Continuamos con nuestra serie sobre los atributos de Dios, y hoy vamos a ver dos atributos que si bien se suelen pensar que son lo mismo, tienen sus diferencias. Estamos hablando de la Eternidad y la Infinidad de Dios.
Si bien muchas veces pensamos que estas palabras son similares, en realidad no es así. Eternidad muchas veces lo relacionamos con un tiempo que no termina ni acaba, sin embargo, fue Agustín de Hipona quién describió la Eternidad de Dios como algo distinto al concepto que se tiene comúnmente. Él habló de que la Eternidad de Dios hace referencia más bien a que Dios es atemporal, esto significa que no se rige por nuestro tiempo. Y si nos ponemos a pensar es bastante lógico, si Dios estuviese regido por el tiempo, significaría que el tiempo es aún más grande que Dios. Esto no significa que Él siempre esté en una especie de limbo atemporal, pero tranquilamente puede ir y venir, no está bajo el dominio del tiempo. De hecho, ¿Sabe qué fue lo primero que creó Dios en Génesis 1? La respuesta que todo el mundo dice es "los cielos y la tierra" basados en Génesis 1:1 ("En el principio creó Dios los cielos y la tierra."). Sin embargo, si vemos bien el pasaje, podemos ver que lo primero que creó Dios fue el tiempo, ya que ese principio fue el comienzo de absolutamente todo, incluyendo el tiempo, ya que para que haya un principio debe haber tiempo con el cual se compare. Antes de ese momento, es lo que se conoce como la eternidad pasada, ya que no había tiempo. Con esto, estaría entrando dentro de ese concepto lo que nosotros describimos como eternidad (algo que no tiene ni principio ni fin en el tiempo).
Ahora, esto es la Eternidad, ¿pero la Infinidad? Probablemente usted esté pensando en la Infinidad como el concepto que teníamos antes sobre la Eternidad: algo que nunca empezó ni nunca terminó. Sin embargo, al definirlo así estamos limitando el concepto de Infinidad. En matemáticas, algo totalmente infinito, como los números, van desde el -infinito hasta el +infinito, no empieza nunca ni acaba nunca. El problema es que siempre nosotros nos referimos a este concepto en términos de tiempo, y a diferencia de la Eternidad que sí está relacionada con el tiempo (es la ausencia de él en Dios), la Infinidad puede ser de cualquier cosa, no está relacionado con el tiempo.
Tener estos conceptos en claro es algo hermoso, ya que nos deja ver más claramente lo que venimos hablando en los anteriores blogs de la serie. Repasemos. Primero, una de las reglas fundamentales para estudiar los atributos de Dios habíamos dicho que era pensar que cada atributo poseía al resto de los atributos en sí mismo en Dios. Esto nos habla de que entonces todos los atributos de Dios son Eternos, y si los atributos de Dios entonces no están regidos por el tiempo, significa que son para siempre. También podemos decir que todos los atributos de Dios son Infinitos, y recuerda que la Infinidad no tiene que ver siempre con el tiempo. Esto nos deja ver otra de las reglas que vimos al principio de la serie, y es que cada atributo está en su máxima expresión ¿Cuál sería la máxima expresión? La Infinidad. Con esto podemos decir entonces que su Amor es Infinito en cuanto su magnitud, su Misericordia es Infinita en cuanto su magnitud (Salmo 136 nos deja ver esto en cada versículo), su Poder es Infinito en cuanto su magnitud (de ahí que es Omnipotente), y su Sabiduría es Infinita en cuanto su magnitud (por eso es Omnisciente), etc. De aquí también es que podemos ver la grandeza de Dios, que no es nada más y nada menos que su Infinitud.
Otra cosa que estamos viendo, es que cada atributo se manifiesta en el Evangelio, ya que esa fue la forma que tuvo Dios de revelarse al mundo. ¿Cómo vemos la Eternidad y la Infinitud allí? Bueno, creo que hay un pasaje que nos deja ver bien en claro esto. Hebreos 10:12 dice "pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,". Ese "para siempre" en realidad nos habla de la Eternidad del sacrificio, ya que si solamente fuese para siempre, solo serían salvas las personas que vivieron luego del sacrificio de Cristo. Sin embargo, al ser el sacrificio Eterno, es que alcanzó a todos los elegidos no importa el tiempo en el que hayan vivido. Ahora, la Infinitud del sacrificio de Cristo creo que es algo hermoso. Si vemos en el Antiguo Testamento, en la Ley, cada año se debía sacrificar como expiación por el pueblo de Israel un cordero en el día de expiación. Pero esto tampoco alcanzaba, sino que habían un montón de sacrificios que las personas debían hacer como expiación por cada pecado que cometían día a día. Además todos estos sacrificios simplemente tapaban los pecados, como diríamos hoy en día, ponía la mugre debajo de la alfombra. Sin embargo, cuando vemos el Infinito sacrificio de Cristo, al ser infinito, alcanzó para limpiar cada pecado de cada persona por la que Él murió, gracias a esto es que el sacrificio fue acepto por el Padre y que Cristo resucitó. Si el sacrificio de Cristo no hubiese sido Eterno e Infinito, Él sólo podría haber muerto por los pecados de una persona (ya que Él era justo), pero hubiese tenido que estar toda la eternidad pagándolo igualmente. Al ser el sacrificio de Cristo Eterno e Infinito entonces es que Él pudo morir por cada pecado de cada elegido a lo largo de la historia y 3 días después volver a la vida habiendo pagado la deuda de condenación eterna de cada uno de nosotros.
A su vez, vemos que gracias al sacrificio de Cristo, Dios puso eternidad en nuestros corazones (Eclesiastés 3:11) y pasaremos la eternidad conociéndole. Estos atributos de Dios nos deben llevar a adorar a Dios por su inmensidad y cómo la muestra para con nosotros en cada aspecto, especialmente en la cruz. Hasta ahora vimos sólo 3 atributos, y vemos que Dios es Todopoderoso, Infinito en cada aspecto, y a su vez es Eterno (atemporal), con lo cual Él sabe nuestro futuro también. Pensando en que tenemos un Dios Atemporal, Infinitamente Grande y Poderoso, es más razonable entonces por qué Pablo escribió en Romanos 8:31 "¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?". Ese mismo Dios del que hablaba Pablo, está de nuestro lado, sólo nos queda confiar en Él.
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