Continuamos viendo los 5 pilares de la sana doctrina que desarrollaron los reformadores del siglo XVI: Las 5 Solas. Hoy veremos la Sola Fide, o Solo Fe, la cual es el corazón del evangelio mostrándonos la justificación solo por la fe.
Como respuesta a la importancia que le da el catolicismo a los sacramentos en la salvación es que surgió nuestra siguiente sola: Sola Fide. La cual habla de que somos justificados sola y exclusivamente por medio de la fe, siendo la fe entonces el medio que Dios utiliza para nuestra justificación. Primero y principal entonces, debemos ver el significado de justificación. Podemos resumir su significado en que Dios declara justo al que no lo es. Sería como si en un juicio, el Juez dijese que una persona no es culpable cuando en realidad lo es, y esta persona no tiene que sufrir con su condena. Hoy en día, en un mundo corrupto, se ve mucho que personas culpables son liberadas de su condena, pero ¿Cuál es la diferencia con la justificación de Dios? Bueno en este mundo, las personas son exentas de su condena por la corrupción de los jueces muchas veces. Pero Dios, a pesar de declarar justo al culpable, no es corrupto, sino que todo lo contrario, el es el Justo ¿Cómo entran estos dos conceptos en armonía entonces? Para esto debemos ver otro termino, que es el de la imputación. Esa justicia que se nos imparte a nosotros en la justificación no viene de la nada misma, sino que viene de Cristo. Jesús fue la única persona que fue justa, y esa justicia que Él tenía se nos fue puesta en nuestra cuenta. Es como una transacción, esa justicia de Cristo ahora es nuestra. Pero la Biblia habla de una doble imputación, no sólo a nosotros se nos imputó, se nos puso en nuestra cuenta, la justicia de Cristo, sino que a Cristo, en la cruz, se le imputó nuestro pecado. Es por eso que Dios sigue siendo Justo a pesar de perdonarnos. Si bien a nosotros Dios nos perdona, la condenación no fue perdonada, sino que Cristo la pagó.
Una vez que vimos lo que significa la justificación, es que podemos ver el medio por el cual Dios trae la justificación que ganó Cristo para nosotros, y ese es la fe. En la Biblia esto lo vemos una y otra vez. Desde Efesios 2:8-9 que dice que somos salvos por gracia POR MEDIO de la fe, y no por las obras; hasta la carta hacia los romanos, la cual tiene como tema principal la justicia de Dios y menciona una y otra vez la justificación por la fe. De hecho, esta sola surgió del estudio de Romanos que estaba haciendo Martín Lutero, donde vio claramente que los sacramentos no tenían lugar en la justificación, sino que Pablo dice una y otra vez que la justificación es solo por medio de la fe. Romanos 1:17, Romanos 3:21-26, Romanos 4 con el ejemplo de como Abraham fue justificado por la fe y no por la ley, Romanos 5 también con ese comienzo hermoso del capítulo diciendo "Justificados, pues, por la fe...", y podríamos seguir con la base bíblica para esta sola. El problema no es la base bíblica, ya que vemos una y otra vez el concepto de la justificación por la fe. El problema es a lo que se le dice fe. Es por esto que los reformadores establecieron 3 palabras para definirla de una mejor forma a la fe auténtica. La primera es la palabra Notitia, el cual tiene que ver con el concepto intelectual de aquello en lo que depositamos la fe. La segunda es la palabra Assensus, este concepto habla de saber que es verdad aquello que conocemos intelectualmente. Hasta aquí la fe que tiene estos dos conceptos no es una fe que Dios utilice para justificar, ya que es a esto a lo que Santiago se refería cuando dice que los demonios creen y tiemblan (Santiago 2:19), ya que tener el conocimiento y saber que es verdad pero no ser salvos es motivo para temblar. Es ahora donde viene la tercera palabra que es Fiducia la cual habla de la confianza en aquello que entendemos y sabemos que es verdad.
Ahora, ¿qué es aquello lo cual entendemos, sabemos que es verdad y confiamos que Dios utiliza como medio para nuestra justificación? Bueno es el hecho de la doble imputación que hablamos antes. Como Cristo, habiendo vivido una vida perfecta, justa, nos impartió su justicia al haber Él pagado nuestra condena en nuestro lugar allí en la cruz. Básicamente el evangelio, confiar en que esa imputación es la que nos salva es el medio que Dios utiliza para justificarnos. Es cuando se deposita nuestra fe en la obra de Cristo que Dios nos declara justos. Para esto, creo que la mejor ilustración se da en el Antiguo Testamento, cuando el juicio de Dios estaba viniendo por medio de serpientes, pero Dios le dice a Moisés que clave una serpiente de bronce y cualquiera que la mirase sería salvo del veneno de las serpientes que mataba a las personas (Números 21:4-9). Esta serpiente de bronce es un tipo de Cristo en el Antiguo Testamento. Para uno ser salvo de ese veneno mortal uno primero debía entender la situación de la realidad, que ese veneno lo iba a terminar matando y que su única salvación era ver a la serpiente en la estaca. No solo estaba el conocimiento de esto sino que uno debía saber que esto era verdad, lo que se decía acerca del veneno y la salvación. Por último, uno miraría a la serpiente confiando en que al verla se sanaría, no simplemente creyendo que era así, sino confiando en que sería sano. De esta misma forma es que un hombre debe saber y creer que es verdad que su pecado lo lleva a la muerte eterna para entonces poder mirar con confianza a la obra de Cristo, la cual es la única que nos puede salvar. Y cuando hablamos de la obra de Cristo, no sólo hablamos de la cruz que es donde Él pagó nuestros pecados. Sino que la obra de Cristo es toda su vida, Dios hecho hombre vivió la vida perfecta y luego pagó nuestros pecados. La importancia en la vida perfecta, sin pecado, de Cristo es que es esa vida la que se nos imputa a nosotros al creer en Cristo. Es por esto que Santiago, en el capítulo 2 de su carta, habla de que una fe sin obras es muerta. No porque las obras tengan que ver en la justificación, porque ya vimos que no, sino porque al sernos imputada la justicia de Dios, esa vida perfecta producirá buenas obras, pero esto es luego de que ya somos justificados, durante el proceso de nuestra santificación. Una fe verdadera, es el medio que Dios utiliza para justificarnos, y que así podamos hacer buenas obras.
Concluyendo, Sola Fide es la esencia del evangelio. Es el hecho de que no necesitamos obras para ser salvos sino una fe verdadera en la obra de Cristo, la cual Dios nos da. Una fe que es viva, que confía, que vive el evangelio. Dios nos declara justos al confiar que nuestros pecados le fueron imputados a Cristo y por eso podemos ser salvos. Miremos a Cristo, esa serpiente de bronce en el desierto, con confianza de que Él nos justificará para salvación. Esto es de suma importancia en un mundo que cree que iremos al cielo por ser buenas personas. Y sí, iremos al cielo al ser justos. Pero Cristo dijo que no hay bueno sino solo Dios (Mateo 10:18), que no hay justo ni aún uno (Romanos 3:23). Entonces la forma de ser vistos justos a los ojos de Dios no es siendo buenos, ya que nos es imposible, nadie puede cumplir la ley a la perfección; sino que Dios utiliza la fe para así ser declarados justos. No somos justos, pero a los ojos de Dios lo somos, porque al vernos, ve la vida perfecta de Cristo en nosotros cuando creemos y confiamos.
Como respuesta a la importancia que le da el catolicismo a los sacramentos en la salvación es que surgió nuestra siguiente sola: Sola Fide. La cual habla de que somos justificados sola y exclusivamente por medio de la fe, siendo la fe entonces el medio que Dios utiliza para nuestra justificación. Primero y principal entonces, debemos ver el significado de justificación. Podemos resumir su significado en que Dios declara justo al que no lo es. Sería como si en un juicio, el Juez dijese que una persona no es culpable cuando en realidad lo es, y esta persona no tiene que sufrir con su condena. Hoy en día, en un mundo corrupto, se ve mucho que personas culpables son liberadas de su condena, pero ¿Cuál es la diferencia con la justificación de Dios? Bueno en este mundo, las personas son exentas de su condena por la corrupción de los jueces muchas veces. Pero Dios, a pesar de declarar justo al culpable, no es corrupto, sino que todo lo contrario, el es el Justo ¿Cómo entran estos dos conceptos en armonía entonces? Para esto debemos ver otro termino, que es el de la imputación. Esa justicia que se nos imparte a nosotros en la justificación no viene de la nada misma, sino que viene de Cristo. Jesús fue la única persona que fue justa, y esa justicia que Él tenía se nos fue puesta en nuestra cuenta. Es como una transacción, esa justicia de Cristo ahora es nuestra. Pero la Biblia habla de una doble imputación, no sólo a nosotros se nos imputó, se nos puso en nuestra cuenta, la justicia de Cristo, sino que a Cristo, en la cruz, se le imputó nuestro pecado. Es por eso que Dios sigue siendo Justo a pesar de perdonarnos. Si bien a nosotros Dios nos perdona, la condenación no fue perdonada, sino que Cristo la pagó.
Una vez que vimos lo que significa la justificación, es que podemos ver el medio por el cual Dios trae la justificación que ganó Cristo para nosotros, y ese es la fe. En la Biblia esto lo vemos una y otra vez. Desde Efesios 2:8-9 que dice que somos salvos por gracia POR MEDIO de la fe, y no por las obras; hasta la carta hacia los romanos, la cual tiene como tema principal la justicia de Dios y menciona una y otra vez la justificación por la fe. De hecho, esta sola surgió del estudio de Romanos que estaba haciendo Martín Lutero, donde vio claramente que los sacramentos no tenían lugar en la justificación, sino que Pablo dice una y otra vez que la justificación es solo por medio de la fe. Romanos 1:17, Romanos 3:21-26, Romanos 4 con el ejemplo de como Abraham fue justificado por la fe y no por la ley, Romanos 5 también con ese comienzo hermoso del capítulo diciendo "Justificados, pues, por la fe...", y podríamos seguir con la base bíblica para esta sola. El problema no es la base bíblica, ya que vemos una y otra vez el concepto de la justificación por la fe. El problema es a lo que se le dice fe. Es por esto que los reformadores establecieron 3 palabras para definirla de una mejor forma a la fe auténtica. La primera es la palabra Notitia, el cual tiene que ver con el concepto intelectual de aquello en lo que depositamos la fe. La segunda es la palabra Assensus, este concepto habla de saber que es verdad aquello que conocemos intelectualmente. Hasta aquí la fe que tiene estos dos conceptos no es una fe que Dios utilice para justificar, ya que es a esto a lo que Santiago se refería cuando dice que los demonios creen y tiemblan (Santiago 2:19), ya que tener el conocimiento y saber que es verdad pero no ser salvos es motivo para temblar. Es ahora donde viene la tercera palabra que es Fiducia la cual habla de la confianza en aquello que entendemos y sabemos que es verdad.
Ahora, ¿qué es aquello lo cual entendemos, sabemos que es verdad y confiamos que Dios utiliza como medio para nuestra justificación? Bueno es el hecho de la doble imputación que hablamos antes. Como Cristo, habiendo vivido una vida perfecta, justa, nos impartió su justicia al haber Él pagado nuestra condena en nuestro lugar allí en la cruz. Básicamente el evangelio, confiar en que esa imputación es la que nos salva es el medio que Dios utiliza para justificarnos. Es cuando se deposita nuestra fe en la obra de Cristo que Dios nos declara justos. Para esto, creo que la mejor ilustración se da en el Antiguo Testamento, cuando el juicio de Dios estaba viniendo por medio de serpientes, pero Dios le dice a Moisés que clave una serpiente de bronce y cualquiera que la mirase sería salvo del veneno de las serpientes que mataba a las personas (Números 21:4-9). Esta serpiente de bronce es un tipo de Cristo en el Antiguo Testamento. Para uno ser salvo de ese veneno mortal uno primero debía entender la situación de la realidad, que ese veneno lo iba a terminar matando y que su única salvación era ver a la serpiente en la estaca. No solo estaba el conocimiento de esto sino que uno debía saber que esto era verdad, lo que se decía acerca del veneno y la salvación. Por último, uno miraría a la serpiente confiando en que al verla se sanaría, no simplemente creyendo que era así, sino confiando en que sería sano. De esta misma forma es que un hombre debe saber y creer que es verdad que su pecado lo lleva a la muerte eterna para entonces poder mirar con confianza a la obra de Cristo, la cual es la única que nos puede salvar. Y cuando hablamos de la obra de Cristo, no sólo hablamos de la cruz que es donde Él pagó nuestros pecados. Sino que la obra de Cristo es toda su vida, Dios hecho hombre vivió la vida perfecta y luego pagó nuestros pecados. La importancia en la vida perfecta, sin pecado, de Cristo es que es esa vida la que se nos imputa a nosotros al creer en Cristo. Es por esto que Santiago, en el capítulo 2 de su carta, habla de que una fe sin obras es muerta. No porque las obras tengan que ver en la justificación, porque ya vimos que no, sino porque al sernos imputada la justicia de Dios, esa vida perfecta producirá buenas obras, pero esto es luego de que ya somos justificados, durante el proceso de nuestra santificación. Una fe verdadera, es el medio que Dios utiliza para justificarnos, y que así podamos hacer buenas obras.
Concluyendo, Sola Fide es la esencia del evangelio. Es el hecho de que no necesitamos obras para ser salvos sino una fe verdadera en la obra de Cristo, la cual Dios nos da. Una fe que es viva, que confía, que vive el evangelio. Dios nos declara justos al confiar que nuestros pecados le fueron imputados a Cristo y por eso podemos ser salvos. Miremos a Cristo, esa serpiente de bronce en el desierto, con confianza de que Él nos justificará para salvación. Esto es de suma importancia en un mundo que cree que iremos al cielo por ser buenas personas. Y sí, iremos al cielo al ser justos. Pero Cristo dijo que no hay bueno sino solo Dios (Mateo 10:18), que no hay justo ni aún uno (Romanos 3:23). Entonces la forma de ser vistos justos a los ojos de Dios no es siendo buenos, ya que nos es imposible, nadie puede cumplir la ley a la perfección; sino que Dios utiliza la fe para así ser declarados justos. No somos justos, pero a los ojos de Dios lo somos, porque al vernos, ve la vida perfecta de Cristo en nosotros cuando creemos y confiamos.
"Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo," Romanos 5:1
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