Continuamos con nuestra serie sobre los atributos de Dios y hoy veremos un atributo que va en contra de nuestra naturaleza humana caída, estamos hablando de la Santidad de Dios.
El hecho de que Dios es un Dios Santo no es nada que no sepamos ya. Pero veamos qué es lo que significa que Dios sea Santo. En el original, tanto en hebreo (cadósh) como en el griego (jágios), las palabras que se utilizan vienen de una raíz que significa separado ¿Separado de qué? En el caso de Dios, Él está separado del mal, del pecado. Sin embargo, hoy en día, con toda la corriente del yin yang, se cree que no hay nadie absolutamente bueno, que todos tienen algo de mal, incluyendo a Dios. Bueno, esto es totalmente errado, ya que como decimos desde el principio de la serie, todos los atributos de Dios están en su máxima expresión. Entonces que la Santidad de Dios esté en su máxima expresión significa que Él está completamente separado del pecado, en Dios no hay mal alguno (Santiago 1:13).
Si hablamos de que Dios es Santo, no podemos dejar de hablar de Isaías 6:3 ("Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.") y Apocalipsis 4:8 como una referencia al pasaje de Isaías ("Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir."). En estos dos versículos vemos que se dice que Dios es 3 veces Santo, y ante esto han surgido distintas posturas. La primera habla de que lo repite 3 veces ya que es el atributo más importante, y varias veces hemos escuchado de que predicadores agarran estos versículos para darle aún más importancia a la Santidad de Dios. Pero, si bien la Santidad de Dios es sumamente importante, es igual de importante que el resto de sus atributos. Ya vimos que en Dios todos los atributos de Dios están al mismo nivel, con lo cual esta postura es errada, ya que va en contra de un principio básico de los atributos de Dios. Si vemos a personas exaltando el Amor de Dios por sobre el resto, la respuesta no es resaltar su Santidad por sobre el resto, sino mostrar a Dios como es, todos al mismo y máximo nivel. La segunda postura dice que lo menciona 3 veces por el hecho de que cada persona de la Trinidad es santa, pero esto no tiene mucho sentido ya que las 3 personas de la Trinidad son Dios, con lo cual es obvio que los 3 son Santos porque esta es la esencia de Dios. Además en ningún otra parte de la Biblia vemos que se diga "Santo, Santo, Santo", sino que dice simplemente que Dios es Santo una vez (1° Samuel 2:2). Hay otra postura que habla de como la repetición de un nombre o una expresión era bastante común para los judíos cuando se quería expresar intensidad. Si bien sólo en esos dos versículos se repite 3 veces Santo, vemos que no es la única vez que se utiliza este recurso de repetición. En Jeremías 7:4 se repite "Templo de Jehová", en 2 Samuel 18:33 David repite "Hijo mío" tres veces marcando la intensidad del lamento por su Hijo Absalón, también vemos en Jeremías 22:29 y en Ezequiel 21:27 la utilización de este recurso. Ahora, si vamos al contexto de Isaías y Apocalipsis, en los dos versículos se dice esta repetición como una proclamación de la Santidad de Dios ante un Israel y ante un mundo sumergidos en el pecado respectivamente. Es lógico entonces que se utilice este recurso para mostrar la Santidad de Dios frente a la pecaminosidad humana. Así que no, la Santidad de Dios no es mayor que ningún otro atributo de Dios, pero esto no significa que sea menos, sino que están todos al mismo nivel.
Como vimos, cada atributo posee al resto de los atributos, con lo cual su Santidad está en todos lados (Omnipresente), todo lo sabe (Omnisciente), es Todopoderosa (Omnipotencia), es para siempre (Eterna), es Amorosa y Justa a la vez, y si bien podríamos seguir con todos los atributos hay uno en especial que hoy en día se le ha desligado de la Santidad de Dios, y es su Inmutabilidad. El hecho de que la Santidad de Dios sea Inmutable significa que lo que Dios una vez consideró pecado, siempre lo hará. Con esto no quiero decir que la Ley aplique para hoy en día, ya que muchas cosas Dios se las dio a los Israelitas para guardarlos por los momentos que iban a atravesar. Sin embargo, todo lo que vemos en el Antiguo Testamento que se remarca en el Nuevo Testamento como pecado podemos estar seguros que para Dios sigue siendo pecado aún hoy en día. Cosas como la homosexualidad, el feminismo, etc, muchos han tratado de excusarlos diciendo que la Biblia es vieja, pero no, porque la Santidad de Dios sigue siendo la misma ayer, hoy, y por los siglos de los siglos.
Ahora que vimos lo que es la Santidad de Dios, esta separación máxima que tiene Dios del pecado, veámosla revelada, y como digo siempre, no hay mejor forma que en el Evangelio. La Santidad de Dios en el Evangelio se ve claramente revelada en contraposición con nuestro pecado. Jesús vivió una vida totalmente Santa, pero nuestro pecado fue puesto en su cuenta en el momento de la cruz y en ese momento, toda la Omnipotencia de la Justa Santidad de Dios cayó sobre Cristo pagando nuestra deuda con su muerte. La Santidad de Dios es lo que demanda que Su Justicia caiga sobre los pecadores, ya que la hemos infringido en su máximo nivel. Pero gracias a Cristo es que nosotros podemos vivir un proceso de santificación hasta que Él nos glorifique.
Este atributo, si bien lo tenemos bien sabido en nuestra mente, es muy difícil tenerlo siempre presente en nuestro corazón, ya que si así fuese no pecaríamos en absoluto. Con lo cual debemos orar día a día para que Dios nos moldee conforme a la Santidad de su Hijo y así no infringir su Ley una y otra vez. Cada vez que pecamos vamos en contra de la Santidad de Dios, y esto no lo vamos a poder cambiar hasta que Cristo vuelva, pero sí podemos trabajar en nuestra santificación ya que Dios sigue produciendo en nosotros el querer y el hacer, siendo estos buenos, separados del pecado por quien es Él.
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