo. Muchas veces al ver al discipulado como parte de la gran comisión incentivamos a las personas a discipular otras personas, pero es raro ver que se incentive a ser discipulados. Si vamos a Mateo 28 o a Marcos 16 (su pasaje paralelo), en el momento de Jesús dar la gran comisión, no estaban allí todos sus seguidores, ni siquiera los 70 a quienes había enviado a predicar un tiempo atrás, sino solo los 11 discípulos cercanos a Él que quedaban. ¿Esto significa que la gran comisión no es para todos los cristianos? No, porque igualmente somos embajadores de Cristo en la tierra. Lo que sí significa es que en ese momento, sólo los 11 estaban listos para ejercerla, sino Cristo se las hubiese compartido al resto de seguidores suyos que tenía ¿Por qué es esto? Bueno, porque los 11 ya habían sido discipulados de una forma correcta, habían estado 3 años aprendiendo del Gran Maestro. Para uno discipular debe primero prepararse. Si una persona que no está preparada comienza a discipular a otras personas, entonces sólo creará más personas que no están preparadas, con lo cual se va formando una bola de nieve cada vez más grande que termina perjudicando a la iglesia ¿Cómo nos damos cuenta cuándo estamos preparados? Nosotros no nos vamos a dar cuenta, porque según nuestro ego vamos a estar listos mucho antes de estarlo. Nótese que en la gran comisión fue el Maestro quien les dijo de ir a hacer otros discípulos. Nuestro discipulador es el que nos debe decir "ahora estás preparado para preparar otras personas". Si usted tiene un peso muy grande por discipular, ese peso no debe guiarlo a discipular personas, sino primero a prepararse para eso. Santiago 3:1 dice "Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación." Si bien este versículo se lo toma muchas veces para el pastorado, la palabra que se usa en el original no es esta, sino que es la misma palabra que se utilizaba para el líder de los discípulos, al maestro (didáskalos). El discipulado no es cualquier cosa, ya que estamos formando a una persona, con lo cual debemos ser sabios ya que somos responsables ante Dios por la vida de esa persona, tenemos que ser prudentes. De vuelta, no digo que no sea para todos la gran comisión, es para todos, pero a su debido tiempo.
Ahora, ¿qué es el discipulado en sí? La palabra discípulo se puede traducir como aprendiz. De hecho, en el griego original, la palabra que se utiliza para discípulo (madsetés) viene de la palabra aprender (mandsáno). Para que haya un discípulo siempre debe haber un maestro, alguien que justamente le enseñe ¿qué le debe enseñar? A Cristo. La meta del discipulado es la reproducción. En la antigüedad los maestros les enseñaban a sus discípulos para que su trabajo continúe. Por ejemplo, si vamos al arte, un maestro le enseñaba todo a su discípulo para que así el estilo del artista continúe. La inmortalidad del trabajo del artista se veía a través de sus discípulos en cómo estos continuaban con sus enseñanzas, y así también se podía medir el impacto de dicho artista. En este caso, el trabajo ya está hecho, lo único que queda es reproducir a Cristo en otras personas. Pero ¿cómo hacemos esto? Bueno, continuemos viendo cómo es que en la antigüedad los maestros formaban discípulos (tal cómo lo hacían en tiempo de Jesús). Un artista podía dar clases, pero esto no significaba que todos sus alumnos fuesen sus discípulos. Si creemos que el discipulado es simplemente una clase de teología que le damos a una persona estamos totalmente equivocados. Se han creado muchos materiales para el discipulado, para que el maestro haga con el discípulo, pero el completarlos no es discipular a una persona. El artista ponía a su discípulo a ver todo lo que él hacía al pintar, le encomendaba hacer pequeñas cosas como ir a conseguir las pinturas para que pueda aprender qué tipo de pinturas se utilizan, con esto el discípulo iba aprendiendo todo el procedimiento que el artista hacía. Si vamos a la Biblia, Jesús con los 12 discípulos los tenía siempre al lado viendo todo lo que Él hacía, les encargó a su vez que hicieran cosas (como cuando los envía con 58 seguidores más de Cristo en Lucas 10). Una persona que discipula a otra no va a simplemente enseñarle teología (aunque también es una parte), sino que le va a enseñar a vivirla mediante el ejemplo. Y este es el verdadero discipulado. Cristo hizo eso con los 12 ("Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis." Juan 13:15), Pablo hizo eso con Timoteo. Si vamos al llamamiento de los 12, ellos dejaron todo para seguir a Cristo, porque el discipulado justamente demandaba que estén con Él todo el tiempo para invertir Su vida en ellos. Jesús tenía un montón de seguidores, pero no todos eran parte de los 12 discípulos ¿Por qué? Porque sólo los 12 eran enseñados directamente por el Maestro en cada aspecto y le seguían todo el tiempo. A su vez, con tanto que compartían, los 12 no sólo eran sus discípulos, sino que también eran sus amigos, con lo cual ahí vemos la profundidad de la relación.
Ahora, todo muy lindo que el discipulado sea ponerse a una persona al lado para que vea cómo vivimos y tome ejemplo para él aplicarlo, pero eso es algo que si bien se veía más fácil en la antigüedad, ahora en el siglo XXI es muy difícil de aplicar, donde cada persona tiene su trabajo, sus estudios, sus responsabilidades. Bueno, el discipulado no deja de ser ponerse a una persona al lado a pesar de esto. Charlas una vez por semana hablando de cómo estuvo la semana y quizás estudiar un pasaje de la Biblia no suplantan ese aprendizaje práctico del cual nos enseñó Jesús con los 12. Entonces ¿qué podemos hacer? Bueno, tenemos tiempos igualmente para que la persona esté al lado nuestro, por ejemplo dentro del servicio en la iglesia. El maestro debe poner al lado a su discípulo para que así pueda aprender no de palabra, sino de hecho. Y justamente debemos tratar de hacer eso. Las charlas y los devocionales juntos están buenos, pero el discipulado se cultiva en lo práctico, por lo menos eso es lo que vemos en Jesús. Si servimos en la limpieza de la iglesia, nuestro discípulo debe estar al lado nuestro, no sólo para ver cómo se limpia, sino también para ver nuestro carácter. Si servimos con los niños, nuestro discípulo debe estar al lado nuestro aprendiendo cómo lo hacemos. Es la única forma de hacerlo que vemos en la Biblia, no sólo con Cristo, sino con Pablo en sus viajes misioneros, cómo siempre se llevaba a una persona consigo y cuando llegaba a algún lado pasaba tiempo preparando a las personas.
En conclusión, el discipulado es algo que debemos hacer todos, pero antes de discipular debemos ser discipulados. Muchas iglesias hoy en día han abandonado el discipular, pero esta es la forma en que Dios determinó que crezca la iglesia, es así como Cristo utiliza a la iglesia para moldearnos a Su imagen. También, muchas otras iglesias han rebajado el discipulado a una conversación ocasional con una persona, lo cual ni se acerca a lo que realmente es. El discipulado cuesta, Cristo lo dejó bien en claro (Lucas 14:25-33). Para que podamos formar un verdadero discípulo de Cristo debemos invertir nuestro tiempo y aún nuestra vida. Y la mejor forma de hacerlo es poniéndonos a la persona al lado en cada momento que podamos y enseñarle no por la palabra sino por el ejemplo. A su vez, le llevó 3 años a los discípulos estar listos para impartir sus vidas en otras personas, y eso que tuvieron al mejor Maestro, con lo cual no apresuremos las cosas. Primero debemos prepararnos correctamente para poder entonces ser ejemplo para una persona. Un artista amateur no tenía discípulos, era cuando el artista crecía que entonces tenía algo para enseñarle a otras personas. También, creo que hay un serio problema con la palabra "intencionalidad". Intencionalidad no significa apresurado, sino más bien es estar dispuesto. Y es que el discipulado es algo que se da, no es algo que se fuerza. Como vimos, es una relación. Cristo llamó a los 12 y los 12 dejaron todo para seguirlo. Es una relación que se da de los dos lados: El maestro quiere enseñar y el discípulo quiere aprender. Debemos reproducir a Cristo en otras personas, pero seamos prudentes y siempre recordemos lo que dice Pablo en 1° Corintios 3:6-7:
"Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento."
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