Una de las preguntas más frecuentes es ¿Qué es el evangelio? Si bien sabemos lo que representa la palabra (Qué Dios se hizo carne para librarnos de la esclavitud del pecado), ¿Sabemos lo que significa en sí la palabra evangelio? Hoy quiero que la analicemos en profundidad.
La palabra en el griego original es la palabra "euanguélion" y creo que la mayoría sabe que la traducción a esta palabra es buenas nuevas o, de una forma más actual, buenas noticias. Pero ¿a qué se refieren estas buenas noticias? Si bien la primera vez que se usa en el Nuevo Testamento es en Mateo 4:23, en la Septuaginta (la traducción al griego del Antiguo Testamento) se usa repetidas veces. Cuando leemos en el Antiguo Testamento en nuestra traducción al español las palabras buenas nuevas, en la Septuaginta se está utilizando esta misma palabra, euanguélion. La primera vez que leemos "buenas nuevas" en el Antiguo Testamento es en 1° Samuel 31:9. En este pasaje es donde Saúl se suicida antes de ser asesinado por los filisteos y estos encuentran su cuerpo, entonces dicen de enviar a mensajeros para compartir la noticia de que el rey de Israel había muerto, con lo cuál habían ganado esta batalla. Las palabras buenas nuevas son las noticias que esperaban el pueblo de la guerra que se estaba peleando afuera de las murallas. Durante los libros de 2° Samuel, y 1° y 2° Reyes, vamos a volver a ver esta palabra en referencia a noticias que vienen de afuera con el fin de calmar de una situación tensa a las personas, por algo que había pasado fuera de las murallas o del lugar donde estaban pero que les afectaba. Por ejemplo cuando le llega a David la noticia de la muerte de Absalón en 2° Samuel 18. Dos pasajes que reflejan el uso de la palabra son:
¿Cómo se relaciona esto con las buenas nuevas de Jesucristo, con lo que hoy conocemos como evangelio? Bueno, nosotros somos el pueblo, asustado, temeroso, pero Cristo es el batallón que peleó la guerra y la ganó allí en la cruz ¿Contra quién? Contra el pecado. Cristo ganó allí en la cruz la batalla. Esta es la noticia que nos llega a nosotros, este es el evangelio, que Cristo ganó, y ahora no nos debemos preocupar porque el enemigo ya no viene para matarnos, ya no tiene poder porque Cristo ganó. Hay otro aspecto que se relaciona entre el uso de esta palabra y el evangelio de Cristo que me encanta. El pueblo no participó de la batalla, fueron los guerreros, en el caso del evangelio, Cristo es el que peleó por la salvación de Su pueblo, nosotros no hicimos nada para ser salvos, simplemente creímos a la noticia que nos llegó, pero la salvación la ganó Cristo en la cruz, el campo de batalla. Como dice Matt Chandler en el documental de American Gospel, es como en la historia de David y Goliat. Nosotros no somos David peleando contra el gigante, nosotros somos el pueblo de Israel todo temeroso detrás de David esperando que él mate al gigante, lo cual hizo de un solo tiro. Nosotros somos ese pueblo asustadizo que espera que Cristo mate a nuestro mayor gigante, el pecado, lo cual hizo de un solo tiro en la cruz. La noticia de que Cristo venció simplemente nos llega, nosotros no tuvimos lugar en esa victoria. La salvación es del Señor, nosotros simplemente la recibimos por gracia por medio de la fe (como vimos en las 5 solas de la reforma protestante).
En la iglesia moderna, muchas veces se ha escuchado a personas que no predican del pecado como parte del evangelio. Pero es algo central, ya que la guerra es contra él, ¿qué buenas noticias serían si ni siquiera se informa de que estamos en una guerra? Las buenas noticias del evangelio vienen cuando vemos nuestro pecado, si no estamos conscientes de esta batalla, estas buenas noticias nunca nos confortarán los huesos, ni calmarán nuestras almas sedientas como dice Proverbios. La batalla es parte de la buena noticia, si bien no es una buena noticia estar en batalla, lo es el hecho de que alguien la venció por nosotros. Las buenas noticias vienen cuando estamos conscientes y temerosos de la guerra contra el pecado. Es entonces cuando el escuchar de que Cristo venció nos hace estar tranquilos como lo describen los versículos de Proverbios.
Por último, hemos sido llamados por Dios, una vez que creímos esta noticia, a compartirla. Cuando se enviaba al mensajero, este iba lo más rápido posible a informar sobre la victoria de la guerra. De hecho la palabra maratón viene de la batalla de Maratón donde al ganarla los griegos sobre los persas en el 490 A.C., Filípides corrió desde la playa de Maratón hasta Atenas y murió del cansancio tras correr 42 kilometros para dar la noticia de la victoria. De esta misma forma es que debemos ir a anunciar las buenas nuevas de que Cristo, siendo Dios, se hizo hombre, vivió la vida perfecta pero murió en la cruz pagando la condena que era nuestra por nuestro pecado y resucitó anunciando la victoria sobre la muerte y el pecado.
La palabra en el griego original es la palabra "euanguélion" y creo que la mayoría sabe que la traducción a esta palabra es buenas nuevas o, de una forma más actual, buenas noticias. Pero ¿a qué se refieren estas buenas noticias? Si bien la primera vez que se usa en el Nuevo Testamento es en Mateo 4:23, en la Septuaginta (la traducción al griego del Antiguo Testamento) se usa repetidas veces. Cuando leemos en el Antiguo Testamento en nuestra traducción al español las palabras buenas nuevas, en la Septuaginta se está utilizando esta misma palabra, euanguélion. La primera vez que leemos "buenas nuevas" en el Antiguo Testamento es en 1° Samuel 31:9. En este pasaje es donde Saúl se suicida antes de ser asesinado por los filisteos y estos encuentran su cuerpo, entonces dicen de enviar a mensajeros para compartir la noticia de que el rey de Israel había muerto, con lo cuál habían ganado esta batalla. Las palabras buenas nuevas son las noticias que esperaban el pueblo de la guerra que se estaba peleando afuera de las murallas. Durante los libros de 2° Samuel, y 1° y 2° Reyes, vamos a volver a ver esta palabra en referencia a noticias que vienen de afuera con el fin de calmar de una situación tensa a las personas, por algo que había pasado fuera de las murallas o del lugar donde estaban pero que les afectaba. Por ejemplo cuando le llega a David la noticia de la muerte de Absalón en 2° Samuel 18. Dos pasajes que reflejan el uso de la palabra son:
"La luz de los ojos alegra el corazón, Y la buena nueva conforta los huesos." Proverbios 15:30
"Como el agua fría al alma sedienta, así son las buenas nuevas de lejanas tierras." Proverbios 25:25Las buenas nuevas, son aquellas noticias que le llegan al pueblo de que los guerreros habían ganado la batalla y ya no corren peligro. El pueblo no hizo nada para ganar la batalla, sino que simplemente estaban preocupados porque si perdían los vendrían a invadir. Es por esta razón que proverbios dice lo que dice con respecto de las buenas nuevas. Las buenas nuevas tranquilizan porque alguien ya ganó la batalla y nadie vendrá a matar al pueblo.
¿Cómo se relaciona esto con las buenas nuevas de Jesucristo, con lo que hoy conocemos como evangelio? Bueno, nosotros somos el pueblo, asustado, temeroso, pero Cristo es el batallón que peleó la guerra y la ganó allí en la cruz ¿Contra quién? Contra el pecado. Cristo ganó allí en la cruz la batalla. Esta es la noticia que nos llega a nosotros, este es el evangelio, que Cristo ganó, y ahora no nos debemos preocupar porque el enemigo ya no viene para matarnos, ya no tiene poder porque Cristo ganó. Hay otro aspecto que se relaciona entre el uso de esta palabra y el evangelio de Cristo que me encanta. El pueblo no participó de la batalla, fueron los guerreros, en el caso del evangelio, Cristo es el que peleó por la salvación de Su pueblo, nosotros no hicimos nada para ser salvos, simplemente creímos a la noticia que nos llegó, pero la salvación la ganó Cristo en la cruz, el campo de batalla. Como dice Matt Chandler en el documental de American Gospel, es como en la historia de David y Goliat. Nosotros no somos David peleando contra el gigante, nosotros somos el pueblo de Israel todo temeroso detrás de David esperando que él mate al gigante, lo cual hizo de un solo tiro. Nosotros somos ese pueblo asustadizo que espera que Cristo mate a nuestro mayor gigante, el pecado, lo cual hizo de un solo tiro en la cruz. La noticia de que Cristo venció simplemente nos llega, nosotros no tuvimos lugar en esa victoria. La salvación es del Señor, nosotros simplemente la recibimos por gracia por medio de la fe (como vimos en las 5 solas de la reforma protestante).
En la iglesia moderna, muchas veces se ha escuchado a personas que no predican del pecado como parte del evangelio. Pero es algo central, ya que la guerra es contra él, ¿qué buenas noticias serían si ni siquiera se informa de que estamos en una guerra? Las buenas noticias del evangelio vienen cuando vemos nuestro pecado, si no estamos conscientes de esta batalla, estas buenas noticias nunca nos confortarán los huesos, ni calmarán nuestras almas sedientas como dice Proverbios. La batalla es parte de la buena noticia, si bien no es una buena noticia estar en batalla, lo es el hecho de que alguien la venció por nosotros. Las buenas noticias vienen cuando estamos conscientes y temerosos de la guerra contra el pecado. Es entonces cuando el escuchar de que Cristo venció nos hace estar tranquilos como lo describen los versículos de Proverbios.
Por último, hemos sido llamados por Dios, una vez que creímos esta noticia, a compartirla. Cuando se enviaba al mensajero, este iba lo más rápido posible a informar sobre la victoria de la guerra. De hecho la palabra maratón viene de la batalla de Maratón donde al ganarla los griegos sobre los persas en el 490 A.C., Filípides corrió desde la playa de Maratón hasta Atenas y murió del cansancio tras correr 42 kilometros para dar la noticia de la victoria. De esta misma forma es que debemos ir a anunciar las buenas nuevas de que Cristo, siendo Dios, se hizo hombre, vivió la vida perfecta pero murió en la cruz pagando la condena que era nuestra por nuestro pecado y resucitó anunciando la victoria sobre la muerte y el pecado.
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