Como hijos de Dios tenemos muchos privilegios, y el principal es poder relacionarnos con Él. Dios nos habla a nosotros por medio de la Biblia, y nosotros tenemos el privilegio de hacerlo con nuestras oraciones. Sin embargo, mucha gente cuando recién se convierte no sabe como orar, y aún mismo hay muchos pensamientos de como debe ser la oración. Hoy quiero que veamos un poco más al respecto de este tema.
Primero antes que nada hay que establecer que no hay una fórmula. Muchos se guían por el acrónimo C.A.S.A. (Confesión, Adoración, Súplica, Agradecimiento) que, si bien no lo veo mal, creo que una oración si debe tener estos cuatro elementos, también puede limitar la oración mucho. En Mateo 6 Jesús nos dice como debemos orar y nos da un ejemplo de una oración. Cristo hace mucho énfasis en los versículos 5 y 6 en que sea algo a solas con el Señor. Cuando oramos debemos tratar de que no hayan interrupciones en el medio ya que estamos hablando con la persona más importante. También habla de las vanas repeticiones, ya que esto es algo que se daba y se da mucho hasta hoy en día. Con las vanas repeticiones viene implícito que la oración debe ser algo que salga de nuestro corazón, y no algo premeditado a decirlo así. John MacArthur, en la referencias que están al final de su comentario de la Biblia, nos da una lista de como debe ser la oración de un creyente con respecto a los versículos que hay en la Palabra de Dios. En esta lista, 6 de los 26 puntos que pone, son acerca de que la oración tiene que salir de uno mismo (Jeremías 29:13; Lamentaciones 3:41; Salmo 119:58,145; Job 11:13; Hebreos 10:22; Salmo 42:4; Juan 4:22-24; 1° Corintios 14:15). Ahora bien, uno tiene que orar desde su corazón a Dios, sin embargo también los últimos dos pasajes dicen que tiene que ser con el entendimiento (a demás obviamente de respetuosos ya que es nuestro Señor a demás de nuestro Padre), y hay algunas cosas que debemos entender para hacerlo. Primero y principal, debemos estar limpios para hablar con Dios. En el Antiguo Testamento, en el día de expiación, cuando el sacerdote iba a interceder ante Dios por el pueblo de Israel, él se tenía que limpiar primero, y luego confesaba los pecados de todo el pueblo poniendo la mano sobre un macho cabrío para luego liberarlo en el desierto, símbolo de que el pecado se vaya y no vuelva. De esta misma forma, así como el sacerdote se limpiaba y confesaba los pecados, debemos confesar nuestros pecados para restaurar nuestra comunión con Dios y que no haya impedimento en nuestra relación con Dios (1° Juan 1:9). Una vez hecho esto es que vamos a poder adorar a Dios, agradecer y hacer nuestras peticiones.
Ahora, antes de meternos un poco en esto, ¿qué significa orar? Bueno la palabra en el griego original es la palabra "proseújomai" la cual es una palabra compuesta por la preposición "pros" y la palabra "eújomai". La preposición se puede traducir como "hacia" y la palabra se traduce como "desear". Con lo cuál, con esto se nos da más a entender que la oración es expresar a Dios aquello que nosotros deseamos, lo que nos sale del corazón, transmitir nuestros deseos, que es lo que significa la palabra en el griego. Un ejemplo en la Biblia de esto, que a mí siempre me gustó mucho, es la oración de Ana, madre de Samuel, en 1° Samuel 2:1-10. Aquí Ana derrama ante Dios su corazón y lo alaba de manera hermosa.
Entonces, si la oración es comunicarle a Dios lo que sale de nuestro corazón, ¿qué cosas deberían salir de nuestro corazón?. Bueno primero, como dijimos antes, presentándonos ante de Dios, nuestro deseo debería ser presentarnos limpios, con lo cual debemos confesar nuestros pecados, que es odiar nuestro pecado de la misma forma que lo hace Dios. Luego, estando en libre comunión con Dios, sería alabarle. Imagínese estando ya cara a cara con Él, creo que no podríamos hacer otra cosa más que alabarle, y a la vez agradecerle por todo lo que ha hecho por nosotros y por quién es Él. Por último, lo que me gusta hacer a mí es derramar mi corazón, contarle como me siento y pedir por esas cosas, para poder parecerme más a Cristo, el cual debe ser nuestro mayor deseo aquí en la Tierra. Y junto con esto, le cuento las peticiones, Él ya sabe todo eso, de qué manera va a obrar y cuándo, pero Dios utiliza nuestras oraciones. Cuando estamos en comunión con Dios, el deseo de nuestro corazón al orar será justamente un deseo profundo de glorificarle con cada una de nuestras cosas, con lo cual, tanto las peticiones, los agradecimientos, las alabanzas y todo lo que oremos del corazón serán para glorificarle igualmente, ya que será lo que deseemos. Todo obviamente teniendo en claro que está sometido a la voluntad de Dios.
Esto es cuando tenemos que orar nosotros a Dios a solas. ¿Cómo se aplica esto a cuando tenemos que orar en público? Uno de los ejemplos que tenemos es el de Salomón en 2° Crónicas 6. Aquí Salomón se concentra en lo mismo que venimos diciendo: confesar los pecados, pedir, agradecer y por sobre todo eso, alabar a Dios con cada una de esas cosas. Salomón no trata de ministrar a las personas por medio de su oración, ya que le está hablando a Dios y no a las personas de allí. Obvio que las personas presentes son igualmente bendecidas así como nosotros al orar, pero no deben ser nuestro foco el que la persona salga bendecida sino el hablar con Dios. A parte al pensar en las personas que están presentes al orar, es muy probable que nuestro orgullo empiece a jugar en contra en el medio de una oración con Dios.
Hay un común decir, entre los reformados más que nada, que dice que debemos orar la Biblia. Bueno eso no es lo que vemos en la Palabra de Dios, sino que la Biblia, como ya vimos, habla de mostrarle el deseo de nuestro corazón a Dios. ¿Cómo te sentirías si estuvieses hablando con una persona y esa persona cada vez que hablase dijese cosas que tú has dicho? Evidentemente nunca podrías conocer a esa persona. Si bien Dios sí nos conoce, es eso lo que pasa cuando oramos todas cosas de la Biblia, ya que le repetimos a Dios lo que Él dijo. No estoy en contra de decir versículos en la oración, pero siempre y cuando salga del corazón. Esto tanto en las oraciones privadas como en las públicas, lo único que cambia en las públicas es que lo hace en representación del resto de personas allí. A veces por tratar de hacer la oración lo más perfecta posible nos olvidamos de ser nosotros delante de Dios, y esto mismo pasa cuando oramos la Biblia. Con esto, nos estamos olvidando lo que dice la Palabra en Romanos 8:26 "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles". Lo que está diciendo aquí básicamente es que no sabemos como es que conviene pedir, pero que el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra débil oración para justamente llevar nuestras intercesiones ante Dios de una manera perfecta. Nunca vamos a poder orar una oración perfecta, eso es lo que hace el Espíritu Santo por nosotros. Por esto es que Pablo nos dice que oremos en el Espíritu (Efesios 6:18). A su vez, Pablo nos dice en 1° Tesalonicenses 5:17 que oremos sin cesar. Esto nos habla de estar en una constante comunicación con Dios en nuestro día a día. Si bien tenemos momentos de oración ferviente en nuestra comunión, debemos vivir en constante comunicación con nuestro Señor.
En conclusión, debemos presentarnos antes Dios limpios, sin impedimentos para así poder orar desde nuestro corazón, alabándole en cada pedido, agradecimiento, etc. Por último, siempre dije que los cristianos deberíamos aprender de los musulmanes. Y antes de que me bloquee el blog permítame contarle. Los musulmanes oran 5 veces al día a Alá, ¿cuánto más deberíamos nosotros que tenemos comunión con el verdadero Dios?
Primero antes que nada hay que establecer que no hay una fórmula. Muchos se guían por el acrónimo C.A.S.A. (Confesión, Adoración, Súplica, Agradecimiento) que, si bien no lo veo mal, creo que una oración si debe tener estos cuatro elementos, también puede limitar la oración mucho. En Mateo 6 Jesús nos dice como debemos orar y nos da un ejemplo de una oración. Cristo hace mucho énfasis en los versículos 5 y 6 en que sea algo a solas con el Señor. Cuando oramos debemos tratar de que no hayan interrupciones en el medio ya que estamos hablando con la persona más importante. También habla de las vanas repeticiones, ya que esto es algo que se daba y se da mucho hasta hoy en día. Con las vanas repeticiones viene implícito que la oración debe ser algo que salga de nuestro corazón, y no algo premeditado a decirlo así. John MacArthur, en la referencias que están al final de su comentario de la Biblia, nos da una lista de como debe ser la oración de un creyente con respecto a los versículos que hay en la Palabra de Dios. En esta lista, 6 de los 26 puntos que pone, son acerca de que la oración tiene que salir de uno mismo (Jeremías 29:13; Lamentaciones 3:41; Salmo 119:58,145; Job 11:13; Hebreos 10:22; Salmo 42:4; Juan 4:22-24; 1° Corintios 14:15). Ahora bien, uno tiene que orar desde su corazón a Dios, sin embargo también los últimos dos pasajes dicen que tiene que ser con el entendimiento (a demás obviamente de respetuosos ya que es nuestro Señor a demás de nuestro Padre), y hay algunas cosas que debemos entender para hacerlo. Primero y principal, debemos estar limpios para hablar con Dios. En el Antiguo Testamento, en el día de expiación, cuando el sacerdote iba a interceder ante Dios por el pueblo de Israel, él se tenía que limpiar primero, y luego confesaba los pecados de todo el pueblo poniendo la mano sobre un macho cabrío para luego liberarlo en el desierto, símbolo de que el pecado se vaya y no vuelva. De esta misma forma, así como el sacerdote se limpiaba y confesaba los pecados, debemos confesar nuestros pecados para restaurar nuestra comunión con Dios y que no haya impedimento en nuestra relación con Dios (1° Juan 1:9). Una vez hecho esto es que vamos a poder adorar a Dios, agradecer y hacer nuestras peticiones.
Ahora, antes de meternos un poco en esto, ¿qué significa orar? Bueno la palabra en el griego original es la palabra "proseújomai" la cual es una palabra compuesta por la preposición "pros" y la palabra "eújomai". La preposición se puede traducir como "hacia" y la palabra se traduce como "desear". Con lo cuál, con esto se nos da más a entender que la oración es expresar a Dios aquello que nosotros deseamos, lo que nos sale del corazón, transmitir nuestros deseos, que es lo que significa la palabra en el griego. Un ejemplo en la Biblia de esto, que a mí siempre me gustó mucho, es la oración de Ana, madre de Samuel, en 1° Samuel 2:1-10. Aquí Ana derrama ante Dios su corazón y lo alaba de manera hermosa.
Entonces, si la oración es comunicarle a Dios lo que sale de nuestro corazón, ¿qué cosas deberían salir de nuestro corazón?. Bueno primero, como dijimos antes, presentándonos ante de Dios, nuestro deseo debería ser presentarnos limpios, con lo cual debemos confesar nuestros pecados, que es odiar nuestro pecado de la misma forma que lo hace Dios. Luego, estando en libre comunión con Dios, sería alabarle. Imagínese estando ya cara a cara con Él, creo que no podríamos hacer otra cosa más que alabarle, y a la vez agradecerle por todo lo que ha hecho por nosotros y por quién es Él. Por último, lo que me gusta hacer a mí es derramar mi corazón, contarle como me siento y pedir por esas cosas, para poder parecerme más a Cristo, el cual debe ser nuestro mayor deseo aquí en la Tierra. Y junto con esto, le cuento las peticiones, Él ya sabe todo eso, de qué manera va a obrar y cuándo, pero Dios utiliza nuestras oraciones. Cuando estamos en comunión con Dios, el deseo de nuestro corazón al orar será justamente un deseo profundo de glorificarle con cada una de nuestras cosas, con lo cual, tanto las peticiones, los agradecimientos, las alabanzas y todo lo que oremos del corazón serán para glorificarle igualmente, ya que será lo que deseemos. Todo obviamente teniendo en claro que está sometido a la voluntad de Dios.
Esto es cuando tenemos que orar nosotros a Dios a solas. ¿Cómo se aplica esto a cuando tenemos que orar en público? Uno de los ejemplos que tenemos es el de Salomón en 2° Crónicas 6. Aquí Salomón se concentra en lo mismo que venimos diciendo: confesar los pecados, pedir, agradecer y por sobre todo eso, alabar a Dios con cada una de esas cosas. Salomón no trata de ministrar a las personas por medio de su oración, ya que le está hablando a Dios y no a las personas de allí. Obvio que las personas presentes son igualmente bendecidas así como nosotros al orar, pero no deben ser nuestro foco el que la persona salga bendecida sino el hablar con Dios. A parte al pensar en las personas que están presentes al orar, es muy probable que nuestro orgullo empiece a jugar en contra en el medio de una oración con Dios.
Hay un común decir, entre los reformados más que nada, que dice que debemos orar la Biblia. Bueno eso no es lo que vemos en la Palabra de Dios, sino que la Biblia, como ya vimos, habla de mostrarle el deseo de nuestro corazón a Dios. ¿Cómo te sentirías si estuvieses hablando con una persona y esa persona cada vez que hablase dijese cosas que tú has dicho? Evidentemente nunca podrías conocer a esa persona. Si bien Dios sí nos conoce, es eso lo que pasa cuando oramos todas cosas de la Biblia, ya que le repetimos a Dios lo que Él dijo. No estoy en contra de decir versículos en la oración, pero siempre y cuando salga del corazón. Esto tanto en las oraciones privadas como en las públicas, lo único que cambia en las públicas es que lo hace en representación del resto de personas allí. A veces por tratar de hacer la oración lo más perfecta posible nos olvidamos de ser nosotros delante de Dios, y esto mismo pasa cuando oramos la Biblia. Con esto, nos estamos olvidando lo que dice la Palabra en Romanos 8:26 "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles". Lo que está diciendo aquí básicamente es que no sabemos como es que conviene pedir, pero que el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra débil oración para justamente llevar nuestras intercesiones ante Dios de una manera perfecta. Nunca vamos a poder orar una oración perfecta, eso es lo que hace el Espíritu Santo por nosotros. Por esto es que Pablo nos dice que oremos en el Espíritu (Efesios 6:18). A su vez, Pablo nos dice en 1° Tesalonicenses 5:17 que oremos sin cesar. Esto nos habla de estar en una constante comunicación con Dios en nuestro día a día. Si bien tenemos momentos de oración ferviente en nuestra comunión, debemos vivir en constante comunicación con nuestro Señor.
En conclusión, debemos presentarnos antes Dios limpios, sin impedimentos para así poder orar desde nuestro corazón, alabándole en cada pedido, agradecimiento, etc. Por último, siempre dije que los cristianos deberíamos aprender de los musulmanes. Y antes de que me bloquee el blog permítame contarle. Los musulmanes oran 5 veces al día a Alá, ¿cuánto más deberíamos nosotros que tenemos comunión con el verdadero Dios?
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