Hoy quiero hablarles de algo que el Señor me viene hablando mucho al respecto. Analizando el pasaje de Santiago 1:22-25 quiero que veamos qué es lo que se espera de una persona que estudia la Palabra y como debe ser su actitud.
"22. Pero sed hacedores de la Palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
23. Porque si alguno es oidor de la Palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
24. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.
25. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace."
Ya vimos en el segundo blog que cada cristiano debe estudiar la Palabra de Dios. Lo complicado igualmente viene después, ya que todo el conocimiento que recibimos lo debemos aplicar. Ciertamente esto es algo que nos llega a dar vergüenza, ya que podemos tener mucho conocimiento acerca de la Biblia pero ¿cuánto aplicamos de eso? A mí me pasa. La Biblia dice que debemos ser hacedores y no solo oidores, oidores ya que en ese tiempo las personas solo podían escuchar la Palabra porque habían pocas copias, solo del Antiguo Testamento y no todos sabían leer. Creo que para ilustrar la diferencia entre hacedores y oidores Santiago hace una ilustración excelente. Si alguien solo escucha, o lee, la Palabra de Dios dice "es semejante hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.". Claramente la Biblia nos muestra quienes somos, uno se siente identificado con cientos de cosas que Dios dice. Pero hay que tener cuidado porque muchas veces uno se siente identificado mientras la lee o la escucha, pero después se cierra la Biblia y no hace nada al respecto con eso que vio de sí mismo. Es como si en el momento de leer la Palabra uno se sintiese tocado por lo que en ella dice, pero luego se cierra y es como si nada. Si, sabrá un poco más intelectualmente, pero de nada sirve. Por esto también habla de que una persona oidora se engaña a sí misma. Un verdadero cristiano va a la Biblia porque busca cambiar, parecerse cada vez más a Cristo. Desde el primer momento que una persona se convierte realmente se hizo hacedor de la Palabra, ya que escuchó la Palabra y se arrepintió realmente de sus pecados. Un oidor, va a escuchar de la misma forma y hasta quizás se arrepienta, pero no de una forma sincera, ya que ese arrepentimiento no se verá reflejado en su vida.
El versículo 25 habla de cómo realmente tiene que reaccionar un cristiano ante la Palabra de Dios. Como dijimos anteriormente, un cristiano va a la Biblia con la intención de parecerse más a Cristo. Para esto es que debe ver atentamente en la Palabra de Dios. La palabra que se traduce como "mirar atentamente" es la palabra en el griego original "parakupto" que literalmente se traduce como inclinarse para mirar. Parakupto denota un esfuerzo para mirar, no es sólo ver por encima, sino que yo hago algo intencional para mirar dentro de algo. Una ilustración para explicar bien lo que significa sería inclinarse en un pozo profundo de agua para ver algo que hay en el fondo. Un cristiano se esfuerza por ver cada vez más en profundidad dentro de la Palabra de Dios. Lo siguiente que hace un cristiano es perseverar siendo hacedor y no oidor. Esto ya lo vimos en el caso del oidor que se arrepiente, un hacedor va a mostrar los frutos de ese arrepentimiento hasta el día que esté con Cristo. Lo mismo con cada cosa que aplicamos en nuestra vida que vimos reflejada en la Palabra, obvio podemos tener caídas, pero un cristiano verdadero persevera hasta el fin ya que Dios lo sustenta. No por nada este fue uno de los puntos claves del calvinismo. Por último habla de que el hacedor es bienaventurado, que significa feliz. Al parecerse más a Cristo por ser hacedor de su Palabra, es imposible no estar feliz a pesar de cualquier cosa que nos puede estar pasando.
Recuerda, un cristiano debe ser hacedor, no solamente oidor. Y si, van a haber momentos en que seamos oidores, ya que Dios muchas veces nos debe hablar una y otra vez sobre lo mismo, pero no perseveraremos siendo solamente oidores.
"22. Pero sed hacedores de la Palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
23. Porque si alguno es oidor de la Palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
24. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.
25. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace."
Ya vimos en el segundo blog que cada cristiano debe estudiar la Palabra de Dios. Lo complicado igualmente viene después, ya que todo el conocimiento que recibimos lo debemos aplicar. Ciertamente esto es algo que nos llega a dar vergüenza, ya que podemos tener mucho conocimiento acerca de la Biblia pero ¿cuánto aplicamos de eso? A mí me pasa. La Biblia dice que debemos ser hacedores y no solo oidores, oidores ya que en ese tiempo las personas solo podían escuchar la Palabra porque habían pocas copias, solo del Antiguo Testamento y no todos sabían leer. Creo que para ilustrar la diferencia entre hacedores y oidores Santiago hace una ilustración excelente. Si alguien solo escucha, o lee, la Palabra de Dios dice "es semejante hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.". Claramente la Biblia nos muestra quienes somos, uno se siente identificado con cientos de cosas que Dios dice. Pero hay que tener cuidado porque muchas veces uno se siente identificado mientras la lee o la escucha, pero después se cierra la Biblia y no hace nada al respecto con eso que vio de sí mismo. Es como si en el momento de leer la Palabra uno se sintiese tocado por lo que en ella dice, pero luego se cierra y es como si nada. Si, sabrá un poco más intelectualmente, pero de nada sirve. Por esto también habla de que una persona oidora se engaña a sí misma. Un verdadero cristiano va a la Biblia porque busca cambiar, parecerse cada vez más a Cristo. Desde el primer momento que una persona se convierte realmente se hizo hacedor de la Palabra, ya que escuchó la Palabra y se arrepintió realmente de sus pecados. Un oidor, va a escuchar de la misma forma y hasta quizás se arrepienta, pero no de una forma sincera, ya que ese arrepentimiento no se verá reflejado en su vida.
El versículo 25 habla de cómo realmente tiene que reaccionar un cristiano ante la Palabra de Dios. Como dijimos anteriormente, un cristiano va a la Biblia con la intención de parecerse más a Cristo. Para esto es que debe ver atentamente en la Palabra de Dios. La palabra que se traduce como "mirar atentamente" es la palabra en el griego original "parakupto" que literalmente se traduce como inclinarse para mirar. Parakupto denota un esfuerzo para mirar, no es sólo ver por encima, sino que yo hago algo intencional para mirar dentro de algo. Una ilustración para explicar bien lo que significa sería inclinarse en un pozo profundo de agua para ver algo que hay en el fondo. Un cristiano se esfuerza por ver cada vez más en profundidad dentro de la Palabra de Dios. Lo siguiente que hace un cristiano es perseverar siendo hacedor y no oidor. Esto ya lo vimos en el caso del oidor que se arrepiente, un hacedor va a mostrar los frutos de ese arrepentimiento hasta el día que esté con Cristo. Lo mismo con cada cosa que aplicamos en nuestra vida que vimos reflejada en la Palabra, obvio podemos tener caídas, pero un cristiano verdadero persevera hasta el fin ya que Dios lo sustenta. No por nada este fue uno de los puntos claves del calvinismo. Por último habla de que el hacedor es bienaventurado, que significa feliz. Al parecerse más a Cristo por ser hacedor de su Palabra, es imposible no estar feliz a pesar de cualquier cosa que nos puede estar pasando.
Recuerda, un cristiano debe ser hacedor, no solamente oidor. Y si, van a haber momentos en que seamos oidores, ya que Dios muchas veces nos debe hablar una y otra vez sobre lo mismo, pero no perseveraremos siendo solamente oidores.
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