Hoy vamos a poner una pausa a nuestra serie sobre Bernabé dadas las fechas. Como en Navidad, el diablo ha distorsionado totalmente el sentido de la Pascua. En este blog veremos de donde surge la Pascua y como nos repercute hoy en día.
"Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto." Éxodo 12:13
Como muchos deben saber, la Pascua es una fiesta judía que fue instaurada por Dios en la salida de Israel de Egipto en Éxodo 12. Como la última de las 10 plagas, Jehová mandó al ángel de la muerte para que se lleve la vida de todos los primogénitos de Egipto. El problema era que Israel también vivía en Egipto. Entonces ¿cómo haría el ángel de la muerte para saber quienes eran egipcios y quienes israelitas? Bueno como solución a esto es que Dios instaura la Pascua. Jehová les dijo que eligiesen un cordero, o un macho cabrío si no tenían, por cada familia el día 10 del mes de Abib (el primer mes del calendario judío). Este cordero debía ser de un año de edad y sin ninguna clase de defecto. Esto era mucho pedir ya que era el punto de mayor vitalidad de un cordero y al no tener defecto esto lo hacía de los mejores que tenían. Sin embargo, Dios les pidió de lo mejor que tenían para esto, si no cumplía estos requisitos, el cordero no era apto para Jehová. Luego en el día 14 lo sacrificarían y con su sangre pintarían el marco de las puertas de entrada a sus casas. Con esto el ángel de la muerte lo vería y pasaría de largo sabiendo que allí vivían israelitas. De hecho la raíz de la palabra "Pascua" o "Pésakj" en hebreo significa "pasar por alto". Esta última plaga fue con la que el faraón dejó ir a Israel de su esclavitud de Egipto. Y eso es lo que celebran los judíos en Pascua, su liberación de Egipto.
Dado ahora un contexto histórico, ¿qué es lo que celebramos nosotros, que no somos judíos, hoy en día? Bueno todo esto que vimos de Israel es un anticipo de algo que pasaría unos 1500 años después aproximadamente. En la Biblia Egipto simboliza el mundo, e Israel es el pueblo escogido de Dios. En cambio, el cordero en el Antiguo Testamento hace referencia a Jesús. En Juan 1:29, Juan el bautista dijo con referencia a Jesús "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". En el libro de Apocalipsis, también se lo representa a Jesús como un Cordero. Bueno entonces ¿cuál es el simbolismo de la Pascua en Cristo? Bueno Cristo fue un hombre perfecto, sin ninguna mancha, sin ningún pecado y, al igual que el cordero de la Pascua, fue sacrificado. La Biblia también dice que la sangre de Cristo es la que nos quita el pecado y nos libra de la muerte, la sangre del cordero de la Pascua libró a los israelitas del ángel de la muerte. En el día del juicio, cuando nos enfrentemos al juicio de Dios por nuestros pecados, van a haber dos tipos de personas, aquellos que como Israel en ese momento, están cubiertos con la sangre del Cordero, y aquellos que no. Bueno la Pascua nos muestra qué es lo que pasa con los que están cubiertos (pasan el juicio y van hacia la voluntad de Dios, de la misma manera que Israel quedó libre y comenzó su viaje a la tierra prometida) y los que no están cubiertos, como Egipto, a los cuales el juicio de Dios vendrá sobre ellos como culpables de sus pecados, así como la muerte entró en las casas de los egipcios. Hoy en día en la Pascua entonces celebramos la salvación, como Cristo, ese Cordero que fue sacrificado, con su sangre nos libró la esclavitud del mundo, y ahora vivimos bajo Sus mandatos y protección. Pascua nos recuerda que el juicio de Dios pasa por alto nuestras ofensas, nuestros pecados, gracias al sacrificio que hizo Cristo en la cruz y que su sangre fue derramada allí. Todo ese sacrificio para justamente salvarnos del juicio. Pero Cristo no se quedó solo en eso, sino que también resucitó, afirmando que el sacrificio fue aceptado por Dios y demanda a los hombres a que se arrepientan de sus pecados. El sacrificio del cordero y la sangre en el marco de la puerta, implicaba que los israelitas creían en ese sacrificio, y para eso también debían creer que necesitaban de ese Cordero para pasar por encima el juicio. De esta misma forma, el arrepentirnos de nuestros pecados nos hace ver que necesitamos de Cristo para que el juicio de Dios no caiga sobre nosotros. Si usted no se ha arrepentido de sus pecados y creído en que el sacrificio de Cristo nos salva, entonces usted no tiene nada que celebrar en este día, sino que todo lo contrario, debe estar preocupado, porque al igual que a Egipto, el juicio de Dios llegará a usted por sus pecados. Usted debe hacer lo que Cristo demanda entonces para pasar por alto su juicio, arrepentirse de sus pecados y creer en que el sacrificio de Cristo nos hace sin culpa delante de Dios. Para más información sobre esto, usted puede leer mi primero blog en el que detallo más sobre como Dios nos salva. Y si usted, sí ha creído en el sacrificio de Cristo, y Dios lo ha hecho salir del mundo, de Egipto, celebre la salvación en estas fechas, celebre adorando al que hizo todo esto posible, a Cristo, el cual resucitó y está con nosotros. Celebremos que ya no somos esclavos del mundo, del pecado, sino que somos hijos de Dios.
"Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto." Éxodo 12:13
Como muchos deben saber, la Pascua es una fiesta judía que fue instaurada por Dios en la salida de Israel de Egipto en Éxodo 12. Como la última de las 10 plagas, Jehová mandó al ángel de la muerte para que se lleve la vida de todos los primogénitos de Egipto. El problema era que Israel también vivía en Egipto. Entonces ¿cómo haría el ángel de la muerte para saber quienes eran egipcios y quienes israelitas? Bueno como solución a esto es que Dios instaura la Pascua. Jehová les dijo que eligiesen un cordero, o un macho cabrío si no tenían, por cada familia el día 10 del mes de Abib (el primer mes del calendario judío). Este cordero debía ser de un año de edad y sin ninguna clase de defecto. Esto era mucho pedir ya que era el punto de mayor vitalidad de un cordero y al no tener defecto esto lo hacía de los mejores que tenían. Sin embargo, Dios les pidió de lo mejor que tenían para esto, si no cumplía estos requisitos, el cordero no era apto para Jehová. Luego en el día 14 lo sacrificarían y con su sangre pintarían el marco de las puertas de entrada a sus casas. Con esto el ángel de la muerte lo vería y pasaría de largo sabiendo que allí vivían israelitas. De hecho la raíz de la palabra "Pascua" o "Pésakj" en hebreo significa "pasar por alto". Esta última plaga fue con la que el faraón dejó ir a Israel de su esclavitud de Egipto. Y eso es lo que celebran los judíos en Pascua, su liberación de Egipto.
Dado ahora un contexto histórico, ¿qué es lo que celebramos nosotros, que no somos judíos, hoy en día? Bueno todo esto que vimos de Israel es un anticipo de algo que pasaría unos 1500 años después aproximadamente. En la Biblia Egipto simboliza el mundo, e Israel es el pueblo escogido de Dios. En cambio, el cordero en el Antiguo Testamento hace referencia a Jesús. En Juan 1:29, Juan el bautista dijo con referencia a Jesús "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". En el libro de Apocalipsis, también se lo representa a Jesús como un Cordero. Bueno entonces ¿cuál es el simbolismo de la Pascua en Cristo? Bueno Cristo fue un hombre perfecto, sin ninguna mancha, sin ningún pecado y, al igual que el cordero de la Pascua, fue sacrificado. La Biblia también dice que la sangre de Cristo es la que nos quita el pecado y nos libra de la muerte, la sangre del cordero de la Pascua libró a los israelitas del ángel de la muerte. En el día del juicio, cuando nos enfrentemos al juicio de Dios por nuestros pecados, van a haber dos tipos de personas, aquellos que como Israel en ese momento, están cubiertos con la sangre del Cordero, y aquellos que no. Bueno la Pascua nos muestra qué es lo que pasa con los que están cubiertos (pasan el juicio y van hacia la voluntad de Dios, de la misma manera que Israel quedó libre y comenzó su viaje a la tierra prometida) y los que no están cubiertos, como Egipto, a los cuales el juicio de Dios vendrá sobre ellos como culpables de sus pecados, así como la muerte entró en las casas de los egipcios. Hoy en día en la Pascua entonces celebramos la salvación, como Cristo, ese Cordero que fue sacrificado, con su sangre nos libró la esclavitud del mundo, y ahora vivimos bajo Sus mandatos y protección. Pascua nos recuerda que el juicio de Dios pasa por alto nuestras ofensas, nuestros pecados, gracias al sacrificio que hizo Cristo en la cruz y que su sangre fue derramada allí. Todo ese sacrificio para justamente salvarnos del juicio. Pero Cristo no se quedó solo en eso, sino que también resucitó, afirmando que el sacrificio fue aceptado por Dios y demanda a los hombres a que se arrepientan de sus pecados. El sacrificio del cordero y la sangre en el marco de la puerta, implicaba que los israelitas creían en ese sacrificio, y para eso también debían creer que necesitaban de ese Cordero para pasar por encima el juicio. De esta misma forma, el arrepentirnos de nuestros pecados nos hace ver que necesitamos de Cristo para que el juicio de Dios no caiga sobre nosotros. Si usted no se ha arrepentido de sus pecados y creído en que el sacrificio de Cristo nos salva, entonces usted no tiene nada que celebrar en este día, sino que todo lo contrario, debe estar preocupado, porque al igual que a Egipto, el juicio de Dios llegará a usted por sus pecados. Usted debe hacer lo que Cristo demanda entonces para pasar por alto su juicio, arrepentirse de sus pecados y creer en que el sacrificio de Cristo nos hace sin culpa delante de Dios. Para más información sobre esto, usted puede leer mi primero blog en el que detallo más sobre como Dios nos salva. Y si usted, sí ha creído en el sacrificio de Cristo, y Dios lo ha hecho salir del mundo, de Egipto, celebre la salvación en estas fechas, celebre adorando al que hizo todo esto posible, a Cristo, el cual resucitó y está con nosotros. Celebremos que ya no somos esclavos del mundo, del pecado, sino que somos hijos de Dios.
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