Al momento de elegir a que iglesia ir, una de las cosas que más influyen, a demás de la doctrina, es la alabanza. En la Iglesia de Dios hay iglesias locales con todo tipo de alabanza, desde las iglesias más "tradicionales" que cantan himnos con un piano de fondo, hasta las iglesias "modernas" en las cuales la alabanza llega a ser un concierto. Hoy quiero que veamos como debemos alabar los cristianos en la Iglesia según la Palabra de Dios.
Si pensamos en canciones, alabanza, y la Biblia, automáticamente se nos viene a la cabeza el libros de los Salmos. Teniendo una perspectiva general de los Salmos, creo que hay dos ejes principales que podemos tomar en los cuales se debe basar nuestra alabanza. El primero, y bastante claro, es la teología, ninguna canción contiene más teología que las que están en la Palabra de Dios misma. Las canciones que cantamos deben ser ricas en teología, basadas en la Biblia. Es por eso que a la hora de seleccionar un director de alabanza las canciones que se van a cantar, debe analizar la letra de la misma. Puede ser la canción más bonita melódicamente hablando, pero si tiene errores en su teología debería quedar totalmente descartada. El segundo eje que se puede ver en los Salmos son las emociones. Los salmistas derramaban su corazón en esas canciones y esta es una de las razones por las cuales, cuando uno lee este hermoso libro, se siente tan identificado.
Estos dos ejes los vemos en el Nuevo Testamento cuando dice por ejemplo en Juan 4:23 "... los verdaderos adoradores adorarán en espíritu y en verdad...", o en otras palabras "los verdaderos adoradores alaban con emoción y una teología correcta". Efesios 5:19 y Colosenses 3:16 también dicen que debemos alabar en nuestro corazón, siendo el corazón el simbolismo que se usa en la Biblia para las emociones.
Creo igualmente que estos dos ejes son causa y efecto. A causa de una teología correcta, las emociones surgen. Si cantamos sobre nuestro maravilloso Dios, sobre su obra en la cruz, es imposible no sentir algo. Si cantamos con una teología correcta, y las emociones no surgen, significa que estamos bastante endurecidos, porque la cruz, Dios mismo, deberían emocionarnos. Mientras alabamos debemos reflexionar en lo que estamos cantando, y eso debería hacer que no podamos contener nuestras emociones.
En todo esto igualmente tiene que haber un equilibrio, ya que si nos concentramos solo en las emociones, estamos cantando para nosotros sentirnos bien, y no porque sea la letra de la canción las que nos hace pensar en Dios. Como vimos, teología sin emociones genera endurecimiento, frialdad; pero emociones sin teología provoca que no sea Dios quien se lleva la gloria. Por esta razón es que la letra de las canciones que se canten dentro de una iglesia deben hacernos siempre reflexionar en la cruz de Cristo, en el evangelio, y en lo maravilloso de nuestro Dios. Canciones dirigidas hacia la iglesia o hacia el cristiano no nos deberían provocar lo mismo que las que nos hacen reflexionar en Dios.
Como dije al principio hoy hay iglesias locales con todo tipo de alabanza, desde las iglesias que cantan himnos (teología), hasta las iglesias en las cuales la alabanza llega a ser un concierto (emociones). La alabanza debe ser la teología que, al ser reflexionada en una canción, produce emociones. Por último, no sólo cantamos en la iglesia, sino que alabamos y adoramos.
Si pensamos en canciones, alabanza, y la Biblia, automáticamente se nos viene a la cabeza el libros de los Salmos. Teniendo una perspectiva general de los Salmos, creo que hay dos ejes principales que podemos tomar en los cuales se debe basar nuestra alabanza. El primero, y bastante claro, es la teología, ninguna canción contiene más teología que las que están en la Palabra de Dios misma. Las canciones que cantamos deben ser ricas en teología, basadas en la Biblia. Es por eso que a la hora de seleccionar un director de alabanza las canciones que se van a cantar, debe analizar la letra de la misma. Puede ser la canción más bonita melódicamente hablando, pero si tiene errores en su teología debería quedar totalmente descartada. El segundo eje que se puede ver en los Salmos son las emociones. Los salmistas derramaban su corazón en esas canciones y esta es una de las razones por las cuales, cuando uno lee este hermoso libro, se siente tan identificado.
Estos dos ejes los vemos en el Nuevo Testamento cuando dice por ejemplo en Juan 4:23 "... los verdaderos adoradores adorarán en espíritu y en verdad...", o en otras palabras "los verdaderos adoradores alaban con emoción y una teología correcta". Efesios 5:19 y Colosenses 3:16 también dicen que debemos alabar en nuestro corazón, siendo el corazón el simbolismo que se usa en la Biblia para las emociones.
Creo igualmente que estos dos ejes son causa y efecto. A causa de una teología correcta, las emociones surgen. Si cantamos sobre nuestro maravilloso Dios, sobre su obra en la cruz, es imposible no sentir algo. Si cantamos con una teología correcta, y las emociones no surgen, significa que estamos bastante endurecidos, porque la cruz, Dios mismo, deberían emocionarnos. Mientras alabamos debemos reflexionar en lo que estamos cantando, y eso debería hacer que no podamos contener nuestras emociones.
En todo esto igualmente tiene que haber un equilibrio, ya que si nos concentramos solo en las emociones, estamos cantando para nosotros sentirnos bien, y no porque sea la letra de la canción las que nos hace pensar en Dios. Como vimos, teología sin emociones genera endurecimiento, frialdad; pero emociones sin teología provoca que no sea Dios quien se lleva la gloria. Por esta razón es que la letra de las canciones que se canten dentro de una iglesia deben hacernos siempre reflexionar en la cruz de Cristo, en el evangelio, y en lo maravilloso de nuestro Dios. Canciones dirigidas hacia la iglesia o hacia el cristiano no nos deberían provocar lo mismo que las que nos hacen reflexionar en Dios.
Como dije al principio hoy hay iglesias locales con todo tipo de alabanza, desde las iglesias que cantan himnos (teología), hasta las iglesias en las cuales la alabanza llega a ser un concierto (emociones). La alabanza debe ser la teología que, al ser reflexionada en una canción, produce emociones. Por último, no sólo cantamos en la iglesia, sino que alabamos y adoramos.
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