Muchas iglesias han tratado de hacer más atractivo el mensaje del evangelio para que así las personas del mundo quieran asistir a la iglesia, pero haciendo esto han dejado la esencia del Evangelio mismo. En el blog pasado vimos un caso y hoy veremos otro también bastante común.
Ya hablamos un poco sobre este tema en los blogs del evangelio de la paternidad y el amor sobre todo pero hoy desarrollaremos aún más esta "predicación del evangelio" desde otro punto de vista. Primero veamos qué es lo que se dice desde el púlpito según esta forma de suavizar el evangelio. Muchas personas vienen a las iglesias ya que buscan llenar algo que sienten que les falta. En Marketing hay algo que se llama la pirámide de Maslow que muestra las cosas que buscan las personas y que más les dan importancia, sus necesidades. En la base tenemos las necesidades físicas (comer, respirar, hidratarse, etc), luego tenemos a la necesidad de sentirse seguros (desde físicamente hasta económicamente), en el medio tenemos la pertenencia (amistades, formar parte de algo, etc), siguiendo con el reconocimiento, y por último en la punta la autorrealización (lograr sus metas). Entonces, todo este tipo de personas se acercan principalmente en búsqueda de las tres que más arriba están en la pirámide (pertenencia, reconocimiento y autorrealización) y esto es lo que justamente prometen este tipo de iglesias. Hoy veremos principalmente como con este mensaje super suavizado del evangelio tratan de suplir la pertenencia y algo del reconocimiento.
La persona que llega en búsqueda de aceptación, según estas iglesias, lo último que necesita escuchar es que la juzguen (que la confronten con su pecado), con lo cual siempre van a estar motivando a la integración. Y esto no sólo con las personas integrándolos a los grupos de amigos, sino desde el púlpito. En una sociedad donde cada vez es todo más superficial y la depresión gana demasiado terreno, el hecho de que alguien que no conoces te diga que te ama, y más aún, que te digan que el Creador de todo te ama es algo que claramente va a gustar. Ahora, no hay nada errado en decirles a las personas que Dios los ama ya que Dios nos ama primero, antes de nosotros amarle (1° Juan 4:19). El problema entonces no es porque digan algo que no sea así, sino por lo que no dicen. Si, Dios nos ama, somos su creación, pero a la misma vez nos aborrece por ser pecadores (Salmos 5:5). Dios nos ama, pero igualmente estamos enemistados contra Él por nuestro pecado, por nuestra rebelión. Puede ser difícil de entender, pero no podemos separar al Amor de Dios de su Santidad. Es cuando somos salvos y nuestro pecado es quitado por la sangre de Cristo que Dios ya simplemente nos ama y no nos aborrece porque ya no estamos enemistados contra Él. Miguel Núñez habla de cómo en un principio nos ama como su creación, pero luego de ser salvos por Cristo ahora nos ama como hijos. No hay nada de malo con decirle a una persona que Dios lo ama, pero también les debemos contar que a pesar de que Dios los ama están enemistados contra Él.
Ahora, como vimos en el blog anterior, no decir que estamos enemistados contra Dios y aparentar como que todo está bien, simplemente debemos aceptar ese amor de Cristo, hace que no se predique el Evangelio, ya que, sin pecado, sin nosotros estar enemistados contra Dios, no habría razón para el sacrificio de Cristo, no tendría sentido la gracia misma, la cruz no sería necesaria. Pero además de esto, esta predicación de "eres amado" conlleva otro problema. A partir de esta predicación, las personas suelen empezar a asistir a estas iglesias, sin siquiera haber escuchado el verdadero Evangelio. Comienzan a ser parte de la congregación y así suplir esa necesidad de pertenencia y de reconocimiento. Empiezan a servir ya que sus amigos de la iglesia lo hacen y es todo color de rosa, o por lo menos lo aparenta hasta que un problema ocurre y se empiezan a alejar de la iglesia. El problema allí no es lo que pudo hacer que la persona se aleje, el problema es que nunca escuchó el Evangelio y, al menos que Dios haga un milagro en el medio y se convierta a pesar de esa iglesia, esa persona seguirá teniendo su necesidad más grande. Fuimos creados para alabanza de la Gloria de Dios (Efesios 1) y el pecado nos es de estorbo para poder cumplir nuestra razón de ser, con lo cual lo que necesitamos principalmente es reconciliarnos con Dios mediante el sacrificio de Cristo en nuestro lugar. La paga de nuestro pecado era la muerte eterna, pero Jesús cargó nuestro pecado y pagó esa deuda en nuestro lugar para que así no estemos más enemistados con Dios, podamos de verdad sentir el Amor de Dios mediante su gracia y así podamos vivir de acuerdo a nuestro propósito de adorarle. Toda esa pirámide de necesidades de Maslow queda totalmente opacada cuando entendemos el Evangelio y vemos nuestra necesidad más grande de redención. Esta predicación, al integrar a la persona en la iglesia, hace que esté aún más engañada, pensando que está reconciliada con Dios cuando no es así ya que no ha entendido el Evangelio. Siempre digo que la principal arma de Satanás en este tiempo no es la persecución ni nada de eso, sino este tipo de iglesias que engañan a personas y las ciegan aún más del verdadero Evangelio, sirviendo y todo en una "iglesia" cuando ni siquiera han entendido el mensaje ya que no lo han escuchado. Por su puesto que Dios en su Soberanía les puede mostrar el verdadero Evangelio estando en esas iglesias, pero en estos casos, la iglesia en lugar de ser un mensajero del Evangelio es un estorbo.
Empezamos el blog explicando este tipo de predicación con algo tan humano como una enseñanza del marketing, y es porque esta predicación lo único que busca satisfacer son las necesidades humanas, sin preocuparse por la eternidad de las personas. Si, está bueno integrar a las personas, pero lo hacemos para que así les podamos explicar de una mejor manera el verdadero mensaje de la cruz. Si realmente tenemos un peso por las personas perdidas, lo primero que vamos a querer hacer es compartirles lo único que realmente los puede salvar. Este mensaje logra hacer que las personas se sientan bien consigo mismas y sigan queriendo buscar eso, y en consecuencia siguen asistiendo a la iglesia. Pero esto no los salva, una vez que mueren se van al infierno por su pecado. No predicarles el Evangelio por miedo a que sea muy fuerte y en lugar de eso integrarlos y hacerlos sentir bien no es tener compasión, es condenar a las personas. Si realmente quieres tener compasión por las personas, predícales el verdadero Evangelio, el que salva. Somos amados, pero también estamos enemistados con Dios por nuestro pecado, primero debemos solucionar eso antes de poder sentirnos amados, y eso no lo solucionamos nosotros, sino que lo ha hecho Cristo en la cruz en nuestro lugar.
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