Continuamos con nuestra serie sobre los atributos de Dios y hoy llegamos al último de los atributos, el cual es el mayor consuelo que puede haber para un hijo de Dios, estamos hablando de la Fidelidad de Dios.
"Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones;" Deuteronomio 7:9
"Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta. ¿Lo ha dicho El, y no lo hará?, ¿ha hablado, y no lo cumplirá?" Números 23:19
Cuando pensamos en la Fidelidad de Dios pensamos comúnmente en que Dios nunca falla, y justamente la palabra en el griego original que se usa en la Biblia hace referencia a eso, a alguien que es totalmente digno de confianza. Sin embargo, en el hebreo original la palabra que se usa (por ejemplo en el versículo que leímos antes de Deuteronomio) nos amplía un poco más de lo que realmente significa. En el hebreo se utiliza la palabra "amán" que viene de algo que es totalmente firme, que no se mueve por nada, con lo cual, cuando se aplica a una persona, podemos ver que habla de esta confianza de la que hablamos antes. ¿Le suena familiar esta palabra hebrea? Es muy probable, ya que de aquí es que se deriva la palabra con la que comúnmente cerramos nuestras oraciones: amén. Cuando oramos, y decimos amén al finalizar, el significado que frecuentemente le damos es "que así sea" y pensando en la Fidelidad de Dios podemos decir que lo que Él dice, así será efectivamente. Entonces cuando vemos una promesa por parte de Dios en la Palabra, estamos seguros que se cumplirá, no sólo por su Fidelidad, sino porque la Fidelidad de Dios es Omnipotente y Soberana (o sea que puede hacer lo que sea, Romanos 4:21), es Eterna e Infinita (esto significa que Sus promesas no tienen una fecha de vencimiento, Salmos 119:90), y también podemos confiar entonces, como dice Romanos 8:28, que va a ser para bien, ya que su Fidelidad es Amorosa, Buena, Misericordiosa, Santa, Justa y Omnisciente. Además de esto, al ser Misericordiosa y Buena no depende de lo que nosotros hagamos, Dios es Fiel independientemente de cómo nos comportemos nosotros, y el versículo que muestra esto de una forma hermosa es 2° Timoteo 2:13, que dice: "Si fuéremos infieles, Él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.". Y es en este versículo que vemos que es parte de Su esencia.
Como siempre, el lugar donde más vemos este atributo es en el Evangelio. Pesemos en el plan entero de Dios para la salvación, ya desde génesis tenemos promesas de un Salvador, quien vendría unos 4000 mil años más tarde de esa promesa. Durante esos 4000 mil años hubieron cientos de promesas sobre el Mesías, y el Evangelio es justamente la manifestación de que Dios no se olvida, de que una vez que Él promete algo lo cumplirá. Pero lo lindo es que no terminó todo ahí. No, Dios sigue siendo Fiel. Lo vemos desde 1° Juan 1:9 ("Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad."), hasta la promesa de la segunda venida, la cual podemos estar 100% seguros que pasará tal y como Él lo dijo. Es por este atributo que podemos tener esperanza y que podemos estar 100% seguros en Dios (Hebreos 10:23 "Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió."). A su vez, como dice el versículo que leímos de 2° Timoteo, Su Fidelidad no depende de la nuestra, sino que nuestra fidelidad depende de la suya, ya que es Él quien nos sostiene, aunque nos deje alejarnos un tiempo para enseñarnos algo, podemos estar seguros que siempre volveremos a Él, no porque nosotros seamos fieles, sino porque Dios es Fiel. Por esto mismo es que estamos seguros en nuestra salvación, no la perderemos porque Dios es Fiel.
Este blog fue un poco más corto ya que este atributo está muy íntimamente ligado con la Inmutabilidad de Dios, allí desarrollamos mucho también del tema. Igualmente no quería dejar de hablar de la Fidelidad de Dios que nos da tanta fuerza y esperanza.
Con esto finalizamos nuestra serie sobre los atributos de Dios. Nos quedó por ver la Sabiduría y la Majestad de Dios, pero como la Fidelidad, estos dos están muy ligados a otros dos atributos. La Sabiduría se vincula con la Omnisciencia de Dios al usar este conocimiento en las decisiones que Él toma, pero eso ya hablamos en el blog de la Omnisciencia. Con la Majestad pasa algo parecido pero con la Infinidad de Dios, como vimos en el blog que hicimos del tema, la Infinidad no es sólo cosa de tiempo, sino en cada aspecto, esta marca la Grandeza de Dios, y en consecuencia la Majestad es esta grandeza aplicada en el Soberano de todo. No me malentienda, no estoy poniendo en menos estos dos atributos, simplemente creo que se entienden muy bien por sí solos al estudiar los atributos íntimamente relacionados a estos.
Si hay algo clave que quiero dejar de esta serie, es lo que venimos hablando desde el principio. Que todos los atributos están en su máxima expresión en Dios, con lo cual no hay atributo más importante que el resto. También que estos son la esencia misma de Dios, y que al ser así, cada atributo posee al resto de atributos en sí en Dios. Y por último que cada uno de los atributos los podemos ver revelados en el Evangelio, y esto es algo hermoso, porque el mismo Evangelio que nos abre los ojos, es el que necesitamos reflexionar día a día para conocer más a nuestro Dios quien se reveló allí.
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